Huelva

Juan Manuel Díaz Cabrera: “Atendemos a mil personas más que al comienzo de la crisis del coronavirus”

  • El Banco de Alimentos de Huelva pide a los onubenses que donen dinero para combatir el hambre durante la pandemia 

  • En los últimos 8 años la ONG ha triplicado la comida recaudada

El presidente del Banco de Alimentos de Huelva, Juan Manuel Díaz Cabrera.

El presidente del Banco de Alimentos de Huelva, Juan Manuel Díaz Cabrera. / Canterla (Huelva)

Sus palabras y su semblante le delatan. Juan Manuel Díaz se desvive cada día porque los colectivos más vulnerables no pasen hambre y no descansa hasta que el alimento alcanza a los más desfavorecidos. Su honestidad, desde que es presidente del Banco de Alimentos, traspasa nuevos horizontes y pone el foco en los jóvenes y en las personas desempleadas. El año 2020, con la consiguiente propagación del coronavirus, ha golpeado a aquellos que están en riesgo de exclusión y, lejos de asumir la dificultad de alimentar a un colectivo que crece exponencialmente por día, Díaz Cabrera se multiplica para recaudar todo el abastecimiento que se demanda.

–¿Qué tan importante es la labor de los bancos de alimentos para una ciudad?

– La labor del banco es básica. Somos unos profesionales en distribuir y repartir alimentos al ser la actividad que nos ocupa de forma casi exclusiva. El de Huelva, concretamente, se presenta como una asociación con mucha garantía de funcionamiento y plena transparencia y así lo atestigua la Fundación Lealtad, la cual nos incluye dentro de las ONGs que actúan con transparencia y calidad de gestión, si bien hay que añadir que hay tan solo 6 o 7 bancos en esta lista. Lógicamente, no podemos cubrir todo el déficit de la provincia, pero actuamos sobre un porcentaje muy importante.

–¿Cómo opera el banco de alimentos para atender la demanda que hay en Huelva?

–Dado que el fin último es la consecución de alimentos tenemos varias vías para lograrlo. En primera instancia, hay que diferenciar entre los perecederos y no perecederos. Esta primera línea contempla la fruta y verdura que procede del campo español. Concretamente, en 2019 hemos conseguido recaudar un millón de kilos, los cuáles llegan en camiones de lugares donde sabemos que hay excedentes. En cuanto a los no perecederos hay dos vías. La primera viene de una subvención de la Unión Europea a todos los países, de modo que en España se recibe una cantidad que se divide al 50% entre Cruz Roja y los bancos de alimentos. Esta ayuda deja una cesta de una quincena de alimentos básicos que llegan en lotes en los meses de marzo, junio y octubre. Este año también hemos conseguido un millón de kilos por esta modalidad. Por último, organizamos la recaudación de más alimentos no perecederos a través de múltiples canales en la provincia, como pueden ser las operaciones kilo, las campañas en tiendas de alimentación, colegios y empresas o la Gran Recogida de octubre. Entre todas ellas se consiguieron unos 800.000 kilos en 2019.

–Estas cifras son muy superiores a las que se contemplaban cuando usted entró como presidente.

–Con eso me quedo de todo el trabajo desarrollado junto al equipo que tengo alrededor. Hemos triplicado el reparto de alimentos respecto a 2012, pasando de un millón a tres millones de kilos. Además, ha crecido sustancialmente la cantidad de voluntarios, señal de que la gente ve con agrado y confianza el desarrollo de nuestra ONG.

–Sus ganas de ayudar a Huelva han ido a más y el banco ahora promueve cursos laborales.

–En 2018 habilitamos una nueva rama de actuación destinada a la inserción social porque, además de dar el pescado, queríamos también dotar de la caña de pescar. Por tanto, comenzamos a ofrecer cursos de formación profesional para mejorar la empleabilidad, aunque la crisis ha paralizado el desarrollo por el momento. Son cursos muy concretos y con el foco en profesiones muy demandadas, como carnicero o camarero de piso. Se trata de una formación teórico-práctica en la profesión y en la habilidad en el trato con las personas.

–Los más pequeños también han centrado su atención.

–Digamos que es la última pata de nuestro puzzle, pero no por ello menos importante. Es inconcebible que haya estudiantes con déficit alimentario, por lo que desde el pasado año ofrecemos desayunos escolares a menores en riesgo.

–¿Es Huelva una provincia solidaria?

–No suelo comparar mucho, pero puedo asegurar que hay estudios rigurosos que afirman que España es uno de los países más solidarios y, de hecho, Huelva suele estar a la cabeza de todo el territorio en términos de solidaridad.

–Todo vuestro esfuerzo se ha multiplicado a raíz de la crisis del coronavirus.

–Efectivamente. Hemos tenido que reforzar nuestro día a día en un momento que, además, es difícil para nosotros, en tanto que nuestras campañas fuertes de recogida de alimentos son en marzo, justo cuando ha empezado la crisis. Por tanto, nos ha pillado con el almacén vacío, por lo que hemos tenido que activar una campaña de concienciación para los ciudadanos y empresas al objeto de conseguir alimentos. De hecho, tampoco podemos desplazarnos a las tiendas como antes porque no hay mucha gente comprando ni podemos exponer mucho a nuestros voluntarios.

–¿Cómo consiguen todos los alimentos necesarios?

–Tenemos dos vías dispuestas. La primera de ellas es para donantes que sean fabricantes de alimentos o que comercialicen con ellos. Al ser personas del campo tienen sus limitaciones y únicamente pueden donar frutas y verduras. Para la otra vía necesitamos de la solidaridad de los onubenses, pues como no podemos desarrollar las campañas físicas hemos activado un número de teléfono (657633883) y un número de cuenta corriente (ES 6721002686720210121847) para conseguir recursos económicos que permitan acceder a los alimentos no perecederos. En este sentido, me gustaría resaltar que sabemos cuando ha empezado esta campaña, pero no cuando terminará –aunque, previsiblemente, será muy duradera–, por lo que toda aportación llegará a tiempo. Además, haremos un certificado de donación para que las personas que donen puedan marcar la casilla en la declaración de la renta.

–¿Manejan cifras de cuantas personas más tienen que atender como consecuencia de la crisis económica y humanitaria?

–Es difícil calcular porque todos los días aumenta el número de personas que nos llama para conseguir alimentos. De hecho, también recibimos ayudas de ayuntamientos de municipios pequeños que también necesitan abastecimiento para los vecinos. Actualmente, atendemos a 1.000 personas más que antes, pero es un repunte continuo y aún no nos hemos acercado al pico. El problema para dar una cifra es que se trata de una crisis impredecible, pues es nueva, pero es aventurable que la situación va a ser muy dramática para muchas familias.

–¿Es esta la vez que más gente está atendiendo el banco?

–En absoluto. La peor situación se vivió en la época de la crisis de 2009, aunque yo ahí aún no era presidente. En esas fechas se podía atender en Huelva a unas 25.000 personas, pero desde entonces hemos conseguido una evolución favorable hasta alcanzar los 13.500 atendidos en Huelva, que no es poco. Sin embargo, este número va a crecer seguro y la situación se complicará mucho.

–Estamos ante una crisis humanitaria muy potente, ¿cómo se afronta desde una ONG como la vuestra?

–Con mucho esfuerzo y con la ilusión intacta. No nos podemos venir abajo aunque la situación pudiera ser complicada, por lo que estamos dispuesto a seguir a tope. Actualmente, estamos en muchos frentes que ni siquiera visualizamos al no tener ese contacto directo con las personas por las circunstancias que ya conocemos, pero la satisfacción está por encima de todo ello.

–¿Estáis contentos por la respuesta que Huelva está dando en materia de solidaridad?.

–Estamos muy felices porque, como comenté anteriormente, Huelva es solidaria y lo demuestra en los peores momentos. Sin embargo, sabemos que la capacidad puede aumentar aún más, pues se puede seguir contribuyendo. Tenemos que tener en cuenta que la crisis será larga por lo que esta valoración se deberá hacer con el paso del tiempo. Quiero transmitir a los onubenses que la cantidad es lo de menos, pues sin aportaciones de todos no vamos a salir de esta. La solidaridad siempre ha existido, pero no pedimos un esfuerzo más a quiénes colaboran habitualmente, sino que la ayuda se extienda a toda la población.

–¿Cuáles son los elementos que más se necesitan en un banco de alimentos en condiciones normales?

–Tanto en condiciones normales como en la de ahora, que estamos ante una crisis sanitaria, lo que siempre pedimos son alimentos no perecederos, pues son los que suelen faltar. De este modo, lo que más necesitamos es aceite –tanto de girasol como de oliva–, leche, conservas de pescado y carne, legumbres hervidas, platos que estén ya hechos como fabada o cocido y el tomate frito, pues es un ingrediente que se usa para la mayoría de las comidas y no vamos sobrados de existencias del mismo.

–Contáis con numerosas líneas de actuación. ¿Están coordinadas con las del resto de bancos de alimentos?

–En primer lugar hay que destacar que todos los bancos de alimentos somos autónomos, pues en función de nuestras capacidades, podemos desarrollar las gestiones con una mayor o menor intensidad. Como todos los bancos, necesitamos recursos y voluntarios y eso es lo que marcará la vida de cada uno. Dicho esto, tenemos una coordinación con el resto de asociaciones del país, pues ponemos en común cuáles son los déficits de comida más habituales para tratar de paliarlos entre todos. Siempre hay algún banco que puede echar una mano a otro en una determinada cuestión. Además, por encima nuestra están las federaciones de Andalucía y España, las cuáles se usan como un instrumento de coordinación.

–¿Cuantos voluntarios tiene actualmente Huelva?.

–En estos momentos la situación cambia, como comenté antes. Los voluntarios se reducen para no exponerse y solo salen cuando hay entregas concretas de alimentos, si bien en todo momento minimizamos el riesgo con la debida protección y con el menor número posible de personas. De forma habitual, contamos con unos 70 voluntarios fijos y estables que vienen todas las semanas a colaborar, si bien no vienen todos los días. Los mismos se dividen por área de ocupación. Por un lado, está el área administrativo, en el que figuran los campos comerciales y logísticos, además de los dedicados a labores de administración; y por otro, el área operativa, que concentra a las personas que se encarga de la recepción de alimentos para llevarlos a los almacenes o para trasladarlos a entidades y personas. A estos 70 se les unen los que actúan bajo demanda para operaciones concretas. Por ejemplo, para la Gran Recogida en Huelva trabajan hasta 2.300 voluntarios en toda la provincia.

–No todos podrán ser voluntarios.

–No comparo entre las personas, pero los voluntarios tienen una cualidad inherente que es la de tener la voluntad de hacer una cosa en favor de los demás. Este colectivo siempre tiene conectado y encendido el cable de la solidaridad y su gesto cambia mucho con la satisfacción que tiene el cumplir unos objetivos de corte social. A ello se suma una autoestima que empuja a seguir cada día pese a los escollos que pudieran presentarse en el camino.

–¿Con qué se queda de su recorrido como presidente?

–Con el crecimiento obtenido. Triplicar los alimentos no es tarea fácil, pero también me quedo con todo el tiempo que estamos invirtiendo en una crisis inesperada y que nos pone a prueba cada día que nos levantamos.

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