La Huelva del XIX que aspiraba a ser el centro de la provincia

No habían pasado ni 15 años desde que Huelva fuera designada capital una nueva provincia, entrando de esta forma los onubenses en la modernidad, con una identidad propia y dejando atrás el antiguo Reino de Sevilla o la pertenencia a la Casa de Medina Sidonia.

Por aquel entonces, apenas una veintena de calles conformaban el conjunto urbano consolidado de la villa, un desarrollo que se había realizado de forma lenta, bajando la ciudad de los cabezos y recuperando los onubenses el terreno al río Odiel en un desarrollo que miraba hacia el puerto.

Es en esta época, en 1847 cuando el maestro de obras Manuel de Zayas y Rivero, de la Dirección Subinspección de Ingenieros de Andalucía, elabora este “croquis de la villa de Huelva”, recuperado por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) que considera como “el primer documento gráfico que muestra el conjunto urbano consolidado de lo que fue Onuba Aestuaria para los romanos, cuando los ríos Urium (Tinto) y Luxia (Odiel) confluían frente al asentamiento.

Por aquel entonces, las referencias de Huelva eran la Plaza de Las Monjas con su fuente (1); el Muelle llamado Baluarte (2); el polvorín de la Hacienda (3); los molinos marineros (4); las salinas (5); la Plaza de La Merced (6); el Molino de Viento (7); la Plaza de San Pedro (8); y los pozos públicos de agua potable (9).

Junto a los principales puntos de referencia de la emergente capital, a los que une como edificios militares el Cuarte de La Merced, el autor añade otros puntos de referencia que marcaban el ordenamiento que se había hecho de la ciudad y sus referencias religiosas o políticas.

Entre ellas destaca la Capilla de la Estrella perteneciente al gremio de los marineros (a); la Parroquia de la Concepción (c); el hospital (d); la jefatura política (e); la casa de Ayuntamiento (f); la oficina de amortización (g); la Iglesia de La Merced (h); el cementerio (i); la Parroquia de San Pedro (j); el almacén (k); la cárcel y el Ayuntamiento antiguo (l); el matadero (m); la ermita de la Soledad (n); San Sebastián (ñ); el Convento de San Francisco (o); la Comandancia Naval (p); las oficinas de rentas (q); el Convento de las Monjas (r); o la ermita de Saltés (s).

De esa Huelva de hace 177 años, se conservan algunas de las principales señas de identidad, sobre todo las vinculadas a la zona de San Pedro, Las Monjas y La Merced, los tres ejes sobre los que se ha desarrollado la ciudad y que conforman el considerado como casco antiguo de la capital onubense.

Otros referentes se han perdido como la Capilla de la Estrella o la ermita de Saltés. Otros se han desplazado por el crecimiento de la ciudad como el cementerio o han cambiado de uso y ubicación por la construcción de nuevos edificios, como el del Ayuntamiento ya a mediados del pasado siglo.

La Huelva de mediados del XIX era una ciudad por desarrollar que estaba a la espera de la llegada de la riqueza procedente de la mina, de la influencia inglesa y alemana, que buscaba un ascenso demográfico que le permitiera crecer por encima de los cabezos, sin dejar de mirar al mar.