La Hermandad Matriz del Rocío de Almonte corona la aldea

El Chaparral acogió una multitudinaria y solemne Misa de Romeros · La llegada de los peregrinos almonteños al Santuario convierte El Rocío en centro neurálgico de la fe mariana en Pentecostés

La Hermandad Matriz a su paso por la iglesia de Almonte camino de la aldea rociera.
La Hermandad Matriz a su paso por la iglesia de Almonte camino de la aldea rociera.

La Hermandad Matriz de Nuestra Señora del Rocío de Almonte coronó ayer miércoles la aldea almonteña y quedó a expensas de dar la bienvenida a las 106 filiales que, en un continuo goteo y durante los próximos días, irán presentando sus credenciales de fervor postrándose frente a la Reina de las Marismas. Aunque ya son muchos los peregrinos que pueblan las cientos de veredas que llevan hasta la aldea, no fue hasta la entrada de Almonte cuando Pentecostés cobró todo su significado y magnitud, convirtiendo al Rocío en emblema y centro neurálgico de la fe mariana en el mundo.

Como era de esperar, el municipio despertó preñado del inherente ambiente festivo de la cita, aunque a decir verdad sus ciudadanos son la viva imagen de que el Rocío se prepara los 365 días del calendario.

No obstante, no fue hasta ayer cuando se escenificó todo este caudal espiritual aguardado durante tanto tiempo, de forma que desde muy temprano los jinetes se afanaban en acicalar sus mulos y caballos, preparar los charretes, carriolas y carrozas y cargar todos los enseres y víveres para el camino.

Como es preceptivo el Chaparral acogió la multitudinaria Misa de Romeros, escenario desde el que partió el Simpecado de camino tras la estela de una inmensa caballería. Cabe precisar que el nuevo Simpecado almonteño, realizado en los talleres Santa Bárbara de Sevilla y réplica exacta del primigenio del siglo XVIII al que sustituye, se encontraba ya en la aldea a expensas de representar al pueblo de Almonte en los distintos actos oficiales.

Los sones enarbolados por la Escuela de Tamborileros de Almonte anunciaron a los cuatro vientos la partida y cerca de dos centenares de caballos partieron rumbo al particular pasacalles que recorre el corazón urbano del municipio y tiene su momento álgido en la parada frente a la Iglesia de la Inmaculada Concepción, sita en la mítica Plaza Virgen del Rocío.

En este escenario se interpretó la Salve con el Simpecado mirando el interior del templo religioso y con el continuo repicar de campanas entrelazados por miles de ¡vivas! que, al unísono, se sucedían por doquier en una explanada a rebosar para despedir a la hermandad.

Pero si magnánimo es contemplar el espectáculo visual y estético de la marea de caballos o las cientos de personas apostadas en las esquinas que despidieron en su partida a la Hermandad, igualmente significativo es comprobar cómo tras su estela Almonte pasa a convertirse en un pueblo casi fantasma, donde sus gentes tanto en espíritu como en mente ya se encuentran en la aldea, junto al Santuario donde su Patrona la Virgen del Rocío ya anhela esa mítica madrugada del lunes.

Mientras tanto, Niebla, Villarrasa y Lucena del Puerto fueron tres de las hermandades condales que ayer iniciaron su periplo hasta la aldea del Rocío. La primera de ellas abandonó las murallas tras la preceptiva misa y tras ello fijaron su rumbo hasta Rociana del Condado, cuya hermandad hizo en su día los honores de madrina y volvió a recibir engalanada a la carreta iliplense.

Cabe recordar el cariz especial que la romería de este año tendrá para Niebla y Lucena, quienes en esta edición de Pentecostés han modificado su día de partida para poder disfrutar de un camino más sosegado, con un mayor número de paradas y, sobre todo, al objeto de hacer noche y vivir estas vivencias indescriptibles del camino que acontecen cuando el sol cierra sus ojos.

Ambas hermandades pernoctaron ayer miércoles en el conocido paraje Bajo Caldera y disfrutaron hasta bien entrada la noche del cante y el baile por sevillanas.

Más veteranía en las lindes de dormir en las arenas tiene la Villarrasa, quien volvió a hacer noche en la Torreta a expensas de ver hoy a la Blanca Paloma. Su salida tuvo lugar a las 9:30 horas con un gran número de peregrinos que secundaba una siempre excelsa carreta tirada por mulos.

Las tres hermandades tienen previsto que alcancen las Marismas Almonteñas hoy jueves, en torno a las 15:00 horas.

Por otra parte, como cada año, los cohetes anunciaron ayer, a primeras horas, la salida de la Hermandad del Rocío de Gibraleón. Tras la tradicional misa romera en la plaza de España, la comitiva desfiló por algunas de las calles de la localidad, ante la atenta mirada de quienes se quedan para posteriormente iniciar el camino que le conduce a la aldea almonteña.

El Simpecado de la hermandad lució rodeado de flores de todos los colores, a cuyo paso le fueron lanzados continuos vivas. La romería de este año adquiere un matiz especial pues una vez concluida comenzará la conmemoración del 75 aniversario de la Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora del Rocío olontense, celebración que tendrá su punto de partida el día 13 del próximo mes de junio. Pero, en esta ocasión la Hermandad requiere más que nunca la colaboración de todos los olontenses, por ser la propia Hermandad los hermanos mayores de esta romería.

La Hermandad del Rocío de Gibraleón tiene previsto su saludo a la Hermandad Matriz sobre las 15-16 horas de la tarde. Ya el domingo 31 de mayo sobre las 10 horas tendrá lugar la misa pontifical. (A.S.Candilejo).

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