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Francisco Motero: "El deporte para una persona después de un accidente es algo imprescindible"

Francisco Motero, durante un entrenamiento. Francisco Motero, durante un entrenamiento.

Francisco Motero, durante un entrenamiento. / M.G.

Escrito por

Inés Martín

Francisco Motero, jugador de parabádminton de la categoría WH1 en el Club Deportivo Bádminton Huelva y reciente campeón de los European Para Games 2023, sueña con París 2024. Motero, licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la UHU, con tan sólo 25 años vio como su vida dio un giro tras sufrir un accidente de tráfico que le provocó una lesión medular. El bádminton fue su salvavidas y, actualmente, le debe todo al deporte que, junto a su familia, ha hecho olvidar muchos de los malos momentos que ha atravesado en estos casi ocho años.

-La vida le cambia por completo en 2015. ¿Cómo lo afronta Francisco Motero y se adapta a esa nueva forma de vivir?

-En diciembre de 2015 tengo un accidente de tráfico que me provoca una lesión medular. Con un accidente de esta magnitud, obviamente, ves tu vida truncada. Tus proyectos y tus sueños, llegan a su fin. Más adelante de ese accidente, no va a llegar a nada. Piensas que has tocado fondo y que tu vida acaba ahí en todos los ámbitos desde el momento que te dicen que te vas a quedar en silla. Es algo que nunca esperas que te vaya a pasar. Cuando te lo dicen, obviamente, no sabes cómo reaccionar ni sabes cómo afrontarlo. Pasas por diferentes etapas psicológicas, diferentes altibajos emocionales, es como si hubieses pasado un luto para poder empezar desde cero. Despedirme del Paco de antes y darle la bienvenida al nuevo yo. Siempre contando con el apoyo de la pareja, de mi familia y los amigos, que es muy importante, pero el paso lo tiene que dar un mismo y estar preparado. No es nada fácil estar fuerte mentalmente porque es un trauma, un cambio muy radical, pero hay que estar preparado y ser positivo.

-Francisco tiene que amoldarse a un día a día totalmente diferente y el día a día a él. ¿Cómo fueron esos cambios?

-Al tener ese cambio, ese giro de 180 grados en tu vida, tu día cambia día a día. Desde que te despiertas y te levantas de la cama. Levantarte ya te cuesta diez veces más a lo que te costaba antes. Vestirte, al principio en tiempo y en esfuerzo, era una odisea. Ponerte un calcetín, un pantalón… En el hospital, tienen una parte de terapia, en la que te enseñan a todo, a pasarte a la cama, de la cama a la silla, vestirte… Pero al principio, te requiere mucho tiempo y esfuerzo y te frustras totalmente porque no te sale. Es algo que tienes que trabajar todos los días para reducir ese tiempo y esa frustración. Es algo normal que ocurra pero esos cambios son difíciles de aceptar pese a que hayan pasado siete años casi ocho que hará en diciembre. Incluso cuando te montas en el coche, lo mucho que te cuesta y lo poco que costaba antes. Son pasitos que hay que ir dando que cuestan mucho tiempo y trabajo.

-Muchas personas eligen hacer deporte para evadirse de su rutina. ¿Eligió Francisco Motero el deporte como una alternativa para afrontar su nueva vida?

-Una vez puedo montarme en la silla y bajar, en el hospital de Toledo tenía una rutina marcada con gimnasio, terapia ocupacional para volver a hacer la vida, pero en silla. Por las tardes, teníamos libertad y como había un gimnasio en el que disponía de muchos deportes para practicar, pues desde el principio, después de la siesta, con mi pareja, siempre bajábamos y jugábamos al ping-pong. Además de relacionarte con otros pacientes y sus familiares podías jugar al tenis, baloncesto y otros muchos. El deporte para una persona sin discapacidad es una cosa muy aconsejable para evadirte, desfogar del día a día, pero para una persona después de un accidente así es imprescindible, casi obligatorio. Puedes hacer lo que quieras, desde ajedrez, a poder hacer tiro con arco, lo que quieras pero es bueno evadirte y tener ese momento de desfogar y olvidarte de lo que está pasando y hacer algo más o menos físico, pero tener ese ratito en el que se te olvida que estás pasando por ese mal momento.

-¿Por qué bádminton? ¿Qué le motivó para decantarse por el deporte que más alegrías ha brindado a Huelva?

-Estando el Toledo, en el hospital Nacional de Parapléjicos, por las tardes en el gimnasio había muchos deportes. Probé de todo incluso jugué al pádel durante una temporada, pero el bádminton fue uno de los muchos que probé estando allí. Bajaba un muchacho, un monitor a practicar el bádminton con los ingresados y fue mi primera toma de contacto. No había jugado nunca previo a mi lesión, ni en el colegio ni nada, nunca había cogido una raqueta de bádminton. Al principio empezando un deporte adaptado era frustrante y pasaba más tiempo recogiendo el volante del suelo que jugando, pero me picó el gusanillo, mi mujer me obligaba a seguir practicándolo, a montarme y salía mosqueado de la media hora o 45 minutos que estábamos jugando. Poco a poco empecé a entrenar con Miguel Ángel Polo, seleccionador de parabádminton en Toledo y con Esther Torres, que ya jugaba y competía. 

Más que entrenar estorbaba en los entrenamientos, pero rápidamente cogí un nivel aceptable y eso fue lo importante. Se me dio bien para poder seguir entrenando y coger más soltura. Fue rápido, una adaptación rápida, y creo que eso fue lo principal para decantarme por el bádminton.

Hubo una temporada que alterné el pádel a la vez que competía en nacional con bádminton. Una locura porque entrenaba por la mañana y por la tarde en diferentes sitios. Con la silla era un poco locura. Me decanté por el bádminton, me gustaba y veía que tenía potencial. También empezamos a competir internacionalmente y eso me llamaba mucho la atención.

-¿Cómo ha sido el camino hasta llegar a ser un jugador profesional de bádminton? ¿Imaginaba llegar hasta este punto?

-El camino ha sido muy poco a poco. En mi cabeza no estaba en ningún momento llegar a ser profesional, ni llegar a competir internacionalmente, ni llegar a lo que he llegado. Fue un proceso de muy poco a poco e ir mejorando. Me acuerdo de entrenar muchas mañanas súper temprano. Mi pareja me decía “no sé cómo te gusta el bádminton, no sé cómo vas”, pero yo tenía esas ganas de ir mejorando y de ir evolucionando y, poco a poco, fui haciéndolo con mucho esfuerzo. La verdad que no imaginaba ni mucho menos ni me planteaba llegar al punto al que he llegado. Aunque creo que no hemos llegado al tope así que hay que seguir trabajando y a ver hasta dónde llegamos.

-¿Cómo es el día a día de un campeón de Europa? ¿Cómo compagina su rutina con los entrenamientos?

-El día a día, al final, es compaginar familia y el deporte. Nos levantamos temprano, llevamos al cole y a la guarde a los niños, entrenamos, después hacemos las tareas del hogar, volvemos a entrenar por la tarde. Compaginar tiempo con la familia y entrenamientos. Aunque parezca fácil siempre se entrepone alguna enfermedad, los niños se ponen malos muy a menudo y, algún entrenamiento tengo que cortar, porque tengo que llevarlos al médico, pero por normal general entrenamientos y familia.

-París 2024 está a la vuelta de la esquina. ¿Aspira a llegar a los Juegos Paralímpicos?

-París 2024 es una meta que nos hemos propuesto y en la que estamos inmersos. Al principio de año comenzaron una serie de torneos puntuables para la clasificación. Tenemos opciones reales. Son complicadas las clasificaciones para los Juegos porque son pocas plazas en el parabádminton, pero vamos a intentarlo hasta el final. Tenemos hasta febrero que tenemos el Mundial en Tailandia y, esperemos, clasificarnos. Sería un sueño hecho realidad. Ningún jugador español ha sido capaz de clasificarse para Tokio, que fueron los primeros Juegos Paralímpicos en los que entró el parabádminton. Ojalá podamos conseguirlo.

-¿Cuáles son sus sueños y motivaciones?

-Mis sueños y motivaciones en el mundo del deporte, obviamente, son los Juegos Paralímpicos que están a la vuelta de la esquina. Tenemos posibilidades, aunque somos conscientes y realistas de que es difícil la clasificación, hay una pequeña posibilidad y vamos a intentarlo. Sería un sueño cumplido que se ha dado con el paso del tiempo. Cuando empecé con el parabádminton no me planteaba unos Juegos pero al final como hemos ido mejorando y alcanzando buen nivel se ha ido planteando. Es una motivación la clasificación. Sería el primer español en clasificarse para esta modalidad y sería algo histórico. Una autentica motivación. Todo ello también lo he conseguido gracias a todos los patrocinadores desde el Ayuntamiento de Huelva, Diputación y Junta de Andalucía y otras empresas privadas que me apoyan a mi personalmente.

-El camino no será sencillo pero seguro que Huelva volverá a ponerse en el mapa gracias al deporte. ¿Son otros deportistas onubenses un espejo para Francisco?

-Como comentas el camino nunca es sencillo. Hay que dedicarle mucho tiempo y mucho sacrificio, pero bueno siempre llevar a Huelva y a Andalucía por bandera es un orgullo. Otros deportistas onubenses, en el tema del parabádminton y en el bádminton, obviamente, todas las palabras y miradas se van a Carolina Marín. Ahora se ha vuelto a lo más alto, pero ella siempre ha estado ahí. Es un icono para, no solo para el bádminton, sino para todos los deportistas. Sacrificio, esfuerzo, resultados con más mérito, porque en este deporte -nuestro deporte- estamos compitiendo siempre contra los asiáticos. Nos metemos en su deporte, luchar contra ellos, que siempre están como un par de peldaños por encima, y Carolina, no es que haya luchado, es que les ha ganado varias veces y, siempre, es un referente para el bádminton y para todos los deportistas.

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