Huelva

Experiencia con el fantasma de una mascota en Huelva

Perro fantasma.

Perro fantasma. / M. G. (Huelva)

¿Es posible que los animales tengan alma? Esto no es una pregunta sencilla de responder y es muy largo, en el tiempo, el debate que se ha generado en torno a ello. Pero hay casos que son realmente interesantes y que demostrarían que hay una supervivencia a la muerte de los animales.

El testimonio nos llega de una persona con necesidad de respuestas, de María Belén R. Ella, consternada, se ponía en contacto conmigo y me explicaba su caso, que protagoniza su querido perrito, a pesar de que, me advertía, "no creo en cosas paranormales ni me interesa".

"Tengo 42 años y hace unos años mi exmarido me regaló un perrito, un caniche, de lo más cariñoso que te puedas imaginar. Lo tratamos siempre como uno más de la familia. No tenemos hijos y la verdad es que se daba a querer. La cosa es que hace unos meses me divorcié, cosas de la vida, y Nano se quedó conmigo porque Miguel, mi exmarido, decía que no le podía cuidar, pues estaba mucho tiempo fuera de casa. A mí me vino genial porque yo lo quería tener y siempre es traumático decidir quién se queda la mascota. La cosa es que me la quedé yo y me ayudó mucho psicológicamente tras el divorcio y me dio mucha compañía", contaba.

María Belén continuaba explicándome el fuerte vínculo que tenía con el animal. "Yo teletrabajo y siempre estaba en casa. Si salía, lo llevaba conmigo, y la verdad es que siempre ha sido un amigo para mí. Pero hace unas semanas se puso malito, ya era mayorcito, de unos 12 años, lo llevé al veterinario y me dijo que era la edad y que el corazón no tenía fuerza. Me gasté un dinero en un tratamiento que lo mejoró pese a que el paso del tiempo también le hacía mella por días. Yo me tenía lo peor y una mañana, al despertarme, vi que él ya no lo hizo. No sufrió, murió mientras estaba dormidito, pero yo lo pasé fatal. Lloré como nunca, sentí en el alma que Nano muriera, de verdad. A lo mejor hay gente que no entiende ese dolor, pero quién quiere a su mascota sabe lo que se siente", me confesaba.

Pero unos hechos extraordinarios comenzaron a manifestarse en casa de Belén, según cuenta en primera persona: "Cuando lo llevé a incinerar fue como si estuviera en el entierro de un familiar. Me dieron sus cenizas y a mí en casa me faltaba algo, la verdad".

"Aquella noche, al irme a dormir, sentí como si algo se echara en mis pies. Incluso dije: 'Ea, Nano, a dormir', y en ese momento caí en que mi perrito había muerto. Me incorporé de inmediato y allí no había nadie".

Hubo otro episodio que le pasó a continuación. "Aún no había quitado su comedero ni el bebedero. No tenía fuerzas para eso. Aquella misma noche me desperté porque sentí cómo estaba comiendo. Fui corriendo a la cocina y no estaba, lógicamente, pero sí había pienso fuera de su comedero. Aquello a mi me dejó muy contrariada", confesaba.

"Es posible que no me creas, pero te puedo decir que esa noche me acosté muy mosqueada porque sentí que Nano estaba en casa. Te lo juro... Pero es que noches después sentí cómo respiraba en la cama, cómo tenía ese jadeo perruno que es inconfundible. Incluso grabé el sonido con el móvil y se escucha perfectamente".

"Noches después lo vi corretear por el piso y eso ya me hizo que buscara ayuda. O yo me estaba volviendo loca o aquello era real. Entonces me dijeron que hablara contigo, que me ibas a entender bien, que investigas temas paranormales pero que también sabes de animales y escribes de ello, y por eso es lo de hablar contigo. Mi pregunta es: ¿puede ser el fantasma de Nano?" concluyó.

Yo no sabría decirle cuál es la realidad de ese fenómeno que ella está viviendo en su casa con su mascota. No sabría, pero sí le cité otros casos en los que muchas personas han tenido experiencias paranormales con su mascota. Belén vive en Huelva, jamás ha creído en este tipo de hechos, pero desde la muerte de su simpático caniche se ha acercado más a otras realidades que pudieran ser tan inconcebibles como inexplicables.

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