Dulces 'pecados' de Pascua
Tortas, cocas y hornazos endulzan la Semana Santa de numerosos pueblos de la provincia onubensel sabores de tradición Junto a las tradicionales torrijas, los dulces se convierten en los irresistibles protagonistas de estas fechas.






La iglesia decidió restringir el consumo de carne durante el periodo de cuaresma. Sin embargo, la mente humana fue capaz de alumbrar un sinfín de platos para seguir cayendo en uno de los temido siete pecados capitales: La Gula. En Rociana la repostería encontró siempre un reducto inigualable para tentar a los estómagos y abandonarse al placer del buen yantar con una enorme profusión de recetas. No obstante, la receta que más ha cuajado entre los ciudadanos ha sido los hornazos, una 'delicatessen' consumida durante todo el año, si bien con especial profusión en estas fechas de Cuaresma y Pascua.
Su elaboración se realiza mezclando harina con levadura fermentada y aceite, una mezcla que se amasa y soba una y otra vez añadiéndole el aceite de forma escalonada. Una vez la masa obtiene su punto exacto, ésta se esparce en círculos o rectángulos, siempre dependiendo de la forma que queramos imprimirle. El secreto está en lograr que la masa en la zona interior sea muy fina, mientras que más espesa en los laterales a los que se les da 'pellizcos' para conformar la forma de un cenicero, cuyas 'paredes' cumplen la misión soportar el contenido que verteremos sobre él. Éste se compone de una primera remesa de almendras y azúcar, al que posteriormente se le añade huevo batido, limón y una cucharada de azúcar espolvoreada hasta que se haga una pasta.
Asimismo, en Cartaya, el dulce más popular es la torta de Pascua. e procedencia inmemorial y cuya receta se ha ido transmitiendo a lo largo de los siglos de forma oral y de padres a hijos, es una verdadera 'delicatessen' de la repostería onubense. Y es que frente a otros muchos dulces típicos que se elaboran durante la semana santa en la provincia de Huelva como los hornazos o las cocas, la torta de pascua cartayera ha sabido preservar, pese al paso de los años, una inquebrantable receta que hacen de ella una joya culinaria única cuyo sabor, aroma, y hasta incluso textura, hablan por sí mismos. Pese a todo ello, la receta es sencilla y se vale fundamentalmente de aquellos productos que los cartayeros tradicionalmente han cultivado en sus fértiles tierras como por ejemplo limones o aceite, pero sobre todo almendras y cidra.
Por último recalamos en Isla Cristina, donde la indiscutible protagonista de la Semana Santa, y a la que muy poca gente se resiste, es la coca. dulce tradicional que empieza a elaborarse en las casas días previos a la semana Mayor, dejando en sus calles aroma a almendra y cidra, dos de los principales ingredientes de este dulce tradicional que tiene su origen en Cataluña.
Un legado más que los primeros pobladores y fundadores de Isla Cristina, procedentes de Mataró, dejaron en la ciudad costera. Es un dulce que llama la atención desde su nombre hasta su sabor, está elaborado con azúcar, harina, huevos, matalauva, canela, limón, cidra, gran cantidad de almendra cruda y aceite, tiene un grosor de tres centímetros y forma redonda, aunque también existen moldes rectangulares. Dedicación para amasar, buen cálculo en las cantidades y dos horas en el horno a medio fuego dan como resultado el sabor característico de este dulce que es todo una tentación.
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