Huelva

Crimen de Cartaya: El intento frustrado de uno de los imputados de alegar locura transitoria

  • La jueza le deniega el examen psiquiátrico porque lo ve una estrategia para dilatar la instrucción y porque "no hay un solo indicio que nos lleve a pensar que actuó en estado de enajenación mental"

La familia de Samuel cerca el furgón en Ayamonte, en septiembre de 2020.

La familia de Samuel cerca el furgón en Ayamonte, en septiembre de 2020. / Josué Correa (Ayamonte)

La instructora del doble crimen de Cartaya –en el que fueron asesinados el onubense Samuel Vizcaya y el sevillano Manuel Bellido Granado el 14 abril de 2019– ha denegado a J.M.P.P., uno de los dos hombres investigados y en prisión provisional por esta causa, la valoración psiquiátrica/psicológica que había solicitado su defensa.

Como consta en la providencia de la titular del Juzgado de Instrucción 5 de Ayamonte, fechada ayer y a la que ha tenido acceso en exclusiva Huelva Información, J.M.P.P. quería demostrar que sufrió una posible locura transitoria aquel Domingo de Ramos en que sucedieron los hechos.

La jueza determina que "no ha lugar a lo solicitado", especialmente si se tiene en cuenta que el procedimiento se incoó el 16 de abril de 2019,dos días después se le tomó declaración como investigado y el 23 de abril se ratificó la prisión, "y no es hasta hoy, un año y diez meses después, cuando se solicita, habiendo contado con un más que dilatado intervalo temporal para solicitar las diligencias de investigación que pudo considerar pertinentes".

La instructora subraya que "tal modo de pretender dilatar la instrucción no es admisible y tropieza con la filosofía que inspira la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal". Pero no se queda ahí. Añade que la diligencia propuesta "no parte de una base objetiva consistente, puesto que a lo largo de la instrucción de la causa no hay un solo indicio que nos lleve a pensar que J.M.P.P. actuó en estado de enajenación mental".

Se hace necesaria, dice, "una previa anormalidad constatada que signifique su práctica, cosa que no se ha advertido en autos, ni ha sido puesta de manifiesto por la defensa, y todo ello reconducido a denotar la posible inimputabilidad del acusado, o a una posible atenuación de la responsabilidad criminal del mismo".

J.M.P.P. ya había pedido ser ingresado en un módulo de tratamiento para adictos en la prisión, pero "parece que ahora se han decantado por la vía de la locura", apuntan las fuentes de este diario.

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