Cincuentenario de Las Oblatas

FIESTA DE LA CANDELARIA Hoy se celebra la jornada mundial de la vida consagrada

El obispo de Huelva preside esta mañana la misa conmemorativa en el convento

1. Las Madres Oblatas, en el claustro de su convento  2. Campo de olivos donde se levantó el edificio.  3. La comunidad, en el patio de la calle Puerto. 4. Tras la reja de la clausura. 5. Traslado del Santísimo, en 1964. 6. Colocación de la primera piedra, en 1963
1. Las Madres Oblatas, en el claustro de su convento 2. Campo de olivos donde se levantó el edificio. 3. La comunidad, en el patio de la calle Puerto. 4. Tras la reja de la clausura. 5. Traslado del Santísimo, en 1964. 6. Colocación de la primera piedra, en 1963
Eduardo J. Sugrañes / Huelva

02 de febrero 2012 - 01:00

Constituye una parte del espacio más íntimo de Huelva en pleno corazón de El Conquero, se levantó al amparo del santuario de Nuestra Señora de la Cinta y es fruto de la ilusión de la nueva Diócesis onubense. Es el convento de las Madres Oblatas de Cristo Sacerdote, que hoy celebra sus cincuenta años.

Si hablamos de Las Oblatas, la mayoría sabe que la referencia es el convento que tienen junto a la ermita de la Patrona, pero lo que quizás pase un tanto desapercibido es que el monasterio está dedicado a Santa María de la Cinta. Así fue bendecido en una casa que ofreció la condesa de Barbate en la calle Puerto, esquina Rafael López, donde más tarde estuvo la casa de la Hermandad de la Oración en el Huerto y que hoy forma parte de los jardines del monumento a la Inmaculada Concepción. Allí quedaron instaladas de manera provisional, no pudieron venir nada más que ocho hermanas, la primera superiora fue María Mercedes Martínez de la Rivas. La inauguración se realizó el 2 de febrero de 1962 por el primero obispo de Huelva, Pedro Cantero Cuadro, y acudió el entonces obispo auxiliar de Madrid y fundador de la comunidad, el hoy venerable José María García Lahiguera, al que acompañó la superiora general, madre María de Cristo Sacerdote.

Pedro Cantero tomó este convento con máximo interés, como uno de los muchos proyectos con los que venía creando materialmente la Diócesis, nuevas parroquias, colegios, centros de sociales y, por supuesto, lo espiritual, con el Seminario y el convento de las Madres Oblatas en el entorno del santuario de la Cinta junto con la Casa Diocesana de Ejercicios Espirituales, que abrió sus puertas en 1955.

Todos manos a la obra, esta de ladrillos, y dirigidas por el arquitecto Rafael Hidalgo de Caviedes, hermano de la madre fundadora, que realiza los conventos de Madrid y Salamanca. La colocación de la primera piedra tiene lugar el 19 de marzo de 1963, festividad de San José, e incluida dentro de los actos del Día del Seminario. Todo son esfuerzos para que en mayo de 1964 se pueda trasladar el Santísimo en una procesión que parte de la ermita de Nuestra Señora de la Cinta hasta su nueva casa; en fila de dos van las madres oblatas acompañadas por el padre fundador. Pronto habrá un nuevo acontecimiento importante para la congregación de Huelva en ese mismo año. La marcha del obispo Cantero Cuadrado acercará a José María García Lahiguera; sin duda el espíritu de Las Oblatas no se puede descartar como una de las razones para venga a Huelva como obispo pero, por supuesto, tampoco la indicación de Pedro Cantero que había tenido la oportunidad de conocerlo personalmente y sabía que en él podía confiar el caminar de la Diócesis para forjarla espiritualmente.

Huelva queda así unida a José María García Lahiguera hasta que en 1969 marcha al arzobispado de Valencia. Continuó manteniendo una estrecha relación con el convento onubense. La congregación se fue expandiendo por Madrid, Salamanca, Moncada (Valencia), Huelva, Toledo y Moyobamba (Perú).

En nuestra ciudad continúan especialmente vinculadas a las hermandades para las que han realizado importantes trabajos de bordados y es un lugar de peregrinación unido al santuario de la Cinta. En la actualidad hay 19 hermanas, la mayor acaba de cumplir los 95 años y la madre superiora es Asunción García Camareno. Continúan con su carácter contemplativo, con la oración por los sacerdotes para su santificación.

Hoy, Jornada Mundial de la Vida Consagrada, el obispo José Vilaplana, preside a las 12:30 en la capilla del convento la misa de acción de gracias por estos 50 años.

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