Los socialistas que no aguantan más
Las claves
Ya es fácil encontrar a quienes empiezan a admitir que hay que desmontar el ‘sanchismo’ como sea

EL sanchismo no da para más, la losa de la corrupción, la sordidez, la pérdida de los principios que fueron bandera del PSOE, la aparición de personas que se sienten más cómodos en el puterío y los bajos fondos que en los despachos los que trabajan para España en muy distintos sectores, están provocando que, al fin, se empecen a advertir movimientos de rechazo.
Son muy pocos los socialistas que se atreven a dar el paso, pero en privado ya es fácil encontrar a sanchistas que si hace meses decían que había que ser leal a las siglas que defienden desde que eran niños, ahora empiezan a reconocer que hay que desmontar el sanchismo como sea, que jamás pensaron que Pedro Sánchez iba a llegar a donde ha llegado.
Ya no es tan difícil arrancarle a ex dirigentes del PSOE, a colaboradores de Sánchez y a multitud de militantes que se indignaban ante las críticas al actual secretario general y presidente del Gobierno, confesiones de su desánimo. Se sienten culpables de haber apoyado a quien no merece apoyo y, lo que es peor, ya asumen que Sánchez está llevando al PSOE a las profundidades de las que es imposible salir. Con naturalidad, algunos de ellos confiesan su temor de que el PSOE desaparezca como han desaparecido otros partidos socialistas europeos.
Óscar Puente, en baja paternal y con más tiempo libre, ha recuperado el nivel de actividad que tenía en las redes sociales, algo desatendidas desde que fue nombrado ministro. Le ha faltado tiempo para reaccionar a las palabras que pronunció Eduardo Madina en la cadena Ser.
Madina fue uno de los políticos del PSOE con mayor futuro, víctima de un atentado de ETA que le cercenó una pierna, ha sido diputado en el Congreso, se presentó a las primarias pasa sustituir a Zapatero que ganó Pedro Sánchez, y posteriormente apoyó a Susana Díaz en las primarias de 2017 que volvió a ganar Sánchez. Madina renunció a su escaño y a la política, y desde entonces trabaja en la empresa privada sin apenas presencia pública. Sin embargo, probablemente llevado por la indignación que le produce el espectáculo que protagoniza su partido, ha accedido a ser entrevistado y no dudó en señalar que con Zapatero y Rubalcaba jamás se habrían visto personajes como Leire Díez ni Aldama.
Los resentidos
Óscar Puente no pudo resistirse a la tentación de comentar las palabras de Madina: “El que faltaba en el cuarteto de los resentidos”. Se supone que forman parte de ese “cuarteto” Emiliano García Page y Javier Lambán que expresan lo que sienten, sin miedo ni complejos, muy activos los últimos días con la aparición de un nuevo personaje en el círculo del sanchismo, la supuesta periodista Leire Díez. Junto al empresario Aldama ha protagonizado un espectáculo bochornoso que se suma a los muchos más, bochornos todos ellos, protagonizados por destacados dirigentes del PSOE actual, entre ellos ex ministros y dirigentes del máximo nivel en el partido, como José Luis Ábalos y varios de los personajes de su entorno, Santos Cerdán, a ministros que sin rubor cuentan mentiras, nunca se desdicen de esas mentiras o repiten sin inmutarse el argumentario que les manda la “autoridad”.
Otros destacados socialistas que a lo mejor Óscar Puente considera parte del cuarteto de resentidos podrían ser los dos dirigentes más importantes que ha tenido el socialismo, Felipe González y Alfonso Guerra, que después de años haciendo un ejercicio de prudencia, ya no ocultan su preocupación por la deriva que marca Pedro Sánchez, aunque más incisivo y abiertamente crítico Guerra que González. También ha dejado atrás silencios que podrían ser considerados cómplices el madrileño Juan Lobato, defenestrado de la secretaría regional de Madrid por su resistencia a cumplir instrucciones de Moncloa y Ferraz, y que ha sido sustituido por Óscar López. Que está empezando a cavar su tumba política en Madrid , porque la militancia no le apoya y su sanchismo exacerbado e irredento está provocando un rechazo muy visible hacia su persona.
Miedo al grupo Prisa
También fue defenestrado de mala manera por Ferraz el anterior secretario general madrileño Tomás Gómez, hoy muy crítico con el sanchismo, como lo son otros ex altos cargos socialistas entre los que es difícil averiguar si la crítica a Sánchez se debe a convicciones profundas o a que ya no forman parte de círculos de poder. Nadie duda sin embargo que Joaquín Leguina y Nicolás Redondo, críticos desde hace años, lo han sido y son por convicción, y de hecho llevan tiempo en una plataforma que defiende con firmeza los principios básicos de la democracia, que creen que hoy ya no forma parte del comportamiento de quienes dirigen su antiguo partido.
El sanchismo, con su líder a la cabeza, ha optado por el ataque. A Óscar Puente le ha faltado tiempo para sacar a colación el supuesto resentimiento de Madina, pero también ha arremetido contra Lambán, escribiendo en las redes que “Leire está muy de acuerdo contigo, Javier”, ante unas declaraciones del aragonés en las que marca distancias con el Pedro Sánchez. Incluso hay destacados portavoces del Gobierno y del partido que, simplemente, acusan a los críticos de ser votantes de Feijóo o de buscar que Feijóo se convierta en presidente, intentando así descalificar las andanadas que reciben.
Hay un elemento que preocupa seriamente a Moncloa y Ferraz: el grupo Prisa. Ahí sí ven peligro, porque gran parte de los simpatizantes y votantes del PSOE, y por supuesto dirigentes y militantes del partido, son lectores incondicionales de El País y oyentes de la Ser.
Las ansias de poder de Sánchez le llevaron a marcarse el objetivo de que su amigo y estratega en materia de comunicación, José Manuel Contreras, al que intentó colocar como hombre fuerte Prisa pero se quedó en consejero, creara una televisión en el grupo Prisa. Para mayor honor y gloria de Sánchez.
Algunos de los que ven peligrar su futuro parecen dispuestos a ‘tirar de la manta’
El presidente del grupo, Joseph Oughourlian, se negó porque era inviable asumir el coste, pero al ver el empeño de Sánchez por lograr su objetivo como fuera, por cualquier medio, reaccionó con una operación societaria que redujo el porcentaje de los socios sanchistas. Además, procedió a relevar a altos cargos de la Ser y El País, que fueron sustituidos por profesionales de trayectoria y ideología de izqierdas, socialista, pero en ningún caso afines con el sanchismo. Para Pedro Sánchez, es la única noticia que sigue al minuto, consciente de que desde el grupo que preside Oughourlian le puede llegar el golpe mortal.
También le preocupan las noticias que publican los medios que han sido muy activos en la denuncia de la corrupción, las malas artes y las prácticas vergonzosa que se han vivido en el sanchismo. Medios que han provocado investigaciones judiciales que pueden llevar a prisión a personas próximas a Sánchez porque sus informaciones se demostraron veraces.
Algunos de los que ven peligrar su futuro porque la UCO está trabajando a fondo en los documentos y grabaciones que maneja parecen dispuestos a lo que se llama tirar de la manta. Piensan que si colaboran con la Justicia pueden obtener algún beneficio penintenciario si son condenados. Otros, sin embargo, dicen que se han sentido tan maltratados por quienes se suponía que eran amigos y jaleaban sus “manejos”, que han decidido hablar para que caiga el entramado del que formaban parte personas con poder que ahora actúan como si los encausados les fueran desconocidos.
En el PSOE y en el Gobierno intentan defenderse hurgando en la hemeroteca para recordar episodios de quienes hoy les critican y acusando a los que forman parte de la historia del PSOE de trabajar a favor del PP. Pero el clamor contra la corrupción sanchista es cada día más sonoro. Y esta vez llega aderezado con un elemento que hasta ahora no era habitual en los políticos corruptos: comportamientos bochornosos, prostitutas cobrando de empresas públicas sin trabajar, espionaje a personas privadas, grabaciones ilegales… un espectáculo que escandaliza más que cobrar comisiones por obras públicas.
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