Huelva

El Cedea asiste al lanzamiento del mayor cohete construido por estudiantes de España

  • De nombre 'Bondar', es un proyectil supersónico suborbital y alcanzó los 9 kilómetros de altura en 30 segundos a una velocidad de 1.900 kilómetros por hora

Imagen del cohete 'Bondar' en las instalaciones del Cedea en El Arenosillo.

Imagen del cohete 'Bondar' en las instalaciones del Cedea en El Arenosillo. / Cosmic Research (Moguer)

Las instalaciones del Centro de Experimentación de El Arenosillo (Cedea) del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) sirvieron de escenario para el lanzamiento con éxito de un cohete supersónico suborbital. El cohete, bautizado Bondar en homenaje a la primera astronauta canadiense, alcanzó los 9 kilómetros de altitud en 30 segundos a una velocidad de 1.900 kilómetros por hora. Bondar también está considerado como el cohete más potente de España construido por estudiantes.

Después de años de trabajo, el pasado 23 de noviembre, los 15 estudiantes de Cosmic Research se desplazaron con el cohete Bondar y la plataforma de lanzamiento al Centro de Ensayos de El Arenosillo. Los autores del proyecto pertenecen a la Escuela Superior de Ingeniería Industrial, Aeroespacial y Audiovisual de Terrassa (ESEIAAT) de la Universidad Politécnica de Cataluña. 

El lanzamiento se efectuó el pasado día 30 a las 18:00 con unas condiciones perfectas de meteorología y fue un rotundo éxito según puso saber Huelva Información de fuentes del propio INTA, ya que los objetivos se cumplieron con creces.

Según reconocieron desde la propia ESEIAAT, la ventana de lanzamiento autorizada por el Ministerio de Defensa, abarcaba un periodo comprendido entre el 29 de noviembre y el 3 de diciembre. La cuenta atrás se inició a las 13:00 del pasado día 30 de noviembre. Cinco horas más tarde, el Bondar alcanzó su máxima altitud y la ojiva del cohete se separó y cayó al mar sustentada por un paracaídas.

El cohete tiene 2,61 metros de longitud, un diámetro de 131 milímetros y un peso de 33 kilogramos. Es de estructura modular y está formado por el motor, el módulo de recuperación y el de aviónica. El propelente es perclorato de amonio, aluminio y un aglutinante, con una estructura similar a los cohetes secundarios de la lanzadera espacial de la NASA. El motor tiene un periodo de ignición de apenas seis segundos “suficientes para impulsar al cohete hasta los 2,4 kilómetros de altitud; posteriormente sigue en ascenso por inercia hasta alcanzar 7,8 kilómetros”.

Desde Cosmic Research, quisieron destacar la colaboración del Instituto de Técnica Aeroespacial “que ha hecho de mentor en todo el proceso, además de ceder las instalaciones para el lanzamiento”, además del apoyo de “tres estudiantes del BisKY Team de la Universidad del País Vasco que han ayudado en el desarrollo de la electrónica del cohete”. 

Las pruebas se llevaron a cabo en las instalaciones onubenses. Las pruebas se llevaron a cabo en las instalaciones onubenses.

Las pruebas se llevaron a cabo en las instalaciones onubenses. / Cosmic Research (Moguer)

Entre el 1 de marzo de 2021 y el 6 de marzo de 2021, Cosmic Research viajó a El Arenosillo para realizar una serie de pruebas en el marco de una campaña de pruebas preparándose para el lanzamiento de Bondar. Su principal objetivo era “probar la compatibilidad entre los sistemas de CR y las instalaciones de Cedea y recrear las operaciones de cuenta atrás para el lanzamiento. Durante más de 30 horas, el equipo ejecutó un total de cuatro pruebas, entre ellas la validación de la aviónica tanto de los sistemas aéreos como terrestres, la verificación de la compatibilidad de la plataforma de lanzamiento con el terreno y el enlace de telemetría con las instalaciones de Cedea”.

Bondar pertenece a la categoría de cohetes llamados cohetes sonoros. Éstos comenzaron a usarse en la década de 1940 para experimentos meteorológicos y con fines militares. Actualmente, “su uso principal es realizar experimentos en microgravedad. La microgravedad, conocida popularmente como gravedad cero o ingravidez, es un fenómeno físico que ocurre cuando la fuerza resultante sobre un cuerpo es igual a su peso” según Cosmic Research.

Este entorno de microgravedad es útil para comprender el funcionamiento de la física en el espacio y probar hardware a prueba de espacio. “Si bien existen otras plataformas para experimentar en microgravedad, como torres de vacío o vuelos parabólicos, los cohetes sonoros son capaces de proporcionar una microgravedad de calidad superior (del orden de nano gs de aceleración). En el futuro, se podrían utilizar cohetes más potentes basados en Bondar para vuelos de microgravedad. Por el momento, Bondar ya es capaz de volar en hipergravedad y baja gravedad, lo que puede resultar útil para algunos científicos”.

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