Ambiente de fiesta al recibir el 2019
El día 31 inundó las calles del centro de Huelva durante toda la jornada hasta la llegada de las uvas

La llegada del nuevo año en Huelva se vivió dentro de la mayor diversión y sin ningún incidente importante que destacar. El 112 contabilizó 25 incidencias, la mayoría asistencias sanitarias y seguridad ciudadana.
Una jornada la del 31 que después de una mañana de últimas compras tuvo una adelantada tarde noche de diversión en bares y zonas del centro de la ciudad, a donde acudieron miles de onubenses que abarrotaron las calles.
Desde la hora del almuerzo, en algunas zonas de la ciudad como en la plaza Virgen del Refugio, bares organizaron un encuentro musical o zambomba, que consiguió aglomerar a cientos de personas al ritmo de la música, el baile y las copas de licor.
Una fiesta donde la participación se fue extendiendo por otros puntos de la ciudad. Especialmente la Plaza de las Monjas, en el entorno de los bares de copas, la afluencia era tal que ni se podía andar. Todo dentro del buen ambiente festivo de una jornada en la que se dedicaba a compartir momentos con amigos de la manera más agradable posible.
Ambiente que también se extendía por otras calles del centro como Gobernador Alonso, transcurriendo la jornada con bastante normalidad, aunque con la actuación en algunos casos de la policía local que dispersó por aquí el botellón.
La ciudad vivía al ritmo de charangas y la gente se divertía para despedir el año 2018. Una fiesta que fue bajando de ritmo con el cierre de los primeros bares y que ya entorno a las nueve de la noche casi se podía decir que había concluido la primera tanda festiva, para pasar a la celebración más entrañable y familiar en las casas con la cena de noche vieja.
La elección de las campanas fue bastante diversa en las distintas cadenas televisiba por donde se acostumbra a seguir esta despedida y entrada de un nuevo año.
La ciudad de Huelva se iluminó con los fuegos artificiales que de manera particular se lanzaban por los vecinos de todos los barrios. No hubo calle donde no se escucharan petardos y cohetes, con lluvias de bengalas.
En las calles se vivió luego ese himpás hasta la una de la mañana cuando todo otra vez se puso en movimiento. Ahora la juventud, arreglada con trajes y corbata para la mejor fiesta, se tuvo que desplazar un año más hasta la zona del Puerto habilitada para el botellón, donde en una temperatura de no más de seis grados pasó la noche en este corralito festivo. Otros jóvenes se dirigieron a discotecas o bares con reservas. El ambiente por las calles del centro no tuvo ni a soñar la algarabía festiva que desde prácticamente toda la jornada del día 31 se dislocó en espacios como la Plaza de las Monjas o los aledaños de Pablo Rada.
Una jornada para acabar con unos churros y café en el mercado del Carmen.
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