El intenso calor protagoniza el domingo de Pentecostés en la aldea de El Rocío

El calor ha sido el protagonista indiscutible de este domingo de Pentecostés en la aldea de El Rocío, en una jornada de máximas por encima de los 40 grados. Los miles de rocieros que se congregaron en la Plaza de Doñana para asistir a la Misa de Romeros acudían ataviados con paraguas y abanicos en una de las Eucaristías rocieras más calurosas de cuantas se recuerdan en la historia. Como curiosidad, el propio obispo de Huelva, Santiago Gómez, tenía que parar en uno de los instantes de la celebración para beber agua.

El sofocante calor hacía que el corazón de la aldea, después de un sábado repleta de fieles, se vaciara en la víspera de la salida de la Virgen. Un gran número de devotos combatía las elevadas temperaturas al cobijo de las casas de hermandad, al son de cantes y baile, mostrando la cara más festiva y lúdica de la romería. El preludio de ese "momento culmen" de la salida de la Virgen se ha vivido este año con la habitual tensa calma que los romeros llevan por dentro, pero con especial cuidado y concienciación, tras los mensajes de alerta de las instituciones para proteger a la población de las condiciones climáticas adversas.

El propio Ayuntamiento de Huelva compartía a través de una publicación en sus redes una serie de consejos como evitar la exposición al sol en las horas centrales del día; recurrir a comidas ligeras; cerrar las persianas durante el día; evitar hacer deporte en las horas de más calor; hidratarse de forma regular y utilizar protección solar.

Igualmente, el dispositivo de seguridad llevado a cabo en la aldea se centraba, especialmente este domingo, en las posibles consecuencias del calor. Así, el Operativo Ermita, el despliegue asistencial que al amparo del Dispositivo Aldea garantiza la respuesta ante emergencias durante la salida de la procesión de la Virgen del Rocío, se activaba desde primera hora con el despliegue de un Puesto Sanitario y un Puesto de Mando Avanzado (PMA).

Además, por vez primera, con motivo del cambio de lugar de la misa pontifical del domingo, al tratarse de una celebración más del año jubilar y estar previsto que la misa tuviera un carácter muy especial y más masivo, durante la mañana se procedió a la instalación de un punto de atención sanitaria y un PMA en el Paseo Marismeño. De este modo, se daba respuesta a las posibles incidencias que se pudieran producir durante la celebración a la que acudieron miles de devotos.