El Rocío

Soñando con volver de nuevo al Rocío

  • Huelva y Emigrantes concluyen esta fiesta de Pentecostés unidas en una misa en la Catedral

Los simepcados de Huelva y Emigrantes en la Catedral.

Los simepcados de Huelva y Emigrantes en la Catedral. / JOSUÉ CORREA

Era miércoles tras el Lunes de Pentecostés y en la tarde de la ciudad se escuchaban las salvas de los cohetes en el cielo azul de Huelva. Es el día señalado para la vuelta de una estancia, de un camino que retorna a la ciudad para los rocieros de Huelva y Emigrantes.

Este año no recorrieron las calles pero ambos Simpecados desembocaron juntos en la Santa Iglesia Catedral donde celebraron un misa de acción de gracias por este Rocío tan especial que se ha vivido desde la pasada semana. En el porche mercedario los tamboriles anunciaban el acto.

Los carros no salieron, ni los caballistas, ni el tamboril, ni detrás del Simpecado iba el pueblo alegre caminando de manera multitudinaria por las calles. En esta ocaisón la pandemia de la Covid-19 ha vuelto a no dejar que se pudiera celebrar por segundo año consecutivo la romería de la Virgen del Rocío.

Eso no ha impedido que los rocieros pudieran vivir en sus casas de hermandad en Huelva un Rocío de Esperanza. Contando con la presencia cercana de los simpecados ante los que se han celebrado un amplio programa de actividades, con las casas de hermandad que han sido un ir y venir de gente para vivir esos momentos tan especialmente íntimos, de la misa de romeros, el rezo del ángelus o la Salve. Seguro que se ha echado de menos los caminos pero se ha recorrido otro diferente que se recordará siempre.

Eso es lo que ayer se puso de relieve en la monición de entrada, de la que dio lectura Jesús Palacios. Recordó este tiempo vivido en el que se ha sentido la cercanía de la Virgen del Rocío en las dos hermandades de Huelva y Emigrantes “unidas por el mismo camino y por dos devociones en común, la Virgen del Rocío y la de la Cinta”.

Una celebración en la que se pedía por el final de la pandemia y en la que se soñaba con la vuelta el próximo año al Rocío, con ese recorrido por Huelva, la despedida en Colón, el camino, el estar con la Blanca Paloma en la aldea. Soñando así que Huelva y Emigrantes entren en El Rocío de nuevo.

Una celebración en la que se encontraban los dos simpecados junto a la mesa del altar y a la que acudieron las dos juntas de gobiernos encabezadas por sus presidentes, Juan Carlos Rubio, de Huelva, y José Francisco Garrido Cruzado, de Emigrantes. Asistieron el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz Santana; el teniente alcalde de Cultura, Daniel Montero; la delegada de la Junta de Andalucía, Bella Verano; y la presidenta del Puerto, Pilar Miranda.

Las lecturas las realizaron los hermanos mayores de ambas corporaciones rocieras, Antonio Ortiz ‘Nono’, de Emigrantes, y Desirée Márquez, de Huelva.

Una misa concelebrada por los directores espirituales de ambas hermandades, José Manuel Barral, de Emigrantes, y José Antonio Omist, de Huelva, que fue quien pronunció la homilía. Señaló que todo origen tiene un destino y en este caso un retorno tras el encuentro con la Virgen del Rocío, “que nos ha ofrecido el don para perseverá en la fe”.

Tras el canto de la Salve, en esta ocasión por el Coro de la Hermandad Matriz de Almonte, los presidentes mostraron el deseo de que el próximo año se pueda tener ese encuentro con la Virgen del Rocío en la aldea y que esta unión que se vivió ayer en la Catedral de Huelva perdure en el tiempo, como los vivas de los hermanos mayores.

Una última estampa de esta jornada fueron los dos simpecados enfrentados en un saludo cordial y al son de las palmas por Huelva.

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