ROCÍO 2020

Colas para visitar al Simpecado de la Hermandad de Huelva

  • Un minuto de silencio por los fallecidos de la pandemia del coronavirus

  • La carroza lucía hermosamente adornada en el dintel de la capilla

Los devotos pudieron acercarse a visitar la carroza del Simpecado.

Los devotos pudieron acercarse a visitar la carroza del Simpecado. / Alberto Domínguez

La Hermandad de Huelva abrió su Jueves de Rocío con un minuto de silencio en recuerdo de los fallecidos por la pandemia del coronavirus, en una jornada en la que los hermanos eran convocados a la misa de romeros con aforo reducido en el patio, siguiendo las indicaciones sanitarias quedó el aforo reducido. Muchos otros devotos se congregaron en la plaza Paco Toronjo.

El presidente de la Hermandad de Huelva, Antonio Sánchez de Piña, tuvo unas palabras iniciales para recordar a las muchas familias que han sufrido por esta pandemia. “Nosotros los rocieros -dijo- nos pusimos al servicio de la sociedad de Huelva, para dar contenido a lo que hace un año y medio refrendó toda la ciudadanía cuando paseamos el Rocío de amor y caridad. Nunca esperamos que tan pronto íbamos a tener que dar cuerpo a eso que sentíamos los rocieros, el Rocío de amor y caridad”.

Así estos meses estuvieron en “la defensa de la vida, de la dignidad de los seres humanos, ayudando a aquellos que necesitaban de nosotros, y nos pusimos a caminar”. En este camino marcado por la Virgen “no lo hemos hecho solo los rocieros de Huelva, lo han hecho todas las hermandades, las de gloria y las de penitencia. La Iglesia se ha volcado en mostrar el compromiso con la sociedad”.

Muchos devotos acudieron para seguir la misa incluso desde la plaza Paco Toronjo. Muchos devotos acudieron para seguir la misa incluso desde la plaza Paco Toronjo.

Muchos devotos acudieron para seguir la misa incluso desde la plaza Paco Toronjo. / Alberto Domínguez

Sánchez de Piña adelantó de que habrá tiempo “para mostrar el cariño a todos aquellos que salieron a defender la vida”, e invitaba a los presentes a recordar “a la multitud de víctimas que ha costado en lo que va de pandemia”.

Durante ese minuto de silencio se escuchó el toque de oración en la gaita rociera.

Antonio Sánchez de Piña invitó a todos a hacer realidad, “durante este año que nos queda hasta volver a ver a nuestra Madre cara a cara con nuestro Simpecado ese Rocío de amor y caridad, que tanto le gustó a la ciudadanía de Huelva”.

El patio de la Hermandad de Huelva se había convertido en templo abierto para la misa de romeros, adornado con banderolas del cartel rociero de la hermandad, hatillos en las columnas de helechos, romero y flores del camino, cubierto de la bóveda azul cielo de Huelva.

Acompañó a los rocieros el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz Santana, y la presidenta del Puerto de Huelva, Pilar Miranda.

Una jornada festiva a pesar de no poder arrancar el caminar de la carroza de plata, que se encontraba enmarcada en el dintel de la puerta de la capilla, exornada de primavera, del color y la luz de este Rocío tan especial, en las manos del florista Antonio Rivera.

La música del Coro de la Hermandad de Huelva trasladaba a todos, a los que estaban en el patio, a los que seguían la misa por las redes sociales de la hermandad o las televisiones locales, a ese Rocío que cada uno lleva dentro y que explota en felicidad en esta mañana de Jueves de Rocío, cuando Huelva es un mar de plegarias junto al Simpecado.

El capellán de la hermandad, José Antonio Omist, que presidió la misa, quiso empezar su homilía invitando a redescubrir “la grandeza de este Rocío 2020, a invitaros a descubrir cómo el Dios que nos habla la historia y ha venido a ofrecernos el encargo del Padre, nos invita de una manera muy especial a vivir este tiempo, porque en medio de la oscuridad hemos escuchado en el evangelio que Él viene como luz”.

Omist dijo que viene a “iluminar la vida” y “ese camino que recorremos, que tiene un destino fijo”. “Si no hay camino no hay destino, pero porque tenemos destino siempre hay camino”.

Miembros el Coro de la Hermandad de Huelva que participó en la misa. Miembros el Coro de la Hermandad de Huelva que participó en la misa.

Miembros el Coro de la Hermandad de Huelva que participó en la misa. / Alberto Domínguez

Para “los rocieros una metáfora de ese camino es nuestro peregrinar hacia la aldea al encuentro con la Virgen”. Por lo tanto, “ese caminar hacia la Virgen permanente en nuestras vidas tiene un camino que recorrer y es el que vamos haciendo”.

Así, dijo, que cuando todo lo accesorio desaparece lo único que queda es la esencia. “Es precisamente ahí -añadió- donde quisiera invitaros a vivir este Rocío 2020. “En la esencia del amor a la Madre, en la esencia del amor a aquella que supo estar en todo momento en la vida de su Hijo, en la esencia del amor a aquella que no se conformó simplemente con estar al lado de su Hijo, sino que además no se conforma sin estar a nuestro lado, es la que permanentemente nos acompaña”. La que ofrece una mirada de claridad “con ojos limpios al que es el verdadero camino: Cristo”.

Desde esa “luz que él nos trae”, José Antonio Omist desea que este Rocío bautizado como Rocío de luz, “sea para todos vosotros un Rocío también de esperanza”. Un Rocío en el que “seamos capaces de redescubrir que, por oscura que pueda parecer la realidad, siempre está la luz de Cristo alumbrando nuestra vida, nuestra historia, nuestro caminar”. Invitó a seguir sus huellas y si faltan fuerzas no olvidar que “siempre hay un Rocío del espíritu alentándonos, impulsándonos a caminar siempre hacia adelante”. José Antonio Omist aseguró que “no se trata de pregones y florituras, se trata de la autenticidad y la coherencia que el hombre es capaz de encontrar en su vida para hacer de este mundo una realidad nueva”.

Tras la celebración de la eucaristía, a las doce de la mañana se inició la visita al Simpecado. Ante él, la hermana mayor, Desirée Márquez, recibía a los peregrinos a los que les ofrecía una estampa de este Rocío tan especial.

Llegaban peregrinos, algunos con sus pañuelos atados al cuello, otros con sus medallas y lazos de Huelva, mujeres con flores en el pelo y algún coro rociero cuyos miembros quisieron ir juntos para ir cantando en esta larga cola que daba la vuelta a la casa de la hermandad, donde muchos aprovechaban el momento para llevarse el recuerdo de la cinta blanca y azul de este Rocío que está viviendo Huelva tan especial y que, sin duda, siempre se recordará.

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