Un lunes de Pentecostés diferente. Con la Virgen en Almonte y las medidas de seguridad sanitarias por la pandemia de coronavirus vigente, los rocieros no han podido encontrarse con la Blanca Paloma en las arenas de la Aldea.
La fe y la devoción por la Reina de las Marismas se ha vivido con mucha emoción y recogimiento estos días. Durante toda la mañana, las campanas de la iglesia de la Asunción de Almonte han repicado con el rezo del Ángelus.
Cientos de rocieros han hecho cola para poder ver a la Virgen del Rocío. Otros muchos han seguido el rezo desde la plaza engalanada. Así, la patrona de Almonte se mantiene desde agosto en su pueblo debido a las medidas de confinamiento ante la pandemia de la Covid-19, y no volverá a la aldea hasta 2021. La pandemia ha dejado a los rocieros sin el traslado, la romería y todos los cultos previstos, por lo que ha sido un fin de semana muy emotivo en la localidad.
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