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¿Qué es el misterioso kiosco de la icónica Plaza de las Monjas de Huelva?

¿Qué es el misterioso kiosco de la icónica Plaza de las Monjas de Huelva?

¿Qué es el misterioso kiosco de la icónica Plaza de las Monjas de Huelva? / Alberto Domínguez

La Plaza de las Monjas de Huelva es ese centro neurálgico de la capital donde se celebran ferias, disfrutan conciertos, se expone arte, se proclaman manifestaciones y, entre cientos de cosas más, se disfruta de la vida. Un lugar habitual de reunión donde los onubenses se citan o al menos pasan para ir hacia otro lugar. Una enorme estancia histórica con más de seis siglos de antigüedad que ha vivido grandes cambios estéticos, y de nuestra sociedad.

Con su gran extensión, que hace las delicias de los más pequeños en sus tardes de juegos, su gran templete musical, su fuente ahora mismo en renovación frente a un Cristóbal Colón que señala hacia América, sus características palmeras y sus cuatro famosos kioscos en las esquinas de hamburguesas, prensa y atención turística. Pero hay un kiosco más que normalmente pasa inadvertido... ¿Qué es y para qué servía?

La Plaza de las Monjas el siglo pasado La Plaza de las Monjas el siglo pasado

La Plaza de las Monjas el siglo pasado / Archivo E.J. Sugrañes

Luis Alfonso Morales, arquitecto de Al Futuro Arquitectura, un asiduo de desvelarnos curiosidades e información de interés sobre lugares y edificios de Huelva, ha querido compartir todo lo que sabe sobre la Plaza de las Monjas y este curioso kiosco, que lleva en este gran espacio mucho más de lo que pensamos.

Morales nos introduce en los inicios de esta icónica plaza, que no siempre fue el centro de Huelva, pues antiguamente se la conocía por la plaza de abajo. "No fue hasta el siglo XVI cuando se acondicionaron estos terrenos anexos al antiguo convento de las Agustinas que esta plaza empezó a ganar importancia".

Pues en aquellos tiempos la Plaza de las Monjas era la mitad de lo que es ahora, como caballerizas del antiguo Palacio de Medina Sidonia seguían hasta el final de la calle, siendo la actual calle Tres de Agosto, un paso totalmente recto.

"Es en 1907 cuando se hace la reforma más grande que ha tenido lugar en la Plaza de las Monjas, que antiguamente se llamaba la Plaza de la Constitución". Se añadieron las caballerizas, se construyó el hotel París donde estaba el palacio y se construyó el templete musical que entonces era conocido como el de los pitos, un templete que se inauguraría el 15 de abril de 1922 y se anunciaría con "unos magníficos urinarios, para señoras y caballeros, en debidas condiciones higiénicas".

Y volviendo al misterioso kiosco, también fue construido en esta gran renovación. Fue un pequeño puesto hecho para el jardinero, y que así cuidara de las numerosas palmeras y plantas que pusieron por aquel entonces por lo largo y ancho de la emblemática plaza. Un pequeño elemento neomudéjar que es el único superviviente de la Plaza de las Monjas de aquella época.