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En lo profundo de la Cuenca Minera, y dentro del municipio onubense de Zalamea La Real, vigila desde lo alto una aldea donde el aire sabe a jara y tierra húmeda, una pequeña joya rural donde viven 29 personas y cuyo nombre desata la curiosidad de quien lo escucha por primera vez: Las Delgadas.
Pero, ¿por qué "Las Delgadas"? Hay dos teorías. Por un lado, aseguran que el nombre no es casual ni está relacionado con la fisonomía de sus habitantes, sino que se cree que proviene de la propia estructura geológica de la zona. Se refiere a los terrenos y las capas de pizarra que predominan en su entorno, caracterizadas por ser finas, esbeltas o 'delgadas' a la vista.
Otra leyenda hace mención a Fray Francisco Fulbrook, en 1786, es la que nos cuenta que dos hermanas, apellidadas Delgado, vecinas de Zalamea y poseedoras de tierras y ganados en estos lugares se instalaron en ellos, a ellas se les fueron sumando otros vecinos y el lugar tomó nombre de estas mujeres, conociéndosele con el nombre de “Las Delgadas”.
Llegar a Las Delgadas es hacer un viaje al siglo pasado inmediato. Aquí no hay prisas ni grandes lujos, sino la belleza sincera de lo auténtico. Calles hormigonadas se abren con una arquitectura de casitas blancas y humildes de mucho estilo tradicional andaluz.
Las viviendas de esta aldea que tienen como arteria principal la avenida Andalucía, son de gruesos muros encalados que contrastan con los tejares árabes, y se adaptan a la pendiente del terreno. Pasear por sus calles tranquilas es descubrir pequeños rincones donde el tiempo parece haberse detenido, siempre bajo la atenta mirada del paisaje que lo envuelve de encinas y alcornoques.
Su edificio más insigne es su ermita, cuya titular es Nuestra Señora de los Dolores, patrona de la aldea. Además también tiene su cementerio y un campo de fútbol, entre decenas de viviendas.
Las Delgadas no se entiende sin su entorno. Enclavada en una zona de alta riqueza paisajística, es el punto de partida ideal para el senderismo y las actividades al aire libre. Sus caminos históricos conectan con otras aldeas vecinas, como Monte Sorromero o El Zumajo, ofreciendo rutas que permiten al viajero sumergirse por completo en la biodiversidad de la Cuenca Minera.
La vida aquí gira en torno a la ganadería y la agricultura de subsistencia, manteniendo viva la tradición rural de Huelva. Es un destino predilecto para quienes practican el "Slow Travel" o turismo de desconexión, buscando el silencio y la gastronomía local que solo el campo puede ofrecer. Un alojamiento en el centro de esta aldea es la casa rural Sierra Huelva La Monería.
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