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Resistencia estéril

  • Injusticia Los albiazules no merecieron caer derrotados en Santander, donde plantearon un partido muy serio pese a sus bajas Determinante La actuación del aragonés Daudén Ibáñez fue decisiva

Un equipo puede pelear contra su rival, con la climatología y con las adversidades propias de un deporte que como tal no es una ciencia exacta, sino que está sujeta a las variables que lo hacen tan atractivo. Ahora bien, cuando entra en liza cuestiones externas que condicionan y decantan todo el trabajo realizado se va al traste. La historia no es nueva y parece que no va a terminar en el futuro. El Recreativo fue en Santander un dignísimo oponente que creó numerosas dificultades a la revelación del campeonato. El Racing es con mucho la gran sorpresa de la Liga. Mira de cerca a la Champions y tiene la UEFA al alcance de la mano. Aún así no pudo con el Decano. No pudo mientras el choque fue sólo fútbol. Cuando apareció el paisano del Zaragoza, otro implicado en el descenso, Daudén Ibáñez se encontró con tres puntos en bandeja. Tal vez no fuese tan llamativa su actuación como la del 'celebre' Iturralde, pero al final el resultado y la aportación sí. Un libre indirecto que no fue dentro del área cuando más problemas tenían los cántabros, una expulsión sacada de la manga que vino bien para frenar las aspiraciones albiazules de ir a por el partido y un gol en fuera de juego de Tchité que dejó la victoria en el casillero local. Como aportación a la causa racinguista no está nada mal... y como añadido a la zaragocista tampoco, por ejemplo.

Da pena tener que hablar una y otra vez de este mal constante que siempre persigue a los mismos en una carrera en la que parece que no todos van a gozar de las mismas condiciones.

Una lástima porque el partido en sí estuvo muy por encima de la sempiterna actuación lamentable de los colegiados. Y es que los secretos en familia son difíciles de guardar. El Racing de Marcelino cuenta con tantas opciones de sorprender al Recre como el conjunto de Manolo Zambrano al santanderino. Ambos se conocen demasiado bien como para lograrlo completamente. En realidad ni siquiera lo intentaron en un choque noble afrontado de frente, sin esconderse y con las cartas encima sobre la mesa. Fue un duelo vibrante, con ritmo e intensidad que ni siquiera cuando perdió calidad descendió en entrega. Dos equipos que no saben especular no pueden ofrecer otra imagen que la que dejaron ayer sobre el empapado césped de El Sardinero.

Fiel reflejo de su técnico, el Racing necesita la pelota y el papel protagonista en el partido para sentirse cómodo. El Decano no estaba en disposición de cuestionárselo y por ello centró sus miras en otro punto.

Planteó su partido desde la seridad y la concentración. Manolo Zambrano optó por ampliar sus efectivos en el centro del campo para paliar las ausencias en ataque. Carlos Martins tardó media hora en ubircarse y Zahinos en acostumbrarse. Superados estos contratiempos iniciales, el Decano se asentó y pudo equilibrar la contienda.

Antes lo pasó mal en tres acciones en las que Sorrentino y la fortuna sonrieron a los albiazules. El italiano abortó sendas ocasiones casi consecutivas de Smolarek y Duscher en los minutos 7 y 8. Se las prometían muy felices por entonces los cántabros que en el 25 disfrutaron de la más clara del partido, aunque incomprensiblemente Colsa le pegó la patada al aire.

Los locales se fueron desdibujando con velocidad ante la incapacidad de superar al bien plantado oponente onubense, que sabía que el paso de los minutos iba a ser un buen aliado por el cansancio acumulado por el Racing tras su reciente semifinal copera. Sinama, muy solo arriba al comienzo, comenzó a sentir la compañía de Carlos Martins y de la sintonía entre ambos surgieron las mejores oportunidades para haber abierto la cuenta goleadora.

El portugués se sacó del repertorio un obús marca de la casa ajustado al palo en pleno contragolpe que Coltorti envió a córner (41'). Como consecuencia de éste llegó el segundo susto para los de Marcelino. Ayoze sacó bajo palos el remate de Martín Cáceres.

La primera parte iba a terminar en el área del Racing, donde había acabado encerrándolo el Recreativo, quien de menos a más acabó agobiándolo.Podría parecer que la tónica final sería la imperante en el regreso del vestuario. Nada de eso. Jorge López avisó casi al instante al empalmar un balón suelto en el área que se marchó alto.

El empate comenzaba a ser peligroso para los locales. Un punto para el Recre no era mal resultado, pues lo sacaba del descenso, pero el Racing necesitaba los tres para seguir de lleno en la pelea por Europa. Le tocaría asumir riesgos a corto plazo. Su rival lo sabía y esperaba agazapado para aprovecharlo y lanzarse sobre él.

No fue necesario. A la hora de partido Daudén dejó con diez a los onubenses y cambió el dibujo del partido. Sin embargo, ni siquiera así fue superior el conjunto de Marcelino. El Decano se plantó bien atrás y defendió con uñas y dientes su valioso botín.

No iba a dejarlo escapar y no lo hizo. Simplemente se lo quitaron de las manos cuando el colegiado dio otra vuelta más de tuerca a su impresentable actuación y concedió como válido un gol que nació de una jugada en la que Tchité se encontraba en claro fuera de juego cuando las prisas afloraban en El Sardinero (80').

Otra más que sumar en el haber de los llamados a impartir justicia. El partido terminó ahí. Zambrano metió a Gerard para tratar de buscar a la desesperada un balón por alto que no llegó. En cambio sí lo hizo un anecdótico tanto de Smolarek con Sorrentino en el área visitante tratando de recuperar lo que le habían robado.

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