Fútbol | Segunda Andaluza

Joaquín Carvajal vuelve con casi 50 años y la ilusión de un chaval

  • Aparca su faceta de entrenador y regresa al equipo de su tierra como futbolista. "No vengo a lucirme ni a ser el mejor, sólo a echar una mano al club"

Joaquín Carvajal firma su contrato con el Recreativo en presencia de Miguel Galardi.

Joaquín Carvajal firma su contrato con el Recreativo en presencia de Miguel Galardi. / Patri

Joaquín Carvajal vuelve a los terrenos de juego cuando está a punto de cumplir 50 años (nació el 9 de noviembre del 69 en Cortegana). El delantero serrano se encuentra en buenas condiciones físicas y con ganas de ayudar al Cortegana esta temporada, y continuará dando lecciones por los campos de la provincia.

Carvajal es toda una institución en el fútbol provincial. Con 15 años se incorporó al Betis, donde estuvo desde la temporada 84 hasta la 88, dos años cedido en el Cortegana y otros dos jugando en el infantil y juvenil del club verdiblanco. Con 18 años se marchó al Thader de Alicante, luego tres meses al Villanovense, dos años en el Cortegana y de ahí pasó al Recreativo de Huelva, donde estuvo tres años para luego recalar en el San Roque de Lepe, La Palma, regreso al Cortegana (dos años), Dos Hermanas (dos meses), Tomares (tres meses) y Linares (los tres equipos en el mismo año). El Granada 74, también de Tercera, fue su siguiente destino, luego el Ayamonte y los últimos 11 años en el Cortegana hasta la 2011-12.

Su debut como profesional fue con el Recreativo de Huelva, en marzo del 92 en el Nuevo Vivero de Badajoz, y su retirada como futbolista, en 2012 en Ayamonte, en un Canela-Cortegana. “Íbamos ganando 0-2 y al final perdimos 3-2. Fuimos sólo once jugadores y se lesionó uno y acabamos con diez; cogí un cabreo y dije 'Hasta aquí hemos llegado”, recuerda. En octubre de la temporada siguiente recibió un homenaje en un partido entre los veteranos del Betis y la mayoría de jugadores que habían estado en los años dorados del Cortegana. “Cuando firmé por el Recre, el Cortegana subió a Tercera, se proclamó campeón y se quedó a un gol de subir a Segunda B; el tercer año bajaron al equipo pese a quedar 7º por la cola”, se lamenta.

Tras su etapa como futbolista inició una nueva en los banquillos. “Estando en el San Roque me saqué el primer carnet de entrenador; el nivel 2 lo logré en 2015 en El Repilado y ya podía entrenar en categorías de Preferente hasta Tercera. Me fui dos años al Encinasola como técnico, luego cuatro en el Cortegana y el año pasado en el Rosal”.

Joaquín Carvajal, en el día de ayer con la camiseta del Cortegana. Joaquín Carvajal, en el día de ayer con la camiseta del Cortegana.

Joaquín Carvajal, en el día de ayer con la camiseta del Cortegana. / H. Información

Después de siete temporadas retirado, Carvajal ha decidido volver a jugar, y lo hace en el Cortegana, en Segunda Andaluza, en un equipo que marcha 10º. “Físicamente me encuentro bien y tengo la ilusión de echar una mano en unos momentos complicados para el club, porque desgraciadamente ha descendido. La directiva pensó que con lo que había se podía salvar la categoría, igual que este año, pero se han dado cuenta que no hay un nivel suficiente; de hecho, hemos empezado la temporada con tres derrotas y nos hemos incorporado al equipo un chaval de Sevilla y yo, y se va a firmar a un uruguayo para el medio campo. Se tenían que haber fichado cuatro o cinco jugadores buenos en agosto, y no a primeros de año, para evitar lo de la pasada temporada”.

Sé que hay gente que se ha llevado las manos a la cabeza, pero me encuentro bien físicamente"

“Me han salido cosas para entrenar, pero en junio me comprometí con el club y con los padres y no quería dejarlos tirados. Viendo lo que estaba pasando en el Cortegana decidí echar una mano y comprometerme como jugador. Sé que hay gente que se ha llevado las manos a la cabeza, pero me encuentro bien físicamente. La jornada pasada jugué 70 minutos en el Repilado. Físicamente aguanté, porque siempre me he conservado bien, he jugado con los veteranos del Recre… aunque evidentemente no estoy al nivel de antes. También hay que valorar el nivel de la categoría, que no es como el de Tercera, por ejemplo. Si puedo aportar 10 minutos buenos, juego 10, y si son 60, pues y 60. Le dije al entrenador que conmigo no va a tener problemas; en San Bartolomé jugué un rato de central y el otro día de mediocentro; donde mejor me desenvuelvo es en la delantera, pero si hay que darle salida a chavales de la casa, me adapto a lo que necesite el técnico. No vengo a lucirme ni a ser el mejor, sino a ayudar en lo que pueda”.

Destaca que "uno de mis niños juega en el alevín y otro en el infantil, y yo soy el entrenador del alevín del Cortegana (dos años campeón); he preferido subir al equipo de categoría para que los niños compitan, porque no me vale ganar de paliza como nos pasaba; quiero que se esfuercen”, añade.

Su experiencia es un valor añadido en una plantilla con mucha juventud. “Quiero ayudar a los jóvenes, echar una mano a Pedro (el entrenador), y que entre todos podamos aspirar a luchar por un puesto en la liguilla. No le voy a quitar protagonismo al técnico, él es el que manda, y en el campo soy uno más. Además, no he querido el brazalete de capitán; el otro día me lo puse porque cambiaron al capitán y el segundo capitán no estaba en el terreno. Me han comparado con el Cid Campeador, pero yo no quiero eso. Estoy con mucha ilusión y ganas, pero no voy a hacer el ridículo en el terreno de juego”.

Su presencia en el vestuario del Cortegana impone a unos chavales que lo ven como un ídolo, un referente: “No me protestan, no me dicen nada si no les paso la pelota, me tratan con respeto. Quiero que me vean correr y luchar como el que más, que estoy para ayudarlos y también para que ellos me ayuden. La idea es que los chavales piensen 'Si un tío con casi 50 años está corriendo, cómo no voy a correr yo con 20'. Por eso me he querido involucrar en esta aventura. Si pierdo la ilusión o las fuerzas lo dejaré, pero ahora mismo estoy como un niño con zapatos nuevos”.

Casi nadie de su familia quería que volviese a jugar, pero con el paso de las jornadas los está convenciendo

Su incorporación al equipo como jugador es un secreto que ha tenido mucho tiempo guardado, incluso para su familia. “Prácticamente nadie de mi familia quería que volviese a jugar, y a mi padre y mi hermano se lo dije cuando ya había jugado el primer partido. He estado trabajando en la mina cubriendo bajas y tengo que intentar no lesionarme para no perder el trabajo; ese es el único miedo, por si me hacen fijo. Ahora ya lo van aceptando y ven que no me he lesionado y que disfruto. La fuerza y la velocidad se pierden con el tiempo, pero mientras aguante, mientras sea capaz de chutar, de regatear y de sentirme futbolista, pues seguiré jugando. En cuanto vea que no estoy en condiciones, me quito de en medio. Tengo claro que debo ganarme los minutos como uno más, por eso prefiero jugar media hora a un buen nivel a 60 minutos de peor calidad”.

Para los rivales también supondrá un impacto ver y marcar a una de las leyendas del fútbol provincial. “El 90% me felicitan y me dan ánimos; en los dos partidos que llevo jugados me han respetado; otros quizás me desprecien, pero la mayoría me dicen que estoy fino, que tengo mucho mérito… todo eso se agradece”.

Por último, Carvajal destaca que “he tenido muchas lesiones, de menisco, de peroné, de radio, la clavícula partida, innumerables esguinces… pero es que han sido muchos años jugando al fútbol. Nunca he fumado, ni me emborracho, llevo una alimentación sana, una vida equilibrada y voy a disfrutar lo que pueda”.

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