Tercera RFEF

El Cartaya reina en la locura (2-0)

  • Los locales suman 3 puntos vitales para el sueño de la permanencia con goles de Wojcik y Tavira ante el Cabecense

El Cartaya celebra uno de sus goles.

El Cartaya celebra uno de sus goles. / Manolo Camacho

Cuando uno vive una vida loca se queda expuesto a todo, incluso, hablando de fútbol, a merced de un rival que juega a mil por hora sin excesiva conjunción entre sus líneas, loco, como vulgarmente se dice. Y esa locura, o te mata o te encumbra. Eso fue el Cabecense en la primera mitad, que las tuvo de varios colores, penalti incluido que paró Adrián y se fue perdiendo a vestuarios. El gol de Wojcik al minuto de juego fue de lo poco que se le vio al Cartaya, porque poco después, el polaco tuvo otra que le sacó un traicionero bote. A partir de ahí, el equipo de las Cabezas de San Juan se apoderó del escenario a base de chutes en vena, de adrenalina, de velocidad descontrolada, todo a mil por hora, sin que el Cartaya encontrase antídoto para ello. Fue una locura en toda la expresión de la palabra. Y solo el resultado salvó a los locales, porque por lo demás, sus deficiencias salieron al aire como vuelan los pájaros, libres y sin trabas.

La segunda parte, a la vuelta de vestuarios, describió la misma sintomatología. Sin cambios ni de jugadores ni de mentalidad, el Cabecense siguió a lo suyo y el Cartaya también, sin hallar en ningún momento la inyección que atemperase al rival. Agujeros por todas partes y eso que ya se entonaba Carlos Martínez, probablemente el que más sufrió la locura del rival.

Pasada la hora de partido, como el entrenador local no veía ni la fórmula ni la anestesia para al adversario en los que tenía en el campo, tiró de Lagos, un defensa, y de un medio, Tavira, con el objetivo de cerrar espacios por el centro y volar en el ataque porque Miguelito Y Pepito Cárdenas no se enteraban de la película. Y cinco minutos más tarde, Tavira sacó de paseo la clase que atesora. Agarró un balón escorado, amagó al portero, al que venció con la cintura y sacó un latigazo que alojó en el fondo de las mallas sevillanas.

Por fin encontraba la inoculación adecuada el Cartaya, porque a partir de ahí, el Cabecense fue atemperando su locura, fue desapareciendo y el conjunto local respiró con más sosiego.

Durante mucho tiempo pudo pasar cualquier cosa. Eso no lo debe olvidar el Cartaya. Ganó y eso vale su peso en oro por lo que está por venir, por el presente y por el futuro. Pero una reflexión no estaría mal. Hay jugadores que no están y se les esperaba con entusiasmo. Ellos saben quiénes son. Así que nos abstendremos de dar nombres. Pero suman todos, o la locura de ayer puede convertirse en pesadilla un día de estos.

Son tres puntos valiosísimos. Y ahora a descansar para afrontar después dos partidos de aúpa. Primero en Córdoba y luego en el escenario del Municipal el Recre, que en Cartaya se espera como una auténtica bendición del cielo.

Ficha técnica

Cartaya: Adrián, Manuel, Carlos Martínez, Francis Ruíz, Joao Lobo, Cerpa, Miguelito (Lagos), Miguel Fernández (Carrasco), Pepito Cárdenas (Marcos Tavira), Wojcik (Fabinho), José Díaz (Asuero).

Cabecense: Iván Casas, Gonzaga, Francis, José Mari, Jesús Torres (Antonio), Luismi (Navarro), Dani Guerrero, Francisco (Baldu), Manu, León (Álvaro Durán), Soria.

Goles: 1-0 (1’) Wojcik. 2-0 (65’) Marcos Tavira.

Árbitro: Sebti Mohtar del colegio de Melilla. Mostró cartulina amarilla por los visitantes a Francis, Manu, Luismi. Y por los locales a Francis Ruíz, Joao Lobo, Miguel Fernández y Fabinho.

Incidencias: Nuevo Luis Rodríguez Salvador. Unos 400 espectadores.

Resultados y clasificación

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