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El Cartaya continúa sin encontrar el gol

Lolo, del Cartaya, conduce el balón durante el derbi disputado en La Palma.

Lolo, del Cartaya, conduce el balón durante el derbi disputado en La Palma. / a. domínguez

Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible. Cuando no es una cosa es otra y así desde que comenzó el campeonato hasta la primera jornada de la segunda vuelta. El Cartaya no cumple las expectativas y una de las principales causas es la alarmante falta de gol. Cero a cero en Chiclana ante un rival que las tuvo de todos los colores, exactamente igual que el conjunto cartayero. Lo raro es que el partido acabase en tablas, lo que determina que tanto Industrial como Cartaya tienen serios problemas con el gol. Por ahí se cuela la primera explicación al escaso bagaje. Otra de las razones es que le cuesta un mundo enganchar las líneas, dar continuidad al juego.

El equipo de Noé llegaba con la clara intención de dar un vuelco a su situación y salió de allí rodeado de la misma decepción que casi siempre. El equipo lo intenta, va una y otra vez, pero no halla el camino. Luego casi siempre se queda a expensas de lo que haga el contrario. Si el rival marca se queda desnudo y si no lo hace aspira al empate. Esa es la vida en rojinegro. Ni más, ni menos. Y así no puede aspirar más que a ganar algo de tranquilidad e instalarse lo más lejos posible de los puestos de descenso. En Chiclana tenía la oportunidad, la enésima en lo que va de temporada y volvió a salirle cruz.

Noé volvió a apostar por fortalecer el centro de campo por su espina dorsal y eso provocó que el Cartaya tuviera equilibrio y salida por los costados, aunque no tanto como en otras ocasiones. El Chiclana insistió en la rapidez y salida en largo. Y eso le dio para asustar una vez en la primera parte al Cartaya. Salvó Bocanegra, como casi siempre.

El inicio de la segunda mitad trajo malas noticias para el Cartaya. Primero por la lesión de Mario, hombre fundamental, sustituido por Quino. La otra es que el Chiclana, con dos cambios, se puso a correr y almacenó unos minutos que de dejó a los onubenses sin resuello. Llegadas en tropel, remates de todos los colores y Bocanegra y Franci Ruiz de bomberos de guardia. Pasado el tsunami, el equipo de Noé se metió en la réplica y el partido se puso loco, hasta el punto que era ir y venir de un área a la otra, todo con balas de fogueo, sin dinamita ni cañones.

Toda la segunda mitad fue más de lo mismo. Igual tenía opciones el Cartaya que contestaba el Chiclana. Y así hasta el descuento, con un millón de cambios que no cambiaron absolutamente nada. Es el sino de este Cartaya, que no tiene la fórmula para romper en equipo sonriente. La tuvo en Chiclana para dejar atrás las preocupaciones y volvió con el mismo semblante de siempre. Mientras no arregle lo del gol no tendrá compostura su camino. Por eso no sonríe y por eso no sale de los puestos de debajo de la tabla.

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