Órsay

José Ángel González

¿Nos vamos a la porra?

06 de mayo 2015 - 01:00

NO lo digo yo, lo dijo el actual presidente del Recreativo de Huelva hace ahora dos meses, "en Segunda B no hay supervivencia, se iría a la porra todo el dinero invertido". Y dicho así tampoco suena tan mal. Quizás la inversión sí que se pierda, quizás el grupo Gildoy no vea supervivencia al proyecto empresarial, quizás tengan que abandonar el barco porque sea inviable el Recreativo actual… Y quizás, y no será nada fácil, otro Real Club Recreativo de Huelva sea posible.

Las matemáticas aún dicen que la salvación es posible, y no creo que haya ni un solo recreativista que quiera irse a la porra con su Decano. Pero hay que ser realistas y comenzar a mirar más allá del final de esta cruel temporada.

Hasta el momento, la afición ha asistido aletargada a los vaivenes financieros del Recre. Incluso ha sido complaciente con las continuas faltas a la verdad de los dirigentes de la entidad. Pero ahora al lobo no sólo se le ven las orejas, ahora también asoma sus afilados colmillos, preparados para devorar 125 años de historia futbolística en Huelva.

Si el Recreativo desciende de categoría, ¿quién se va a la porra? ¿Los actuales propietarios o la institución? La entidad está herida de muerte por la ineficaz gestión del consejo de administración que ha tenido que recurrir, de nuevo, a papá Ayuntamiento para poder salvar los muebles por, al menos, unos meses. ¿Y cuánto más?

Estos empresarios, propietarios mayoritarios del club, esperan un milagro para seguir con su proyecto de empresa. El Ayuntamiento espera un milagro para no tener que poner más dinero en defensa de una seña de identidad. Y los recreativistas esperan un milagro para seguir sintiendo unos colores que son su vida misma. Porque si no hay milagro, la porra parece esperar al Decano sin remisión.

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