
Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Mucho peor que el perenne trile
fila siete
Cines Artesiete Holea.- Producción: México, 2013.- T.O.: 'No se aceptan devoluciones'.- Duración: 115 minutos.- Dirección: Eugenio Derbez.- Guión: Guillermo Ríos, Leticia López Margalli y Eugenio Derbez.- Fotografía: Martín Boege y Andrés León Becker.- Música: Carlo Siliotto.- Montaje: Eugenio Derbez y Santiago Pérez Rocha.- Intérpretes: Eugenio Derbez, Jessica Lindsey, Loreto Peralta, Daniel Raymont, Alessandra Rosaldo, Hugo Stitglitz, Arcelia Ramírez
Salvo en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, donde el cine de México siempre tiene una pródiga participación, aquí es muy difícil ver una película mexicana. Pero es lógico que la cartelera española no se quede sin el gran taquillazo en las salas estadounidense que ha supuesto No se admiten devoluciones, obra de uno de los grandes cómicos de México, Eugenio Derbez, hombre orquesta en esta realización ya que a él se deben el argumento original -luego no tanto si se analiza la película-, el guión, en el que también han intervenido otros dos autores, el montaje, la interpretación principal, la producción y la dirección.
Su artífice ha tardado doce años en poner en marcha este proyecto que, afortunadamente, se ha visto compensado con el éxito, no sólo del público sino también de buena parte de la crítica. En él nos cuenta como Valentín, un soltero, disoluto y mujeriego en Acapulco, conquistador empedernido, se ve sorprendido por una de las mujeres de su pasado. Le entrega una niña y le dice que es su hija, que la sostenga mientras va a pagar el taxi y desaparece. No tiene más que una foto tomada en un hotel de Los Ángeles. Valentín se dirige allí en su busca cruzando ilegalmente la frontera. En la gran ciudad encuentra un nuevo hogar para él y su hija Maggie. Ha madurado y adopta su papel de padre. Y cuando la niña cumple siete años aparece la madre biológica. Tiene la grave sensación de que puede perder a su hija que es, además, su amiga más entrañable.
Si bien la película no es del todo autobiográfica, si tiene mucho de la propia vida de Eugenio Derbez y representa, sobre todo, un tipo libertino e inmaduro, que, reacio a los compromisos, acaba encontrando una hija de la que nada sabía. Ganador del Premio Platino 2013 a la mejor interpretación, el polifacético director ha sabido conjugar comedia y drama con una equilibrada habilidad a la hora de alternar lo dramático y lo cómico Adopta elementos muy positivos sobre diversos aspectos de la adversidad que en tantas ocasiones nos presenta la vida a los humanos.
Resulta muy convincente para los espectadores el tono de sinceridad y de corrección pero en ocasiones renuncia a tomar partido sobre cuestiones más comprometidas. Quizás algunos adviertan ciertas similitudes o mimetismos con respecto a otras películas conocidas que tratan el tema. Tal vez se note demasiado la inexperiencia de Eugenio Derbez en materia cinematográfica puesto que la factura técnica resulta deficiente y su duración excesiva. Recurre tanto a lo sentimental como a lo cómicamente divertido y la combinación resulta satisfactoria para la generalidad de los espectadores. De ahí su éxito.
QUIROGA
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