en el titán

Eduardo J. Sugrañes / Eduardo J. Sugrañes

Los vuelos del 'Graf Zeppelin' sobre Huelva

Esta semana se cumplen los 85 años del primer vuelo sobre la ciudad, que se repetirá en varias ocasiones más

El vuelo del Graf Zeppelin sobre Huelva forma parte de las crónicas románticas de la ciudad. Quienes pudieron verlo, en las diferentes ocasiones que pasó sobre ella, lo tuvieron de reiterado relato gracias a las descripción de un hecho tan sorprendente como fascinante y también de gran susto para aquellos que lo presenciaron por primera vez, por su envergadura. Ahora hace 85 años, en esta semana se cumplía el aniversario de aquella primer ocasión que sobrevoló Huelva, el 24 de abril de 1929. Aquel gigante de los cielos sorprendía a todos con su gran volumen, 236,6 metros de longitud y volando a unos 200 metros de altura, con lo que era perfectamente visible para los que caminaban o quienes estaban en la faena marinera de la ría. Porque por ahí fue por donde entró. La prensa así relataba aquel día en Huelva: "A las tres menos cuatro ha pasado sobre esta ciudad el dirigible Conde de Zeppelin, que llevaba marcha moderada, a gran altura". Lo comandaba el doctor Hugo Eckener, venía de Lisboa, a donde había llegado a las 11 de la mañana desde Oporto. Entraba por la costa desde Aljaraque, el testimonio gráfico de este vuelo lo tenemos gracias a una edición de pequeñas fotografías editadas en Alemania. Arrancaba sobre el muelle de Tharsis con sus dos ramales, el del Norte y el de Río Tinto. La fotografía tiene un gran valor ya que ofrece una visión aérea de la ciudad desconocida. Esa Huelva en uve que muestra, en un primer término, la zona de cargadero de mineral del muelle Norte. Lo que es sumamente interesante es observar la línea de los muelles definitivos que marcan lo que se había avanzado hacia adentro de la ría buscando un mayor calado. Enfrente del muelle de Río Tinto están las salinas tradicionales, las que aun se conservan y promociona el Paraje Marismas del Odiel. En esa amplia vista, que se adentra hacia la Punta del Sebo, se muestra la nueva zona ganada a la marisma y sobre la que más tarde se asentará el Polo Industrial.

La mirada del comandante de la nave se adentraría hacia lo que es la salida de la ría, buscando ese surco iberoamericano.

De esta forma da paso a la otra fotografía, sin lugar a dudas la primera foto aérea del monumento a Cristóbal Colón. Este 24 de abril se une a otra fecha importante para Huelva como fue en este mismo mes, el día 21, cuando tuvo lugar la inauguración del coloso de la Punta del Sebo erigido en homenaje a Cristóbal Colón.

Pasaba el Graf Zeppelin tres horas después por Sevilla, arrojando allí las sacas del correo, donde el día 9 de mayo se inauguraba la Exposición Iberoamericana. Es fácil entender que no sería elegida al azar esta ruta por Huelva y Sevilla, los dos acontecimientos eran importantes, con una exposición prácticamente montada.

El vuelo del Graf Zeppelin quedará grabado en la memoria colectiva de la ciudad junto a otros acontecimientos aeronáuticos, como el primer vuelo en Huelva que protagoniza el 1 de septiembre de 1911 el francés Georges Leforestier. Un recuerdo que se verá reforzado gracias a otros viajes posteriores del Graf Zeppelin, como el que realiza, un año después, el 16 de abril de 1930, cuando mandado por el comandante Lehmann pasa a las 12:05 con rumbo a Sevilla accediendo desde Portugal: "Durante un cuarto de hora evolucionó sobre la ciudad, dirigiéndose luego hacia La Rábida".

En un vuelo sobre España en mayo de 1930 el Graf Zeppelin pasa por Huelva el día 19,a las tres y media de la tarde "y a escasa altura, cruzó sobre Huelva el Conde Zeppelin, que evolucionó sobre La Rábida, dirigiéndose luego a Sevilla".

Hay otro vuelo en 1930 que es el que relata el periodista Corpus Barga para el periódico argentino La Nación. Es un viaje desde La Rábida hasta Sierra Nevada. Procedente de Tetuán, el Graf Zeppelin entró en España por Cádiz se dirigió a Palos de la Frontera para sobrevolar los monumentos colombinos, luego puso rumbo a Málaga y avistó Sierra Nevada, pasó por Almería y retornó a Sevilla, base del dirigible en sus conexiones con América.

Existe otro vuelo documentado del Graf Zeppelin sobre Huelva el 7 de mayo de 1936. No por el hecho de que ya se conocía el Zeppelin dejó de sorprender a los ciudadanos, más cuando en esta ocasión vuela a escasísima altura, "casi sobre los tejados". "Evolucionó de esta forma unos minutos sobre la ciudad, poniendo proa hacia el mar y desapareciendo". La gente, según la prensa, se echó a la calle para presenciar el vuelo del Zeppelín y muchos subieron a las azoteas para verlo mejor.

Esta visión es la que José Caballero deja reflejado en su Cuadernos de Huelva que dibuja para su esposa María Fernanda, cuando pasa por encima de las casas. El Graf Zeppelin desde los tejados de la Plaza de las Monjas, sobre el antiguo Hotel París.

Los Carnavales de la época también dejaron retratado para la historia aquel primer paseo por Huelva del Graf Zeppelin. El pasodoble era de la murga de Los viudos alegres y se hizo inmortal con esta letra: "Cuando el Zeppelin / por Huelva pasó, / íbamos nosotros / en la dirección. / Tan alto íbamos, / sin aterrizar, / cuando por la radio/ dijo el capitán: / "Huelva, ha de tener,/ la causa lo da a decir, / que la Mariposa Negra, / ¡Eh, se vuelve loca, / por un Zeppelin!".

El Graf Zeppelin convivió en Huelva a lo largo de los años como algo familiar. Incluso una conocida taberna de la calle Berdigón llevó su nombre en la esquina a Sor Angela de la Cruz. Allí donde se colocó uno de los primeros televisores de la calle y muchos acudían a ver la tele antes incluso que cuando los partidos de fútbol había que verlos delante de algún escaparate de las pocas tiendas de electrodomésticos. Eran otros tiempos. Hoy es recuerdo como el vuelo del Zeppelín. En la actualidad continúa en el vocabulario cotidiano y se sigue traduciendo un buen zeppelín como un gran bocata.

En Huelva había pasado al poco tiempo de su vuelo inaugural, transcurrieron pocos meses tras aquel 18 de septiembre de 1928, había sido bautizado el 8 de junio en honor al conde R. Ferdinand von Zeppelin, pionero alemán de la aeronavegación. En aquel año de 1929, cuando aparece por vez primera por nuestra provincia, el Graf Zeppelin había conseguido completar el 29 de agosto su primer vuelo alrededor del mundo al aterrizar en Lakchurst. Atravesando el Atlántico, hizo su primera escala en al ciudad alemana de Friedrichshafenm, tras cruzar Europa, sobrevoló los Urales y atravesó Siberia hasta alcanzar Tokio donde hizo escala. Posteriormente cruzó el Pacífico rumbo a Estadios Unidos, el 26 de agosto, tras 79 horas y 22 minutos de navegación, aterrizó en Los Ángeles (California). Finalmente el 29 de agosto retornó a Lakchurst, su punto de partida. Un gran vuelo que se completará en sus hazañas con el realizado al Círculo Polar Ártico en 1931.

El dirigible realizó 590 viajes, sobrevolando 150 veces el Atlántico y estableció una línea regular en 1936 de carga y correo con Iberoamérica. Recorrió 1,7 millones de kilómetros. Con un volumen de 105.000 metros cúbicos era el dirigible más grande construido hasta la fecha. Se propulsaba con cinco motores Maybach de 550 CV, con una velocidad de crucero de 63 nudos, unos 117 km/h y máxima de 70, unos 128 km/h. Podía transportar una carga de 60 toneladas, contaba con una capacidad para 24 pasajeros y una tripulación de 36 personas, que viajaban en la panza del globo.

Vuelos que no estaban exentos de riesgo al utilizar hidrógeno y la explosión del dirigible Hindenburg, el 6 de mayo de 1937, lleva a que Alemania los suprimiera. El Graf Zeppelin cierra sus míticos viajes con el vuelo que realiza el 18 de junio de 1937.

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