L style="text-transform:uppercase">as malas noticias nunca vienen solas. Que Podemos es casta (o kasta) ya no nos cabe la más mínima duda, y esa casta que ellos mismos criticaban antes se ha convertido en la segunda fuerza de nuestro país. Dice Madina que el auge de Podemos se debe exclusivamente al deterioro del PSOE, y tiene razón Madina. Pero lo más sorprendente es el acomodamiento en su poltrona. Podemos es ya casta, o kasta.

Europa se desmorona. Primero fue el Brexit y ahora es el Rexit. Los sondeos desde hace varios meses dan como primer partido en Italia al movimiento Cinco Estrellas que lidera el cómico (sí, un cómico) Beppe Grillo. Los antisistemas se adueñan de una Europa agonizante a la que nadie es capaz de dar una solución. Pero, ¿qué pretendía Renzi? Desconozco si ustedes lo saben o no, pero yo hubiera sido uno de los que apoyaran su propuesta. Veamos, en líneas generales planteó en el referéndum tres asuntos. En primer lugar, pretendía la supresión del bicameralismo. Reducir el número de senadores de 315 a 95, con el consiguiente ahorro para las arcas del Estado.

En segundo lugar, planteó la supresión del CNEL (Consejo Nacional de la Economía y del Trabajo), organismo creado en 1948 y que en la actualidad suponía, tan solo, un costo innecesario. Y por último la reforma del título V de la constitución con el fin de adelgazar la enorme burocracia del Estado, también, con el consiguiente ahorro. Resumiendo, si esto lo hubiera propuesto en España un partido democrático, estoy más que seguro de que Podemos se hubiera negado con manifestaciones, millones de comentarios en redes sociales, hasta la Sexta hubiera dedicado programas especiales con la presencia en directo de los de la casta. Esos que antes renegaban y criticaban la K de casta, se han aferrado a ella, y a su maravillosa organización que les ingresa, mes a mes, en su cuenta corriente sus nóminas y sus dietas.

Sí, reconozco que Europa necesita una regeneración, una limpieza, y una organización burocrática acorde a los tiempos que corren. Me hace mucha gracia que los partidos de la oposición a Renzi en Italia, le criticaban porque su propuesta limitaba el poder de decisión del ciudadano de a pie. Y me pregunto, ¿alguna vez el ciudadano le ha importado algo al político? Esta es la cuestión que debemos tener clara. No les importamos ni un pimiento a los políticos. Y lo comprobamos día a día. Ellos son la casta, o kasta. No lo olviden. No lo olviden nunca.

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