D style="text-transform:uppercase">esde 1970 han pasado por delante de nuestras cabezas 7 leyes educativas. Siete, sí, han oído bien. La Ley General de Educación (LGE), la Loece, la LODE, la Logse, la Lopeg, la LOCE (esta nunca llegó a aplicarse, pero se publicó en BOE), la LOE y la Lomce. Como podrán comprobar somos un país de leyes educativas y de alto fracaso escolar. ¿Cómo se explica esto? Pues muy sencillo, ninguna ley se consolida, los jóvenes ven a lo largo de sus estudios no universitarios una serie de cambios curriculares que son incapaces de asimilar, y los educadores tampoco.

Las leyes educativas no las hacen los educadores, las crean los políticos, por aquello de qué se trata que me opongo. Y unos partidos van echando tierra al trabajo anterior y así sucesivamente. El resultado es conocido por todos con los índices PISA o simplemente con ver el rostro de nuestros hijos que cada vez saben menos y están peor preparados para la vida. Ahora el PP, el PSOE y Ciudadanos pretenden crear un pacto educativo que ya estuvo a punto de realizarlo Ángel Gabilondo, quizá el mejor ministro de Educación de las últimas décadas, quizá el más coherente, y tal vez el más educador. Supo ponerse en la piel de los educadores. Lo que quieren hacer ahora los partidos de turno es poner nombre y apellidos al clamor popular frente a la Lomce, una ley que nunca tuvo que aprobarse, pero claro, se hizo con mayoría absoluta y con un ministro Wert al que la educación le importaba un pimiento verde.

Por favor, señores políticos, dejen que las leyes educativas las redacten los educadores, pisen la escuela, la escuela pública, recorran sus aulas y respiren el conocimiento que ustedes no tienen, escuchen a los profesores, al equipo directivo, al personal no docente, a los padres y madres de los alumnos, a los alumnos. Escuchen y vean. Y a partir de ahí analicen quiénes deben ser las personas que deben redactar la nueva ley. No queremos parches, no queremos tapar agujeros. No queremos que ahora publiquen en el BOE una nueva ley orgánica para que después sea derogada por otro partido que obtiene la mayoría absoluta. Las leyes educativas son para todos, y deben incluir las nuevas corrientes pedagógicas que dan resultados en otros países, es necesario que sean los educadores quienes tengan la última palabra.

La conclusión se la puedo contar. Tendremos ley educativa nueva una temporada, y dentro de unos años nos la cambiarán por otra. Estará redactada por políticos que buscan el adoctrinamiento. No olviden que nos quieren tontos. Pasaremos otra temporada en el infierno.

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