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Trabajadores de Flisa denuncian un trato "vejatorio y humillante"

  • La empresa niega rotundamente las manifestaciones de los empleados, que son discapacitados físicos

Trabajadores de la lavandería de la cadena Flisa en Islantilla han denunciado públicamente el trato que están recibiendo por parte de algunos encargados y responsables del centro de trabajo en el que, según cuentan, "recibimos un trato vejatorio, humillante e indigno, asignándonos labores, a veces, que no podemos desarrollar por nuestra discapacidad", asegura uno de los afectados. Reconoce que, aunque la mayoría de los trabajadores tienen algunas facultades disminuidas, no se adecuan las tareas al grado de minusvalía. Explican que los despidos improcedentes llegan acompañados de frases humillantes como "dónde vas a ir tú con el problema físico que tienes, quién te va a contratar, presionando así para que no se vayan voluntariamente".

La lavandería de Flisa tiene en invierno 61 trabajadores, llegando a alcanzar casi un centenar en verano. La mayoría de los denunciantes llevan trabajando entre 4 y 9 años, "aunque tenemos contratos basura de jornadas intensivas de 8 horas y un sueldo de 750 euros". Algunos piensan que las contrataciones a discapacitados interesa a la empresa porque recibe una subvención, pero que en la práctica no tratan dignamente a los empleados, llegando a negar, incluso, los días de asuntos propios y rompiendo a veces justificantes médicos de los que han tenido que ir al médico a revisión de la enfermedad que padecen.

La plantilla o parte de ella reclama un trato digno y que se haga justicia a la hora de repartir las tareas dependiendo de la discapacidad de cada uno, adjudicar las funciones con un criterio coherente y que se cumplan sus derechos laborales.

Por su parte el director general de recursos humanos de la empresa Flisa, Pedro Buesa, niega con rotundidad todas las acusaciones y argumenta que "desde mi empresa nos preocupamos por la calidad de vida de todos los empleados siendo adjudicadas sus funciones tras pasar por una revisión médica que determina el grado de minusvalía y las labores que pueden desarrollar". Lavanderías industriales Flisa, dispone además de un programa de apoyo como un paquete de 50 ayudas sociales para libros de textos de los hijos o adaptación de viviendas sin barreras arquitectónicas, entre otras acciones, en las que han invertido en el último año más de 90.000 euros. La empresa cree demostrar con ello que lo primero son los trabajadores a quienes destinan también unos cursos de formación para trabajar en equipo. Buesa, que desconocía las críticas, lamentó que el malestar "no se me haya transmitido a través del comité de empresa, con el que me reúno periódicamente".

Esta cadena de lavanderías del grupo Once adquirió en octubre una nueva en Cartaya que está siendo remodelada y será la que abra todo el año sustituyendo a la de Isla que lo hará en verano.

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