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Alcolea: ¿camino a ninguna parte?

  • Los únicos trabajos que ha realizado son la construcción de la carretera de acceso a la futura presa Las expropiaciones aún no se han llevado a cabo

73 millones de euros de presupuesto (52 para las obras y el resto para expropiaciones, contratos y asistencias técnicas), otros 87 más para el canal de Trigueros, un muro de hormigón que corona a la cota de 56 metros sobre el nivel del mar, capacidad para embalsar 247 hectómetros cúbicos de agua, un régimen de explotación que le permitirá abastecer 100 hectómetros cúbicos de agua al año, una ocupación territorial que afecta a los términos de Gibraleón, Trigueros, Beas, Alosno, Calañas, Valverde del Camino y Villanueva de las Cruces, y dos colas, una en el Odiel (río sobre el que se edificará el muro) y que finalizará en Sotiel, y la otra en uno de sus principales afluentes, el Oraque (que alcanzará hasta el arroyo Tamujoso, en el término municipal de Villanueva de las Cruces), son los principales datos de la futura presa de Alcolea.

Sin duda, una de las infraestructuras hidráulicas más importantes de cara a garantizar en el futuro disponibilidad de agua suficiente en la provincia de Huelva tanto para consumo humano, como para uso agrícola e industrial, cuyas obras están en la actualidad ralentizadas a pesar de contar con una consignación presupuestaria de 73 millones de euros para su ejecución por parte de Acuaes (sociedad estatal dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que gestiona las cuencas españolas y responsable de su construcción), y de que la Junta de Andalucía tiene aprobados créditos por el 50% del valor de la obra, que se amortizarían durante su explotación gracias al canon que los futuros beneficiarios tendrán que abonar por el uso del agua.

Pero lo cierto es que por el momento, y desde que se iniciaron las obras en diciembre de 2012, los únicos trabajos que ha podido iniciar la empresa adjudicataria (Sacyr), son la construcción de la carretera de acceso a la futura presa. Una vez acabada esta vía, nadie sabe qué pasará ya que el Ministerio aún no ha iniciado el procedimiento para expropiar los terrenos que inundará el agua embalsada.

Según fuentes cercanas al proyecto, por ahora sólo ha sido expropiado un 3% del total de terrenos necesarios para completar el proyecto: sólo los que ocupa la carretera de acceso y el futuro muro de la presa, lugar al que, paradójicamente, es imposible acceder con la maquinaria necesaria para su edificación hasta que no se concluya la vía de acceso. Además, cuando la carretera esté operativa tampoco podría iniciarse la construcción del muro hasta la materialización de las expropiaciones ante la imposibilidad de inundar propiedades privadas.

Según estas mismas fuentes, el hecho de no haber iniciado aún las expropiaciones, sumará al menos otro año más a los retrasos acumulados por el momento ante la imposibilidad de acometer la construcción de una infraestructura de este tipo en época de lluvias. Como mínimo, y para ello el procedimiento de expropiaciones debería iniciarse ya, las obras del muro no podrían arrancar hasta el próximo verano.

Los inicios del proyecto de la presa de Alcolea quedan bastante lejanos en el tiempo. El primer paso concreto se produjo en mayo de 2007 con la formalización del convenio de regulación entre la Agencia Andaluza del Agua (Junta de Andalucía), y la sociedad estatal Hidroguadiana (ahora Acuaes, dependiente del Gobierno de España), para la ejecución y posterior explotación de la presa de Alcolea y el canal de Trigueros. Poco más de un año después, en diciembre de 2008 se adjudicó el proyecto y la obra a la constructora Sacyr. Dos años más tarde, en febrero de 2010 el proyecto fue presentado al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino para su tramitación reglamentaria, siendo aprobado un año después, en marzo de 2011.

Fue entonces cuando la ex ministra socialista, Rosa Aguilar, visitó Gibraleón para anunciar en un acto multitudinario, al que acudieron representantes de todos los colectivos beneficiarios de la presa, el inicio de un proceso de expropiaciones que afectaría a las 1.650 hectáreas de terreno necesarias, de las que casi dos años y medio más tarde sólo se han ejecutado el 3%.

Finalmente, y "tras numerosos retrasos en la tramitación, y después de superar innumerables obstáculos", según fuentes cercanas al proyecto, por fin en diciembre de 2012 se inician las obras, comenzando por la futura carretera de acceso a la presa. Una vía de 14 kilómetros, que además tiene que sortear la línea ferroviaria Huelva-Zafra, y que según inciden las fuentes consultadas "van muy ralentizadas ya que no se sabe cuando se podrá iniciar la construcción del muro de la presa".

Según algunos expertos consultados por este periódico, el agua de Alcolea se destinará a uso industrial y para riego, y servirá para descongestionar el sistema Chanza-Piedras, cuyas aguas quedarían casi en exclusiva para consumo humano. También permitirá liberar la sobre explotación mediante pozos del acuífero 27 por los agricultores de entorno de Doñana y, junto al futuro canal de Trigueros, permitirá dotar de agua suficiente para riego al Condado y otras comarcas. También permitirá cerrar el anillo hídrico de Huelva.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Comunidades de Regantes de Huelva -Corehu-, y de la Comisión Promotora de los Regadíos de Huelva -Coprehu-, Juan Antonio Millán, ha afirmado que Alcolea es "necesaria e indispensable" para garantizar la disponibilidad de agua en la provincia y para alcanzar el objetivo marcado para 2027 de contar en Huelva con un techo de 27.000 hectáreas de terreno en regadío. Para Millán "permitiría atender las dotaciones de agua para riego a razón de unos 6.000 metros cúbicos de agua por hectárea y año". No obstante, para que esto sea posible, prosigue Millán, "también es necesario acometer otras dos obras de carácter menor y coste mucho más bajo como la ampliación de la capacidad de la presa del Andévalo de 600 a 1.000 hectómetros cúbicos, lo cual ya se contemplaba en su proyecto inicial, y duplicar los bombeos de Bocachanza de 70 a 150 hectómetros cúbicos al año".

Los futuros usuarios del agua de la presa reclaman que las administraciones "agilicen" los trámites y el desarrollo de las obras, comenzando por las expropiaciones de los terrenos necesarios para el embalse ya que "nadie entiende como en agosto de 2013 aún no se ha iniciado la construcción del muro de Alcolea, cuando las obras se adjudicaron hace 5 años (diciembre de 2008), y cuando el proyecto se aprobó en marzo de 2011 y cuenta con Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable, y por tanto con todos los requisitos medioambientales necesarios para un proyecto de este tipo".

Fuentes de la empresa constructora han aclarado que pese a todo, y tomando como referencia el plazo de ejecución de las obras (36 meses), y el inicio de las mismas (diciembre de 2012) éstas aún podrían estar a tiempo (el plazo sería diciembre de 2015), "ya que el retraso no está motivado por las obras, que a pesar de estar ralentizadas podrían acelerarse, y sí en los numerosos retrasos acumulados en los trámites previos".

Otras fuentes afirman que todo apunta a que se seguirán acumulando retrasos y que esa fecha va a ser prácticamente imposible cumplir al actual ritmo de la obra.

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