El Sindicato de Enfermería (Satse) ha denunciado un incremento de las agresiones en el centro de salud de Almonte, ya que en el plazo de menos de un mes se han notificado al menos dos intentos de agresión al mismo equipo de guardia.

El día 16 de octubre un usuario del servicio intentó coaccionar a un enfermero para que administrase a su esposa un medicamento sin prescripción médica alguna. El profesional sanitario explicó al usuario que sin una prescripción médica no podía administrar la medicación, por las consecuencias que ello puede conllevar tanto para el paciente como para el profesional; acto seguido, el usuario comenzó a proferir insultos y amenazas "muy fuertes" al profesional de enfermería.

El día 13 de noviembre, estando el mismo equipo de urgencias, se recibe un aviso que activa a los profesionales, médico y enfermero, para que asistan a una emergencia que se produce fuera del centro de salud. Una vez finalizada la actuación del equipo y tras haber trasladado al paciente al Hospital Infanta Elena, un usuario que esperaba en el centro de salud a que volviera el equipo de urgencias comenzó a insultar y amenazar al profesional de enfermería diciéndole, entre otras cosas, que le "iba a arrancar la cabeza" ya que llevaba mucho tiempo esperando.

En ambos casos intervinieron las fuerzas de seguridad del estado, concretamente la Guardia Civil, y se comunicaron los hechos a los mandos intermedios para activar el protocolo de agresiones del Servicio Andaluz de Salud.

Además se da el caso de que meses atrás se produjeron roturas de cristales en el centro e insultos verbales y actitud agresiva por parte de algunos usuarios. Además, se han quemado cuatro árboles en un parque anexo al centro y cercano a la zona de urgencias, concretamente, a escasos 10 metros.

Por todo ello, Satse denuncia la inseguridad que sienten los profesionales durante el desempeño de sus funciones en horario de atención a Urgencias. El Sindicato de Enfermería ha puesto en conocimiento de esta situación a la Dirección del Distrito y asegura que aún hay deficiencias en las medidas indispensables de seguridad, como son los botones antipánico o, incluso, la contratación de personal de seguridad.