Los afanes

Javier Sánchez Menéndez

¿Nos bajamos de este tiempo?

LO cierto es que a uno, después de ver cómo está todo, le entran ganas de decir eso que comentábamos cuando éramos jóvenes: ¡Nos bajamos de este tiempo! Basta con observar no solo España sino Europa, o América. ¡Cuánto ha cambiado todo! Repiten nuestros mayores, que se quedan atónitos frente a la incertidumbre de la locura o la mediocridad. Observamos las noticias y todos los días hay una desgracia mundial convertida en mensaje.

Pero claro, si en España más del 70% de sus habitantes no han leído un libro en el último año, ni han visitado un museo, ni han entrado en una librería, ¿qué les vamos a pedir? Poco podemos hacer, casi nada. Intentar leer lo que queramos y vivir con la ilusión del conocimiento y la verdad.

Parece que en estos tiempos manda la pela, sí, el dinero. Todo aquello que se aleje del dinero o se destruye o se adoctrina. Quieren crear borregos, borregos adoctrinados. Se cargan las humanidades (lo último es que en USA también están destruyendo las humanidades). Solo quieren ingenieros, ingenieros borregos de poca monta, que cobren poco, trabajen mucho y generen riqueza por doquier.

La pasada semana recomendamos una serie de libros para esta época estival. Y en realidad, lo que está pegando fuerte entre los jóvenes y no tan jóvenes es ese juego virtual llamado Pokémon Go. El pasado 7 de julio salió al mercado este curioso juego virtual, una mezcla de juego de rol y lava cerebros.

Fíjense cómo está la situación que todos los días ocurren muchísimas anécdotas entre los usuarios de Pokémon Go. Cientos de jugadores invadieron la comisaria australiana de Darwin. La sede policial se vio inundada por personas que perseguían a Sandshrew, uno de los pokémon. En Estados Unidos, Jonathan Theriot publicó una fotografía en la que intentaba capturar a un Pidgey mientras su esposa esperaba para entrar en la sala de partos. En Massachusetts, Lamar Hickson se paró en medio de la autopista para atrapar un Pikachu, produciéndose un accidente en cadena. Hace solo unos días dos jóvenes de 25 años se colaron de madrugada en el parking del Cuartel de la Guardia Civil de Las Rozas (Madrid) mientras buscaban sus pokémons.

¿Ustedes entienden esto? Por más que lo intento, yo no. Así nos va. ¿Y si dejamos que sean todos ellos los que se bajen de este mundo? Ganaríamos mucho, y podríamos leer tranquilos. Eso sí, antes de que ocurra, no me quedaré con las ganas de decir dos palabras a todos esos que se están cargando las humanidades.

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