CineBox Aqualon Puerto Huelva.- Producción: España, 2015.- T.O.: 'Corrupción, el organismo nocivo'.- Duración: 94 minutos.- Dirección: Albert Sanfeliu.- Producción: Pandora Box TV.- Documental con las intervenciones de Carlos Jiménez Villarejo, Manuel Villoria, Joan Queralt, Victoria Camps, Itziar González Virós, Fernando Urriticoechea, Albert Gadea, Maite Carol, Carlos Martínez, Jaume Llansó, Enric Pons

Saben muy bien los habituales del cine de Huelva que, salvo muy raras excepciones y sólo en época de celebración de nuestro Festival de Cine Iberoamericano, es poco probable la proyección de un documental en nuestras salas comerciales. Por eso nos ha sorprendido el estreno del documental que hoy nos ocupa, que por sus propias características es de por sí una excepcionalidad. Y aunque, como en su momento denunciara la productora, fue objeto de "veto, censura y presiones", que al fin pudo superar, ha sido posible su exhibición en los cines españoles desde el pasado mes de abril, propósito en el que se empeñaron quienes protagonizaron un mecenazgo meritorio además de la aportación de otras instituciones. Como ha declarado su productora, Teresa Soler, se ha pretendido "que la gente entienda por qué pasa lo que vemos en los periódicos y lo perciba como algo que tiene al lado".

Está más que demostrado que una de las más despreciables e intolerables lacras que viene sufriendo España desde hace largo tiempo es la corrupción que tanto ha afectado y sigue afectando a la vida social, política y económica del país. Los grandes escándalos de la corrupción son notables a diario en los periódicos y noticiarios de radio y televisión y son perfectamente conocidos por todos, pero hay otros casos menos visibles que afectan sensiblemente a economías o administraciones más pequeñas -según se mire- que son las que aborda decidida y valientemente este documental. Es el caso de personas como Fernando Urriticoechea, Itziar González, Albert Gadea, Maite Carol, Jaume Llansó y Carlos Martínez, que denunciaron el caso Millet o Palau y Pretoria que llevaron a sus jefes ante la justicia por desviar fondos públicos pretendiendo construir un hotel donde había un colegio. Entre otros claros ejemplos de los que se ocupa la película.

Son, entre tantos otros, que prodiga el documental testimonios vivos, dramáticos, dolorosos algunos, pero siempre eficaces en su denuncia y en su decisión acusadora, junto a las manifestaciones de otras personas más conocidas en diferentes estamentos e instituciones como Carlos Jiménez Villarejo, ex fiscal anticorrupción; Victoria Camps, catedrática de Filosofía; Manuel Villoria, fundador de Transparencia Internacional y Joan Queralt, Catedrático de Derecho Penal. Nombres y apellidos que consignan testimonios y denuncias sin ambages ni eufemismos. "Eso es una mera apariencia, una escenografía aparte de una tramoya del estado de derecho"… "lo que digan los profesores es peligrosísimo, puede tumbar todo el sistema de la formación"… son algunas de las muchas frases inculpadoras que esgrimen los participantes y que en muchos casos estremecen por su sincero realismo.

Corrupción, el organismo nocivo, aunque largo para la duración habitual de los documentales, es ágil en su realización técnica y articula bien las intervenciones de los protagonistas, validando positivamente su intención denunciadora, demostrando que este tipo de testimonios cinematográficos, que pueden lograr aún más difusión a través de la gran pantalla, tiene un propósito aleccionador e incluso didáctico. Que buena falta le hace a muchos de nuestros ciudadanos. Como se ha dicho "va más allá de la denuncia". Casos Palau y Pretoria en estas denuncias. Pero sirven de pauta para ¡tantas y tantas otras defraudaciones y estafas!

Quiroga

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