La otra orilla

andrés García

'Minshu', unidad y cabeza

La era de las nuevas tecnologías permite que iniciativas como Referéndum Real Ya! puedan ensayarse aunque no tengan valor legal. Minshu, democracia en japonés, es una herramienta electrónica que permite cotejar los votos de los ciudadanos a través de internet evitando duplicidades, y que suma con fiabilidad los votos electrónicos del sistema Ágora Voting, que será usado entre el 14 y el 19 de junio para preguntar a los ciudadanos qué modelo de Estado se prefiere. Además se prevé la disposición en muchas ciudades durante esos días de mesas alternativas donde poder ir a votar. Evidentemente, no será algo perfecto ni mayoritario y, seguramente, será tildado de ilegal, pero puede servir para dar salida a la continua demanda de democracia que está naciendo en muchos lugares. Hay un evidente fervor democrático: la plataforma Avaaz ha conseguido más de 350.000 firmas para que se haga un referéndum sobre el modelo de Estado; en Huelva y en todo el país se repiten las concentraciones con espíritu republicano; hay varios Rodea el Congreso convocados en los parlamentos autonómicos y en el Congreso de los Diputados; el 9 de noviembre hay una consulta soberanista en Cataluña que parece imparable; etc. El 15M animó a la movilización ciudadana y ahora va configurando iniciativas con un contenido político relevante y concreto.

Creo que vivimos un momento crucial en la corta historia democrática española. Hay herramientas para canalizar el entusiasmo de minorías cada vez menos dispersas y, además, las rígidas estructuras de los partidos mayoritarios empiezan a tener grietas. Creo que además hay dos prioridades fundamentales: buscar la unidad y poner cabeza en todo lo que se promueve, siempre con una respuesta clara a la cuestión personal: ¿estoy dispuesto a perder protagonismo en aras de la unidad y la organización? Encaramos procesos sociales que pueden salir muy bien, si se responde a las expectativas con agilidad y profundidad, o muy mal, si se desarman las ilusiones creadas. El caso de Podemos es una clara muestra de que además de generar ilusión hay que prepararse para una eventual toma de la alternativa.

Estos días se desarrollará esta acción claramente provocadora ante la negativa del Parlamento a abrir un debate público post abdicación, y probablemente sólo servirá para que resuene el derecho a decidir, pero será otro paso más hacia una democracia real, más participativa. Pongamos ya unidad y cabeza.

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