"Mi gran deseo es que Huelva pudiera acoger en un futuro una de las galas de los Premios Platino, porque merece que así sea".

Casi de soslayo, en el cierre de su intervención, el director general de Egeda, Miguel Ángel Benzal, lo soltó así. ¿Pura cortesía o puerta abierta real? Quizá ambas cosas. Pero el alcalde de Huelva estuvo ágil y recogió el guante: "Ésta es una ciudad a la que merece la pena regresar, y si es posible, con los Platino".

Gabriel Cruz no lo dejó ahí. Por si alguien pensaba en quimeras. Para que no quedara como mero cruce de palabras amables.

"Hemos demostrado que tenemos una enorme capacidad organizativa en varias ocasiones", resaltó. Como ejemplo inmediato, la esperada designación, en unos días, de la capitalidad gastronómica nacional, extraordinario esfuerzo de gestión y promoción tomado ya como manual imprescindible a seguir por otras ciudades.

Para que no quedaran dudas, la evidencia de un compromiso realista: "Es verdad que son tiempos difíciles pero la industria audiovisual iberoamericana tiene una gran proyección y queremos formar parte de eso, entendiendo nuestra dimensión pero también nuestra capacidad y nuestra ilusión y apuesta por la cultura y el cine a través del festival", explicó Gabriel Cruz.

La importancia de estas palabras es mucha por el foro en que se produjo. Lo lanzó ayer uno de los máximos responsables de la entidad que, precisamente, creó los premios hace cuatro años conjuntamente con la otra pata en la que se sustenta la industria audiovisual iberoamericana, Fipca. De hecho Miguel Ángel Benzal es también director general de los Premios Platino. Si el nombre de Huelva sale, no es gratuito, entendió el alcalde, al menos como reconocimiento al indiscutible papel de Huelva y su festival en ese contexto.

Pero también le da más valor el hecho de que estuviera presente la consejera de Cultura, Rosa Aguilar, una de las figuras claves para que el foro presentado ayer se celebrase en Huelva, también dentro de la apuesta del Gobierno andaluz por impulsar la industria cinematográfica en la comunidad.

Los Premios Platino son el equivalente a los Oscar en el cine iberoamericano, que reconoce los mejores trabajos de cine de 23 países de habla española y portuguesa.

El año pasado, la gala de la segunda edición se celebró en Andalucía, en Marbella, por lo que ya hay un vínculo abierto con la comunidad. El estreno, en 2014, se produjo en Ciudad de Panamá, en una gran apuesta del gobierno local, como también ocurrió con el uruguayo este año con la gala que acogió Punta del Este, que estrenó para la ocasión un moderno Centro de Convenciones.

Cuando se preparaba el evento el año pasado en Marbella, la organización anunció que se esperaba un impacto económico de 11 millones de euros. Finalmente fueron 27 millones, unos 30 de dólares, en una valoración muy conservadora, según el balance que el propio Benzal hizo posteriormente.

La gala de esa segunda edición, única celebrada en España hasta el momento, fue retransmitida en más de 50 países, difundida vía satélite por TVE a los cinco continentes. TNT la retransmitió, a su vez, en América Latina y el Caribe a sus 50 millones de hogares abonados. Y se generaron más de cien mil noticias sobre los premios, en un primer cálculo.