Los vecinos del barrio extreman el control sobre sus hijos

La Subdelegación achaca a un "malentendido" el supuesto intento de secuestro de otra niña · Críticas a la escasa vigilancia policial mientras crece la desconfianza y el miedo

La Avenida de las Flores de la barriada de El Torrejón vive inmersa en una espiral de zozobra ciudadana que se incrementa con el tiempo.
La Avenida de las Flores de la barriada de El Torrejón vive inmersa en una espiral de zozobra ciudadana que se incrementa con el tiempo.
S.H.

11 de febrero 2008 - 01:00

El hombre detenido la tarde del sábado en la barriada del Torrejón fue puesto en libertad sin cargos tras prestar declaración por espacio de seis horas y después de protagonizar un intento de secuestro que finalmente ha sido desmentido por la Policía.

La Subdelegación del Gobierno en Huelva aporta una versión muy distinta a la de los vecinos y asegura que que "los hechos sucedieron alrededor de las cinco horas del sábado cuando un súbdito argelino coincidió con dos niñas en una plaza de la zona". Añade la fuente gubernativa que "como quiera que el hombre se dirigió a una de las niñas e incluso como gesto amistoso le tocó la cabeza, las niñas se pusieron nerviosas. Entonces, la madre de ambas, que andaba al lado de ellas, comenzó a proferir gritos y, en consecuencia, el nerviosismo generalizado se apoderó de la gente que a esa hora transitaba por la barriada".

La versión oficial subraya que "dos dotaciones de la Policía Nacional se personaron en el barrio y procedieron a tomar declaración al ciudadano argelino y a un testigo para clarar lo ocurrido. Una vez realizadas las comprobaciones pertinentes, siempre según el relato policial, se confirmó que todo había sido un mal entendido fruto de la situación de psicosis y nerviosismo instalada en la barriada por lo que a última hora el súbdito argelino fue puesto en libertad sin cargos". La Policía subraya que el hombre reside y trabaja legalmente en España.

Sin embargo, lo que para la Subdelegación del Gobierno es consecuencia de "un mal entendido fruto de la situación de psicosis" creada a raiz de la desaparición de Mari Luz Cortés, para los vecinos es un episodio más de la inseguridad que vive la barriada y de la escasez policial.

De momento, los vecinos del Torrejón anuncian sin tapujos que llevan tiempo sometiendo al barrio a una metódica y continúa vigilancia y han extremado el control de los niños pequeños para evitar situaciones de peligro. Ayer por la mañana, cuando este periódico estaba entrevistando a varios residentes, un padre advertía a una pequeña que pretendía alejarse con su bicicleta en estos términos: "Niña, no te vayas que te van a raptar". Acto seguido varias personas se interesaron por la procedencia y el motivo del paseo mañanero de los visitantes.

Aún estaba en la memoria el susto de la tarde anterior y los comentarios de intranquilidad se sucedían sin parar. "Es que no se puede venir aquí ni a ningún sitio a toquetear una criatura", clamaban en los corrillos que se formaban a cada paso.

Pero el miedo no sólo reside en la barriada del Torrejón sino que se extiende ya por toda Huelva y no resulta extraño observar cómo se controlan los movimientos de los pequeños en calles, plazas y hasta supermercados y centros comerciales donde era normal verlos corretear a sus anchas.

Son muchos los días que Mari Luz Cortés lleva desaparecida y esa desesperación e impotencia hace mella en la conciencia colectiva de una ciudad pequeña donde todo resulta cercano. Hasta las autoridades políticas en campaña han retirado de sus discursos las alusiones a esa 'Huelva, ciudad segura' y tampoco anuncian ya el aumento de dotaciones policiales tan típicas en estos tiempos electorales. No está el horno para bollos.

Entre tanta inseguridad, los niños juegan en las plazas con los ojos de sus progenitores clavados en sus movimientos. Hay miedo, y el miedo es libre.

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