Huelva

Niños que afrontan una difícil asignatura

  • El Síndrome de Asperger es un trastorno que afecta las habilidades sociales de los chavales Huelva cuenta con una asociación de padres desde hace menos de un año

No hace ni siquiera un año y ya están involucradas 30 familias. La necesidad empuja y ésta es la que ha obrado el milagro. La Asociación Onubense de Síndrome de Asperger y Trastornos de Espectro Autista Leve y Moderado, AOSA-TEA cuenta desde hace pocos meses con un local y una psicóloga especializada que imparte terapia. Y todo ello sin ninguna ayuda oficial, en una época en la que algunas asociaciones de pacientes han tenido que echar el cierre.

AOSA-TEA ha seguido el mismo proceso que muchas otras. Algunas familias ven la necesidad de aunar fuerzas y el primer paso es acudir a alguna asociación de las características que buscan y que ya exista en Sevilla. El paso siguiente es establecer una asociación de ámbito onubense.

El Síndrome de Asperger no es una enfermedad; es ver el mundo con otra lógica en el que la sociabilidad se guía por patrones diferentes. Marián Vidal es la actual presidenta de la asociación. Comenta que la prevalencia del síndrome es de 4 a 7 casos por cada 1.000 niños.

Se trata de niños con una inteligencia de nivel medio a superior. No hay ningún rasgo físico que delate el síndrome; de ahí que el diagnóstico se efectúe a los 5 o 6 años de edad, es decir, cuando el niño inicia su proceso de socialización. Es un trastorno invisible que presenta a estos críos una asignatura más que al resto: aprender a vivir en sociedad. Aún hay cierto desconocimiento en el entorno médico, de modo que el diagnóstico se realiza en la atención especializada de Salud Mental. Vidal, no obstante, aconseja que "diagnostique una persona que haya realizado algún tipo de especialización en la materia, ya que cada caso es diferente y a veces se confunde con los TDAH, es decir, los trastornos por déficit de atención o hiperactividad". Tal es así que hay chavales que hasta "acumulan tres diagnósticos".

La Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil efectúa un seguimiento aunque no hay una oferta de terapias, que los padres entienden que son básicas para ese proceso de socialización, que es su gran desafío. Cuando los niños se dan cuenta de que hay un conflicto entre su concepción del mundo y lo que encuentran, sienten miedo, y su tendencia es acabar en el aislamiento. Esa es la razón de las terapias que la asociación imparte que tienen carácter individual que se dirigen a la autonomía personal; grupales para fomentar las habilidades sociales y una escuela de padres.

Su adaptación a la sociedad puede ser muy buena y su escolarización es normal. Lo único es que tienen que apretar en esa asignatura que es la sociabilidad, para que esa carencia no les afecte su autoestima.

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