Operación Dubai 2

El chiringuito financiero de El Tiburón

  • Garrido y otros seis imputados se enfrentan a delitos de asociación ilícita, estafa continuada y uso de documento falsificado La cuantía del fraude ronda los 150.000 euros

La operación Dubai 2 se puso en marcha en julio de 2010, cuando la Policía Nacional tiró del hilo tras la detención del onubense José Manuel Garrido El Tiburón por ofrecer falsos puestos de trabajo en los Emiratos Árabes a razón de 600 euros diarios en la primavera de ese mismo año. La clave para el arranque de las pesquisas está en la empresa Abu Dhabi Dubai Investments Siccav SLU, que daba cobertura al intento de estafa en Huelva que lograron abortar a tiempo los investigadores.

Con esta sociedad como eje vertebrador montaron El Tiburón y otros seis compinches -su socio, Juan Luis Prieto; su cuñado, el puntaumbrieño M.R.N.; el banquero R.B.B.; el testaferro, A.N.D.; otro onubense, J.S.P., y un cordobés, todos imputados- un suculento chiringuito financiero con el que lograron estafar, presuntamente, unos 150.000 euros a grandes empresas y autónomos de Huelva, Málaga, Sevilla, Madrid y Salamanca.

Las diligencias llevan tres años en manos del Juzgado de Instrucción 13 de Sevilla, algo que tiene "desesperadas" a las víctimas de la trama. El juez ha incoado ya procedimiento abreviado y la prosperidad de la causa está a expensas de las diligencias que el pasado 13 de mayo solicitó el fiscal del caso -entre ellas, una requisitoria judicial para averiguar el domicilio del testaferro, A.N.D., declarado en rebeldía-, quien una vez obtenga respuesta emitirá su escrito de acusación, lo que propiciará la llegada del asunto al órgano de lo Penal que juzgará a los siete imputados, según confirmó el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) a este periódico. Los delitos que se les atribuyen: asociación ilícita, continuado de estafa y uso de documento falsificado.

La génesis

En el verano de 2008 nace la sociedad mercantil Abu Dhabi Dubai Investments Siccav SLU. Según indicaron a este diario fuentes judiciales, fue el propio José Manuel Garrido el encargado de buscarle sede en un céntrico apartamento de la capital hispalense, en la calle Almirante Lobo, muy cerca de la Torre del Oro.

La organización falseó -supuestamente- ante notario las escrituras de constitución de la empresa. Trató de inscribirla en el Registro Mercantil como una sociedad colectiva de inversión de capital variable (Sicav), con elevada rentabilidad y un mínimo de impuestos. La operación le fue denegada. Sin embargo, no dudaron en añadirle un c a las siglas, disfrazándolas para llevar a confusión a los futuros inversores: Abu Dhabi Dubai Investments Siccav.

Al frente de la compañía -que carecía de cualquier elemento que pudiera hacerla lícita-, un testaferro de paja, A.N.D., un sevillano insolvente de 67 años. Como apoderado, el otrora socio de El Tiburón, ya condenado por la estafa de los coches, Juan Luis Prieto, sevillano de 76 años. La maquinaria estaba en marcha.

El negocio inicial 

La trama abrió el negocio con un hipotético capital social de 300.000 euros, a razón de 3.000 euros por cada acción, ya que las Sicav necesitan un mínimo de cien participantes para ser consideradas sociedades colectivas.

En paralelo, contrató a través de una web de empleo a su director comercial. Luego prosiguió con la captación de una secretaria, comerciales y administrativos, todos ajenos a un engaño del que también se han convertido en víctimas, puesto que los contratos que les realizaron eran falsos y, cuando la empresa cerró, se quedaron en la calle sin cobrar salarios ni indemnizaciones. Tampoco habían cotizado en la Seguridad Social.

Los trabajadores llegaron a contactar con más de 400 posibles inversores, a los que se les ofrecía, principalmente por correo electrónico, la posibilidad de participar en suculentos negocios en Dubai (Emiratos Árabes) con una rentabilidad cercana al 40% y prácticamente libre de impuestos. Alrededor de un centenar de ellos rechazó la propuesta.

Para convencer a los más exigentes, según indicaron a este periódico fuentes judiciales, los presuntos estafadores idearon un plan: les comunicaban que el capital social de la mercantil se había ampliado a tres millones de euros y añadían el anagrama de los Emiratos para dar más enjundia al documento.

No les resultaba difícil persuadir a sus víctimas. Contaban con la imprescindible colaboración de R.B.B., ex director de una entidad financiera de Málaga desde la que se subrayaba la solvencia de la empresa cuando algún desconfiado llamaba para comprobar la formalidad de la Abu Dhabi Dubai InvestmentsSiccav SLU.

70.000 euros en jamones

Dos pequeñas empresas del sector cárnico onubense y salmantino figuran como perjudicadas por la organización de El Tiburón. A la onubense, con sede en Aracena y con la que no consiguió contactar este rotativo, le solicitaron dos lotes de productos el verano de 2008 y en diciembre de ese mismo ejercicio, pedidos que la sociedad no llegó a abonar nunca y cuya cuantía ronda los 20.000 euros.

La otra víctima es Nuria Martín, autónoma de Guijuelo (Salamanca). Relató a este diario que había invertido 40.000 euros en la reforma de la tienda de jamones que regenta y consiguió abrirla al público en octubre de 2009. Sólo un mes después recibía la llamada que la empuja sin remedio al precipicio de la ruina. "Me llamó Juan Luis Prieto en nombre del Grupo Álvarez de Málagapara hacerme un pedido de 25.000 euros en jamones y lomos para regalarlos a empresas por Navidad, pero me indicó que no podían pagarlo por adelantado", señala. El encargo podía solucionarle las deudas, pero desconfió desde el principio de los interlocutores.

"Me dijo que llamara a una sucursal de Málaga", en la que tenían como director a un compinche, "así que pedí a mi banco que contactara con la caja de ahorros, pidió referencias y le aseguraron que la empresa que iba a pagar el envío, la Abu Dhabi Dubai, era solvente". Envió el cargamento.

Días más tarde "me vuelve a llamar Prieto para decirme que le había surgido un aumento de pedido y que era urgente". La comunicación se produjo un lunes y necesitaban que la mercancía estuviera en Huelva el domingo, a lo sumo. "Todavía no me habían pagado lo anterior, así que mi banco volvió a contactar con la caja malagueña para reclamar el dinero; nos tranquilizaron diciendo que habían aumentado el capital a tres millones de euros".

Nuria contrató a un transportista para que enviara aquel domingo el cargamento a tierras onubenses. "El porte era de 600 euros y debían costearlo ellos, pero cuando llegó allí el chico, no había nadie; llamé a Prieto y me dijo que El Tiburón estaba de camino, que venía desde Málaga con el dinero, y yo empecé a sospechar", afirma. Entonces el socio de Garrido "se hizo la víctima, tanto que me acabó convenciendo y le dejé allí los productos; hoy no sé cómo lo hizo". En total, otros 25.000 euros que no llegó a cobrar.

Subsiste desde entonces con el dinero que le han prestado familiares y amigos. "Ahora es muy complicado vender jamones, a lo que se suma la deuda", argumenta con pesar Martín, a lo que agrega que "no puedo cerrar la empresa porque perdería mi casa y la de mis padres, ya que me avalaron en la reforma de la tienda".

No se conforma con que encarcelen a los miembros de la organización, "puesto que eso a mí no me soluciona nada y en breve estaría en la calle", por lo que pide a la Justicia que "las indemnizaciones sean para las víctimas, porque nos hace mucha falta el dinero".

Recuerda que cuando vio por televisión que habían detenido a El Tiburón y los suyos por el timo laboral de Dubai, le dijo a su madre: "Qué pena que a los que me estafaron a mí no los hubieran pillado antes". No sabía entonces que eran, presuntamente, los mismos.

Nochevieja en El Rompido 

El tren de vida del grupo era elevado y actuaba sin pudor. En el hotel El Rompido Golf Resort, ahora Precise Resort El Rompido, la banda celebró la Nochevieja de 2009 por todo lo alto.

El director del establecimiento, Sito Pons, lo recuerda bien: "Reservaron habitaciones para unas 30 personas y cubiertos para la cena de gala de Fin de Año; vino gente variopinta, de Sevilla y de Punta Umbría casi toda y que trabajaba en una empresa de construcción, según nos dijeron".

El valor hospedaje y el ágape, 7.000 euros, que "nos pagaron con un talón que ingresamos en el banco el 2 de enero; no tenía fondos, claro está", apunta el empresario. Pons pide justicia, "que se nos devuelva el dinero y que no lo vuelvan a hacer".

Dos grandes, estafados 

El hotel cartayero no es el único en caer en la trampa de la organización presumiblemente capitaneada por El Tiburón, al que los que le conocen lo definen como "un coco, con la cabeza bien amueblada". También se atrevieron con un lujoso establecimiento madrileño (cercano a la Castellana) de una reputada cadena española que declinó realizar cualquier manifestación sobre el asunto. Este periódico ha podido saber que en varias ocasiones se alojaron en él el cuñado de Garrido, M.R.N., y Juan Luis Prieto. Nunca llegaron a abonar la estancia.

El fraude alcanzó también a unos conocidos grandes almacenes de Sevilla, a los que este diario solicitó información, sin obtener respuesta. La estafa rondó en este caso los 35.000 euros en productos diversos, como viajes, amén de otros tantos artículos electrónicos como móviles, televisores o videojuegos que la banda logró obtener sin realizar pago alguno.

El viaje a Dubai

La huella de la actividad delictiva de la organización con epicentro en la Abu Dhabi Dubai Investments alcanzó de pleno a la pequeña empresaria malagueña María Sonia Rueda, propietaria desde 2003 de la agencia Atlantis Viajes. Contactaron con ella en abril de 2010 con idea de que "les preparara un viaje a Abu Dhabi por todo lo alto, en primera clase y en hoteles de lujo". A ella le recomendaron -el compinche del banco- que "les diera servicio porque tenían una cantidad ingente de dinero en Reino Unido". Y se fió.

Viajaron a los Emiratos "El Tiburón, su esposa, el banquero R.B.B. y su mujer". En total, 26.000 euros, ya que "cada billete de avión costaba 5.000". Le comunicaron que "iban para desbloquear una operación financiera y se alojaron cinco días en un hotel de cinco estrellas". Incluso trataron de "que les sufragáramos las comidas y otros servicios que no prestábamos".

Nunca vio un euro, a pesar de que "todavía estoy de juicios con los proveedores y pagando un préstamo personal hasta 2017" para hacer frente al agujero. Rueda se vio obligada a liquidar al personal -"éramos cuatro fijos y dos eventuales"- y a cerrar la agencia de viajes. Su caso todavía está en un juzgado de Málaga. "Me ha destrozado la vida mientras tiene todos los bienes a nombre de la mujer y los hijos, que se pegan los rocíos a tutiplén".

A su juicio, Garrido es "un sinvergüenza con limitaciones que sabe rodearse de gente con capacidad para montar estos chiringuitos financieros con los que arruinan la vida a la gente".

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