Contar un cuento puede convertirse en un perfecto relajante. Esos niños de apenas dos años que demandan constantemente actividades de todo tipo y mucha acción pueden quedarse inmóviles por un momento. Ese milagroso instante tiene que ver, tal y como ha ocurrido en la guardería Los Peques de Huelva, con la lectura de cuentos protagonizada por padres, familiares y amigos de los pequeños. Estos peques permanecieron sentados en sus sillas en todo momento y muy atentos a cada historia que se narraba. Se trata de una iniciativa propuesta por este centro a lo largo de todos estos días con motivo de la celebración de la Semana del Libro.

Los objetivos de esta actividad "son varios", según Maribel González Murientes, directora de la guardería capitalina. "Por un lado, queremos acercar la lectura a los niños, que la aprecien y la conviertan en un hábito, y al mismo tiempo, que sus padres, familiares y amigos también se acostumbren a leerles cuentos", ha explicado. Además, de esta manera "conseguimos acercar a los padres a la educación de sus hijos, ven en persona las cosas que hacemos aquí y todos se lo pasan bien", ha dicho.

Una de las madres representó El zapatero remendón ayudada de marionetas, otros emplearon los dibujos hechos en la guardería. Los lectores imitaban las voces de los protagonistas de los cuentos, los sonidos como el de una puerta que se abría, recurrían a su imaginación para añadir detalles a la historia, en definitiva, "han sido unos lectores espontáneos y divertidos", ha apuntado González.

Algunos de los pequeños, muy emocionados, decían a los demás "esa es mi mamá y viene a leer un cuento". También participó uno de los niños, que sin saber leer, relató un cuento a sus compañeros basándose en los dibujos y en su menuda imaginación.

Juan Venegas, el responsable de la biblioteca, ha destacado junto a Pedro Romero, el Jefe de Servicio, la "importancia" de este centro, que "se sitúa el primero de la provincia por detrás de la capital, con 10.000 personas al año entre préstamos y visitas". Del mismo modo, han recordado a algunos isleños ya desaparecidos como la escritora María Asunción Echagüe, madrileña afincada en la localidad, que fue bibliotecaria durante varios años; así como a Román Pérez, propietario original del edificio donde se sitúa la biblioteca municipal que además lleva su nombre e impulsor de la primera que hubo en Isla Cristina en 1918. Él siempre recordaba la frase "la cultura es la honra de un pueblo".

Dentro de los actos que se desarrollaron, los escolares también tuvieron su participación. En el patio de San Francisco, la concejala de Educación, Mari Carmen Beltrán, recibió a los alumnos que durante varias semanas han trabajo en distintas actividades relacionadas con el libro y la lectura. Allí, a primeras horas de la mañanas, los niños pudieron desplegar sus trabajos a modo de murales y exponerlos en los alrededores de las instalaciones./Begoña Flores