"Ruego a todo el mundo que reme en la misma dirección"
Balonmano l División de Honor Plata
El técnico bilbaíno cree que su marcha es necesaria para que el equipo encuentre un revulsivo y logre su objetivo de permanencia en la categoría con el máximo apoyo

Profesional hasta en su despedida, Fernando Castelló, técnico del Club Balonmano Pedro Alonso Niño de Moguer Cajasol hasta el martes, cuando presentó su dimisión, deja su club de las tres últimas temporadas con el corazón aún caliente por el cúmulo de sentimientos en estos días. Con la cabeza fría sigue convencido de que su decisión es la mejor para la entidad moguereña y para la reacción necesaria para su salvación. Sin rencores, dejando a un lado críticas y discrepancias, Castelló se queda con lo mejor de esta etapa, en la que los resultados y el estilo del equipo avalan su trabajo. Valora la oportunidad brindada, alaba a quienes trabajaron con él y deja como mensaje el deseo de que todo Moguer se una en torno al equipo. Porque el objetivo todavía es posible.
- ¿Sigue pensando que ha obrado correctamente con su marcha?
- Estas cosas nunca son agradables pero sigo pensando que mi análisis es correcto. Rindiendo al cien por cien durante más minutos, en más partidos, el equipo puede salvarse. Quizá haga falta un discurso nuevo, un revulsivo para que los jugadores rindan así y que mejoren los que han estado por debajo de sus posibilidades, o que los fichajes se den cuenta a lo que han venido. Deseo, además, que las discrepancias se aplacen hasta el final de la temporada, y le pido a todo el mundo que apoye a los jugadores, que son quienes tienen que sacar esto adelante. A la afición tengo que agradecer mucho su trato durante estos tres años, en los que hemos conseguido grandes cosas juntos. Realmente el 99% de la afición de Moguer es señorial, y la actitud y actuación del 1% restante, que se ha dejado notar en la grada ultimamente, no empaña, ni mucho menos, lo que me ha dado la mayoría este tiempo. Por encima de lo demás, ruego a todo el mundo que reme en la misma dirección.
- ¿Ha sido una de sus decisiones más difíciles en su carrera?
- La vida está llena de decisiones y quizá sea así. Lo tengo muy claro pero nunca se sabe si la decisión, al cien por cien, será la acertada para mantener la categoría; eso se sabrá al final de temporada. Lo que tenía claro es que algo había que hacer. Agradezco el apoyo incuestionable de la directiva, sobre todo su presidente, Manuel Morales, que ha apoyado en todo momento el trabajo que hemos hecho. Agradezco la colaboración de los jugadores y de la afición, y sólo me queda desear suerte porque la permanencia es el objetivo de todos. Me pondré muy contento si se consigue.
- ¿Cree que éste es el mejor momento para irse?
- Tras varios tragos difíciles durante la temporada, la intención era acabarla. Pero si no hemos sido capaces de sacar más puntos en la segunda vuelta que los que llevamos, es el momento más adecuado porque quedan puntos en juego para poder salvar la categoría. Esta decisión hay que tomarla cuando hay margen; si no, no tiene sentido.
- ¿Cuál es el mejor y el peor recuerdo que se lleva?
- Ha habido de todo pero con el tiempo, seguramente, me acordaré más de los buenos, que son muchos. Indudablemente destaco el ascenso, con la espinita de que fue fuera de casa, porque siempre es más agradable hacerlo delante de tu gente. También ese feeling conseguido en el propio grupo, durante muchos momentos absolutamente unido, trabajando con una fe ciega en sus posibilidades, aunque no todos hayan tenido la misma fe. Y a pesar de los altibajos, el trabajo diario ha sido muy gratificante, con un grupo de jugadores y colaboradores estupendos como Ángel, el delegado; Tere; y los fisioterapeutas, que han hecho que seamos un equipo multidisciplinar, totalmente integrado, muy unido, y nos ha permitido gobernar la nave. Momentos malos, quizá los del primer año, cuando tras ganar varios partidos al principio, vino una mala racha y se nos dejó de lado por parte de mucha gente. Pero el equipo resurgió con una fuerza tremenda, y desde entonces hasta el ascenso fue una auténtica delicia verlo trabajar en el campo con una entrega absoluta. Las circunstancias del momento actual han sido malas y no son las más agradables. Y ha habido que tomar decisiones.
- El balance de juego y resultados no puede ser más que positivo, ¿no?
- Lo que hemos hecho ha sido muy importante porque tras unos años con el Pedro Alonso Niño en su travesía en el desierto, llegamos nosotros e hicimos una temporada en la que, a falta de dos partidos, tuvimos opciones de jugar la fase de ascenso. Fue una temporada más que interesante, salvando muchas dificultades y mucha incomprensión. La segunda fue un éxito absoluto, sobre todo si tenemos en cuenta que, a priori, no teníamos una de las mejores plantillas. Y con respecto al juego conseguimos una cosa muy importante: tener una seña de identidad, en el juego y en la actitud en el campo. Cuando la gente habla del Pedro Alonso Niño, habla de algo muy concreto: de una defensa magnífica en muchas ocasiones, con bastantes variantes, que por momentos ha tenido un contrataque demoledor, que ha aportado mucha velocidad al juego y que, en ataque, por las carencias antropométricas que hemos arrastrado durante estos tres años, había que hacer un balonmano muy dinámico. Lo que hemos conseguido ha tenido bastante mérito. El balance general es para felicitarse. Esta temporada ha habido determinados factores, sobre todo los económicos al hablar de una categoría tan profesionalizada; hay que tener unos medios de los que no hemos dispuesto, además de que la primera temporada siempre es difícil. Esperemos que se pongan los cimientos para que pueda seguir creciendo el club.
- ¿A partir de ahora cómo va a vivir el balonmano?
- Soy un hombre de balonmano y seguiré siéndolo estudiando este deporte. Me actualizaré y reciclaré porque durante tres años no he podido hacer lo que me gusta, sin asistir a cursos y clinics. Veré mucho balonmano y siempre habrá en mente algún proyecto, aunque ahora toca descansar, porque tengo dos niños pequeños que han visto poco a su padre este tiempo. Llevo tres años sin vacaciones y ya va siendo hora de hacer alguna concesión a la familia porque se lo merece.
- ¿Está convencido de que el equipo se salvará?
- La reacción tiene que llegar. Sabemos que el calendario es difícil pero también lo tienen así los demás, y el equipo sigue a la misma distancia de la salvación que hace dos semanas. Ahora mismo, quizá más determinante que el entrenador que pueda llegar, es la reacción que puedan tener los jugadores.
- ¿Mantiene una buena relación con las personas del club?
- Mi relación con la directiva es magnífica, particularmente con Manuel Morales; entiendo que ha sido mi gran valedor y creo que he respondido adecuadamente. Hemos formado un buen tándem y el trabajo y los resultados quedan ahí. No tengo ningún problema con nadie. De los jugadores igual ahora mismo alguno se puede sentir un poco abandonado y con mal sabor de boca, pero creo particularmente que guardaremos buena relación y buenos recuerdos de esta etapa y el ambiente será bueno en el futuro. Sólo quiero dar mi agradecimiento a todos aquellos que confiaron en mí y en este proyecto.
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