Gente Inteligente y Comunicación

Cuatro sugerencias de inteligencia emocional para hablar con personas que te caen mal

  • Hablar con la gente que supone un desafío para tu comunicación, porque no te agrada o te hace sentir mal, es una excelente forma de fortalecer tus habilidades sociales

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Cuatro sugerencias de inteligencia emocional para hablar con personas que te caen mal

Cuatro sugerencias de inteligencia emocional para hablar con personas que te caen mal

ES imposible que te caiga bien todo el mundo, tan imposible como que tú le caigas bien a toda la gente. Además, es muy probable que tengas que interactuar, aunque no quieras, con personas que simplemente te generan mal rollo, ya sea en tu círculo social o profesional. Pues es de gente inteligente aprovechar esos no poco habituales momentos para aprender a manejarlos de manera efectiva y desarrollar la inteligencia emocional. Aquí te comparto cuatro sugerencias emocionalmente inteligentes para promover una comunicación más saludable y constructiva incluso con quienes no quieres ni ver.

Eso sí, cada vez que notes que alguien te cae mal, recuerda que tú también le caes mal a alguien. Seguro. De hecho, es algo que suele ser más o menos recíproco. Porque comunicarte con quienes no tienes conexión, saca de ti gestos, palabras y actitudes que no se corresponden, precisamente, con tu mejor versión, por muy bien que se te dé eso de encantar serpientes. Y, claro, así es difícil caer o que te caigan bien.

Sin embargo, si tienes en cuenta estas claves que te sugiero hoy, podrás ir entrenando competencias importantes de la inteligencia emocional como son la empatía y las habilidades sociales, para conseguir que esas interacciones comunicativas desafiantes que no puedes evitar, no supongan una fuente de malestar para ti o un problema para tu entorno.

Si te caen mal...

  1. Reconoce que ya vas con las armas en alto. Con las personas que nos caen mal solemos ir ya con bastante predisposición, buscando confirmar lo que pensamos de ellas. Reconócelo. Así que seguramente estarás más pendiente de lo negativo que de lo positivo. Cambia el punto de mira y, así sobre la marcha, encuentra al menos algo que esa persona dice o hace bien. ¿Puedes encontrar algo más? Te empezará a cambiar el ánimo a ti y, por tanto, tu propia forma de hablar y tu lenguaje no verbal. Así tendrás más opciones de establecer una comunicación efectiva y productiva.
  2. No hagas tanta memoria. Procura hablar con la gente que te cae mal sin recordar el histórico de interacciones desagradables que hayas acumulado. Escuchar de forma activa es un buen antídoto. Porque si entras a la conversación con las veces que metió la pata o te puso en un aprieto en la cabeza, será más probable que levantes las armas de nuevo, si es que habías logrado bajarlas con la primera sugerencia. Además, dar una segunda oportunidad a las personas, a veces, puede suponer un cambio en la relación y, por qué no, una nueva amistad. Que el pasado no te condicione.
  3. No entres al trapo. No te tomes por lo personal todo lo que dice o hace esa persona. Más veces de las que imaginas no es por ti, aunque tú lo creas. Nos volvemos más suspicaces con quienes no nos agradan. Ten esto en cuenta, y practica la técnica del impermeable, o sea, que todo te resbale. Porque, piénsalo: si en realidad quería ofenderte y no lo consigue, seguro que le molesta. En cambio, si entras al trapo, dejas que esa persona decida por ti tu estado de ánimo y te roba tu mayor poder.
  4. Marca límites y respira antes de contestar. Si a pesar de todo, la comunicación se vuelve demasiado negativa o tóxica, es importante que establezcas límites emocionales defensivos. No sientas la obligación de mantener conversaciones largas o discutir de forma improductiva. Aprende a tolerar el silencio como una buena alternativa. Y si tienes que contestar o poner fin a la interacción con esa persona, respira antes, para no alterarte y no arriesgarte a perder tu propio bienestar emocional.

Hablar con personas que no nos caen bien es un valioso desafío, porque desarrolla tu inteligencia emocional convirtiendo esas situaciones en oportunidades para crecer y mejorar tus habilidades de comunicación. No lo evites.

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