Recreación virtual de cómo era la antigua cárcel de Huelva en 1933: de ser considerada "el hotel de Isla Chica" a espacio "insalubre y sobrepoblado"
Una investigación del arquitecto James Souza muestra cómo eran las instalaciones de la antigua prisión, así como las condiciones de vida de los prisioneros, quienes se encontraban sometidos a penurias, hambre, enfermedades y muerte tres años antes del comienzo de la Guerra Civil
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¿Cómo era la antigua cárcel de Huelva en sus inicios?
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Después de que el Ayuntamiento de Huelva oficializara el pasado 3 de octubre que la antigua cárcel será rehabilitada y transformada en un gran centro sociocultural al aprobarse el proyecto de reforma, son muchos los que echan la vista atrás para recordar el origen de este singular edificio, reconocido como Lugar de Memoria Histórica por la Junta de Andalucía.
El arquitecto y urbanista brasileño afincado en Huelva, James Souza, comparte con Huelva Información su último estudio de la emblemática prisión basado en el año 1933, ofreciendo una recreación de cómo era el lugar cuando se construyó, así como las características en las que se encuentra en la actualidad el edificio.
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Souza explica que terminada su construcción en los primeros años de la república, la prisión de Huelva poseía casi todas las condiciones de higiene que se necesitaban: una enfermería, cocina, comedor bien dimensionado, celdas individuales con cama, lavabo y baño, escuela, dos patios para presos sociales y otro para presos comunes.
Durante este período, la prisión seguía protocolos dedicados al bienestar de los presos y al cumplimiento de las reglas internas que evitaba que los oficiales de la prisión sembraran justicia por su propia cuenta. Sin embargo, años después, cuenta el arquitecto, "el servicio penitenciario era lo peor que se podía imaginar, debido a la saturación y a las malas condiciones de vida de los reclusos".
El lugar, asegura, que inicialmente fue denominado y conocido como “el hotel de la Isla Chica", debido a la excelencia de sus instalaciones, se convirtió en un lugar de sobrepoblación e insalubridad, "una verdadera zona de riesgo".
Según publicaba el periódico Odiel a fecha del 24 de diciembre de 1960 (en la página 8, dentro de un reportaje elaborado por Juan M. Arazola), a principios de 1935, la cantidad de prisioneros era de 402 personas (392 hombres y 10 mujeres). Ese número era un aumento significativo en comparación con las cifras habituales de prisioneros, ya que incluía a la mayoría de los detenidos debido a los eventos revolucionarios de octubre de 1934. En 1940, la cantidad de reclusos llegó a casi 900.Souza comparte una imagen del patio central de la cárcel en 1933 en la que se podía observar el patio aún con su capilla ubicada en una zona estratégica para permitir que los reclusos siguieran los oficios religiosos. En esa zona está ubicada la sala de control y vigilancia que controlaba el movimiento interno de los reclusos a los diferentes espacios de residencia.
Este espacio se destaca formalmente en el conjunto y se encuentra rematado con una cubierta piramidal de cuatro aguas con lucernario central, resuelta con cerchas metálicas. A su derecha e izquierda de este patio cubierto se encontraban el acceso a la zona superior utilizando escaleras coloniales que accedían al módulo central denominado “La Herradura”.
De acuerdo con el Plano del proyecto de reforma y rehabilitación de la antigua cárcel, propuesto por el Ayuntamiento, la zona a ser demolida en el primer edifico corresponde a 4.641,21 metros cuadrados.
Durante los años 30 a los 40, estos espacios correspondían a zaguán, recepción de encargos, portería, celdas de entrada, administración, sala de justicia, archivo, celdas de mujeres y vestuarios.
Durante la investigación, el arquitecto realizó el levantamiento planimétrico y mapeamiento de daños donde, afirma, se pueden observar patologías en estados muy avanzados. Consecuentemente, asegura, "el edificio pasará por un proceso de demolición interna y en gran escala, pues parte del edificio presenta fatiga de los materiales, que con el paso del tiempo perderán su resistencia, manifestándose en grandes fisuras y deformaciones".
Así, indica, algunos pasillos se hunden, pues los forjados y techos se curvan, indicando un grave fallo en su capacidad de carga, debido al deterioro avanzado de los elementos metálicos, como vigas, que consecuentemente reducirán la capacidad portante de la estructura de algunas instalaciones de la antigua cárcel.
Recreación en 3D de cómo era la antigua cárcel de Huelva en el año 1933
El arquitecto James Souza ha elaborado un singular recorrido virtual para conocer cómo era la cárcel, así como sus distintas estancias, en el año 1933. "Un proyecto que he desarrollado como recurso patrimonial para los onubenses, así como para potenciales visitantes, que ofrece la oportunidad de valorar las instalaciones de la antigua cárcel y su evolución histórica", indica. Un contenido que, señala, "democratiza el acceso al patrimonio cultural y que, además de la accesibilidad, proporciona una experiencia educativa enriquecedora, que promueve la preservación y memoria del edificio que será remodelado próximamente".
A través de este recorrido, se puede obtener una comprensión de las condiciones de vida de los prisioneros, quienes se encontraban sometidos a penurias, hambre, enfermedades y muerte.
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