Audiencias

¿Nadie había previsto que Ana Morgade se iba a estrellar en TVE?

Ana Morgade, conductora de 'Vamos a llevarnos bien'

Ana Morgade, conductora de 'Vamos a llevarnos bien' / RTVE

La actual dirección de TVE ha orientado la programación de prime time a contenidos de entretenimiento con grandes platós, de aspecto espectacular, sin regatear presupuesto. Es la fórmula para reencontrarse con un público generalista, familiar, en una franja estelar en la que se ha reducido el consumo frente al consumo bajo demanda y, sobre todo, frente a otro tipo de hábitos de ocio en el hogar durante las noches (como el brujuleo con el móvil por las webs más variopintas).

Para triunfar en el prime time actual hay que afrontar estrenos atractivos y una estrategia integral de cadena que conforme hábitos de fidelidad a lo largo del día que permite, por efecto de promoción y arrastre, que cuajen los estrenos en la parrilla.

De ahí que cualquier estreno en Antena 3, la cadena más vista, tenga más posibilidades de triunfar, y más garantías, que un nuevo programa que llega a la parrilla de Telecinco, que tiene una parcela de espectadores más fija y sin nuevos usuarios que 'curioseen' por sus contenidos, o La 1, que sigue por debajo de los dos dígitos de audiencia y a la que incluso el Benidorm Fest no le ha terminado de funcionar en línea.

A TVE le está costando hallar una audiencia renovada y en grandes cantidades. Sucede con Todos contra 1, un concurso que por ahora debido al fútbol se está emitiendo a horas demasiado tardías, o las Historias de la tele de Julia Otero, con un plató demasiado grande en un ambiente aparatoso para lo que es: una simple tertulia retrospectiva. 

La 1 estrenaba este martes un programa con título irónico, Vamos a llevarnos bien, con duelos dialécticos entre humoristas, la mayoría de la factoría Zapeando, un programa de la competencia. De nuevo, un plató exagerado para la mercancía de humor aportada. El mayor problema que ha tenido este espacio de la productora The Pool para atraer a la audiencia desde el primer momento es su presentadora: Ana Morgade. No es precisamente una figura que tiente a la audiencia para buscarla allá donde esté y desde que dejó la pantalla diaria con Zapeando, precisamente, no ha querido granjearse simpatías a toda costa.

Ana no ha querido ser la cómica de toda España a fuerza de añadir ácido a sus activas posiciones políticas y de cargar tintas en las redes. Su última aparición en Pasapalabra tildando de machista una canción de los Hombres G, Devúelveme mi chica, después de haberla celebrado todo el plató, dejó en mal lugar sobre todo al programa de Antena 3, como ha criticado recientemente David Summers. "Si tanto os molesta ¿por qué la ponéis?", expresó en su momento el cantante. A Morgade le encanta dar leña, está en su libertad y derecho, por supuesto, pero eso tiene sus riesgos de cara a la aceptación de la audiencia.

Sin tener que hacer una consulta demoscópica compleja, a una gran porción de espectadores no le cae especialmente esta humorista y presentadora. Ella es consciente de su actitud y el público en general también es libre de elegir con quien pasar un rato en su casa.

El dato de estreno de Vamos a llevarnos bien, está ahí: 4,8% de cuota, no llegó ni a medio millón de espectadores. La segunda noche reiterará esta frialdad  y el programa, por tanto, está predestinado desde el primer momento. Es decir, no por su estreno, sino por la elección de sus participantes. 

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