La comarca del Andévalo, ubicada justo en la frontera con Portugal, arrastra un pasado artesanal, ganadero y cinegético.
Está compuesta por los pueblos de Alosno, Cabezas Rubias, Calañas, El Almendro, El Cerro de Andévalo, El Granado, La Zarza-Perrunal, Paymogo, Puebla de Guzmán, San Bartolomé de la Torre, Sanlúcar de Guadiana, Santa Bárbara de Casa, Tharsis, Valverde del Camino, Villanueva de las Cruces y Villanueva de los Castillejos.
El Cerro de Andévalo es unas de las localidades más destacadas. Aunque de tradición minera, debe sufama a su folclore, que ha sabido convertir en seña de identidad. Las folías, los fandangos, o el poleo son algunas de sus músicas más destacadas.
Santa Bárbara de Casa se diferencia por su pueblo y alrededores. La localidad cuenta con atractivos puntos turísticos como sus famosos molinos de viento o los dólmenes de la Zarcilla. Además, posee una exquisita gastronomía donde el protagonista es el queso de oveja Dehesa Dos Hermanas.
Por otro lado, con una gran tradición artesana de calzado campero y destilerías de aguardiente, se encuentra Valverde del Camino. Sus principales atractivos artísticos son la Ermita de la Trinidad, la Parroquia de la Virgen del Reposo, la Ermita del Santo y la Capilla de Santa Ana. También destaca el Museo Casa Dirección.
Cuenca Minera
Limitando con el Andévalo se encuentra la comarca de la Cuenca Minera, compuesta por Berrocal, El Campillo, Campofrío, La Granada de Riotinto, Minas de Riotinto, Nerva y Zalamea la Real.
De la zona, es especialmente conocida Minas de Riotinto, famoso por los colores rojizos que desprende el río de nombre homónimo. La altísima presencia en sus aguas de hierro y cobre son las causantes del particular color del paisaje, así como de la existencia de una importante biodiversidad de organismos microscópicos que ha atraído la curiosidad de científcos de la NASA que investigan el ecosistema debido a sus semejanzas con el planeta Marte.
Su vecina, la también minera Nerva, es otro de los destinos por excelencia de la cuenca. El paisaje nervense es una mezcla equilibrada de colores ocres y rojizos que se confunden con el verde de los pinares.
Dentro de sus puntos turísticos se puede contar con el Ayuntamiento neomudéjar que, junto con su torre, se ha convertido en la postal más conocida de la localidad. También destacan la Fuente de la Reú y la Plaza de Abastos.
Finalmente, con el eslogan 'Muy noble y real villa' se presenta Zalamea la Real, un lugar destacado por sus magnánimas fuentes, su antiguo mercado de abastos o su plaza de Talero entre otras muchas cosas.
No existe un paisaje similar en originalidad y belleza.