El valor de nuestro pueblo se encuentra, además de en el especial acogimiento de su gente, en su situación estratégica entre Extremadura, Andalucía y el Alentejo portugués. Venir a Encinasola y conocerla es poder respirar la multiculturalidad de este gran entorno que abarca comarcas tan diferentes.
Tras un verano donde multiplica su población, repleto de actividades culturales, deportivas, de ocio..., comenzará el otoño y, con las lluvias, crecerá la hierba, las encinas se poblarán de bellotas, las tanas, los gallipiernos, los tentullos..., crecerán entre la hierba y, pronto, los gurumelos empezarán a convertirse en el objetivo de vecinos y visitantes.
Nuestra gastronomía puebla de olores y sabores plazas y calles y en bares, restaurantes y hotel se ofrecen manjares exquisitos al visitante. Los productos de la tierra: las carnes ibéricas, el aceite virgen de nuestra almazara, la miel de la contienda, los productos de caza…, convierten las fiestas otoñales en una deliciosa locura culinaria de cultura, ocio, actividades en la naturaleza y paisajes únicos.
En noviembre la Feria y Fiestas de San Andrés, nuestro patrón, y en diciembre la Navidad, son los ejes vertebradores de esta segunda mitad del año que esperamos nos depare las mejores alegrías.
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