La Canastita: 125 años de innovación agrícola con sello onubense.
La empresa cultiva hoy variedades propias de mora en un sistema que ha roto la estacionalidad
La Canastita demuestra que tradición, innovación y respeto al medio ambiente pueden convivir
La historia de La Canastita es, ante todo, la historia de una familia que ha sabido anticiparse a los tiempos. Fundada en 1900 como una pequeña fábrica de conservas vegetales bajo la dirección de Agustín Velo, este proyecto empresarial —hoy convertido en referente internacional en la producción de zarzamoras— celebra su 125 aniversario manteniendo intactos los valores que la hicieron nacer: trabajo, visión de futuro y capacidad de adaptación.
A lo largo de las décadas, la familia Velo ha demostrado un marcado ADN emprendedor. Tras el éxito de las conservas de tomate “La Canastita”, premiadas internacionalmente en las exposiciones de Londres (1924), Roma (1925) y Sevilla (1930), la empresa se transformó primero en bodega, luego en explotación agrícola-ganadera y forestal, y finalmente, en 1995, en una compañía pionera en el cultivo intensivo de moras. Así nacía Agrícola El Bosque S.L., empresa familiar que ha sabido integrar tradición y tecnología para dar origen a una nueva etapa en el sector de las berries.
Todo ello se sustenta en un ecosistema singular: la finca El Bosque. Ubicada en el entorno de Doñana, su modelo agroforestal sostenible integra 160 hectáreas de producción agrícola y forestal gestionadas bajo criterios de sostenibilidad. Esta ubicación privilegiada carga al territorio donde se ubica de significativos contrastes paisajísticos, que junto al magnífico pasado histórico que atesora, conforma un paraje de una enorme riqueza natural, cultural y patrimonial que ha permitido el desarrollo de un proyecto agrícola-forestal de gran personalidad y diferenciación basado en el respeto al medio, a las características del espacio y a los valores sociales y medioambientales.
Con más de 100 hectáreas de dehesa, el modelo combina producción intensiva de mora con conservación del paisaje, uso eficiente de recursos hídricos y técnicas de biocontrol de plagas. La finca es, en suma, un agroecosistema vivo que produce conserva e innova al mismo tiempo, actuando como soporte de la identidad comarcal y recurso cultural, social y productivo, dentro de un modelo agrícola sostenible desde el punto de vista social, ambiental y económico.
Desde este entorno privilegiado, La Canastita apuesta por la diferenciación varietal en un cultivo minoritario, dónde consolida una estrategia de liderazgo que conjuga sostenibilidad, ciencia aplicada y visión de mercado. La empresa cultiva hoy variedades propias de mora, en un sistema de producción que ha roto con la estacionalidad del fruto, permitiendo abastecer durante los doce meses del año a mercados nacional e internacionales.
Llevando esta visión un paso más allá, La Canastita se ha posicionado también en la frontera del agro del siglo XXI no sólo en su innovación varietal, sino también por su apuesta innovadora hacia el ámbito de la salud. En los últimos años, la empresa ha asumido un papel protagonista en varios proyectos de investigación biomédica centrados en los potenciales efectos del consumo de la mora en enfermedades de alta prevalencia.
En este contexto, la mora deja de ser solo un producto agrícola para convertirse en un alimento funcional de alto valor añadido, un superalimento, con proyección en la industria de la salud y la nutrición personalizada. La Canastita se sitúa así en un ámbito estratégico donde la alimentación no es solo consumo, sino intervención proactiva sobre el bienestar del individuo.
Esta integración entre ciencia, producción y salud refleja un modelo empresarial que va más allá del beneficio económico: persigue un impacto tangible en la calidad de vida de las personas y en la sostenibilidad del sistema agroalimentario. Una estrategia que define la esencia de La Canastita y marca el rumbo de su legado.
A lo largo de cinco generaciones, La Canastita ha sabido convertir los desafíos en oportunidades. Lo que comenzó con tomates enlatados es hoy un modelo avanzado de producción avanzada de moras, un alimento funcional de nueva generación que habla el lenguaje del consumidor informado, preocupado por su salud y exigente con el origen de lo que consume.
Actualmente, la empresa se encuentra inmersa en la celebración de sus 125 años de historia, una efeméride que trasciende lo conmemorativo para convertirse en un espacio de encuentro con su comunidad. A través de diversas acciones, La Canastita está poniendo en valor su trayectoria familiar, fortaleciendo los vínculos con quienes han acompañado este recorrido, al tiempo que impulsa la divulgación del conocimiento sobre el cultivo de la mora, la innovación agraria y la preservación del entorno natural. Estas celebraciones refuerzan el propósito de proyectar el legado de cinco generaciones hacia un futuro compartido, donde el respeto por la tierra, la ciencia y las personas siga siendo el eje central de su identidad.
Celebrar 125 años no es solo mirar atrás, sino validar un rumbo. En un sector donde el cambio climático, la presión sobre los recursos y la exigencia del consumidor son cada vez mayores, La Canastita demuestra que tradición, innovación y ética empresarial pueden convivir. Y lo hace desde sus raíces centenarias hasta el corazón de los consumidores.
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