Causa criminal

Mató a su novio, le entregó la cabeza a su vecina y sigue defendiendo su inocencia

Foto de la acusada durante el juicio

Foto de la acusada durante el juicio / Pedro Hoyos (EFE)

Tranquila y serena. Así fue como se vio a la condenada de participar en la muerte de su novio y hacerlo desaparecer en Castro Urdiales (Cantabria).

Después del juicio, que se celebró en diciembre del pasado año, la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria ha confirmado la pena de 15 años de prisión para Carmen Merino.

De Jesús Merido, la víctima, solo quedó el cráneo, que la propia Carmen Merino entregó a su vecina metido en una caja asegurándole que en su interior había juguetes sexuales.

La sentencia desestima el recurso presentado por la defensa de la mujer, que solicitó su absolución al entender, entre otras cuestiones, que no se pudo acreditar la causa de la muerte de la víctima ya que el cuerpo nunca apareció.

En la sentencia quedaba recogido que Merino participó en la muerte de su pareja con la intención de aprovecharse económicamente de los bienes y dinero" de él, "al haber sido nombrada por éste heredera universal".

Según la sentencia que la condenó y como confirma el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, tras matar a su novio, Carmen Merino se deshizo del cadáver y entregó su cráneo a una amiga en una caja, haciéndole creer que dentro había juguetes sexuales, hasta que la mujer abrió meses después el paquete por el fuerte olor que desprendía.

Tras escuchar los argumentos de las partes en una vista pública celebrada el pasado 14 de marzo, el tribunal descarta que se haya vulnerado el derecho a la presunción de inocencia, tal y como sostenía la defensa.

En contra de lo defendido por esta parte, la Sala opina que la sentencia no es "errónea, arbitraria ni ilógica" a pesar de que los forenses no acreditaran la causa de la muerte de la víctima, lo que llevaba al abogado de la mujer a sostener que no se podía probar que el fallecimiento fuera violento.

Sin embargo, la respuesta del TSJC a esto es que "no se encuentra explicación lógica ni racional a que si la muerte fuera resultado de causas naturales o accidentales alguien se tome la molestia de cortarle la cabeza del tronco, la someta a la acción del calor para que se desprendan las partes blandas y guardarla, deshaciéndose del resto de su cuerpo, de sus teléfonos móviles, etc, eliminando toda posibilidad de demostrar que la muerte no fue homicida", según ha recogido Caso Abierto.

Así, este órgano ha defendido que durante el juicio "se dieron innumerables datos indiciarios, todos confluyentes, que apuntan de modo inequívoco a que la acusada no es una persona ajena a la muerte de la víctima".

El último día del juicio la defensa planteó que condenaran a Merino como cómplice y no como autora del crimen pero el tribunal sentencia que esa posibilidad no encaja con el relato de los hechos.

"Una participación de naturaleza secundaria o inferior no puede atribuirse a quien tiene la intención de acabar con la vida de su compañero, lo plantea, lo organiza y, en definitiva, ejecuta su plan, sola o ayudada por otro, nos da igual, pues la pena seguiría siendo la misma", concluye la Sala.

Desde que fue detenida en el año 2019, Merino permanece en la prisión de El Dueso. A pesar de desestimar las peticiones de la defensa, la sentencia no es forme y se puede recurrir ante el Tribunal Supremo, algo que el abogado de la defensa no ha comunicado si hará o no.

 

 

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