Se vinculó a la Semana Santa por tradición familiar y lo hace con las cofradías del Polvorín, con la Sagrada Cena y Tres Caídas.
-¿Por qué estas cofradías?
-Mi familia es de las Tres Caídas y por eso me apunto en ella, luego en la Cena por simpatía con la gente de esa hermandad.
-¿Qué trabajo desempeña en ambas?
-Voy de contraguía y de listero en las dos.
-¿Y antes?
-Bueno, nunca he podido ser costalero por cuestión de problemas de espaldas. Comencé llevando un cirio y de ahí todo el recorrido propio en el cortejo, como diputado y otros puestos en el protocolo.
-¿Cuándo llega al paso?
-En el 92 Pepe Ávila me ofreció que fuera en el Rosario, no tenía ni idea, pero poco a poco he ido aprendiendo.
-Pero también en el Amor.
-Sí, desde hace tres años, cuando me lo pidió Leopoldo Toledo y Manuel García.
-¿Cómo es el trabajo que realiza?
-Es muy bonito, conoce a la gente, no es ya sólo el mundo del costal.
-¿Ahora cómo está el trabajo en las cuadrillas?
-Creo que hay más formalidad. Poco a poco se mentalizan los costaleros de que esto son cuatro días al año y hay que tener más puntualidad.
-¿Cuál es el trabajo que realiza?
-Es el de auxiliar al capataz, ayudándole en que se trasmita bien sus órdenes, que se rachee bien, enderezando el paso.
-Pero también va de listero.
-Sí, y tengo que controlar los relevos, pero también es mi trabajo el control de las marchas del repertorio musical con el director de la banda.
-¿Sois muy exigentes?
-Hay que saber lo que hace falta en cada sitio del recorrido, donde hay que andar y donde hay que lucirse y también hay que aliviar a los músicos, no se puede ir todo el camino con marchas.
-¿Hace muchas fotos en Semana Santa?
-Cada vez menos para disfrutar más de las cofradías.
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