Vigilancia para la Magna desde el subsuelo de Huelva: así trabaja la Policía para que no pongan explosivos bajo tierra
Un grupo operativo con 11 efectivos trabaja en la red subterránea de la ciudad desde hace dos semanas para evitar el atentado y el sabotaje de cara a la Magna Mariana. "Buscamos en toda la red de alcantarillado, sobre la que discurre la carrera oficial, para que no haya ningún tipo de explosivo escondido"
Así trabaja la Unidad de Subsuelo de la Policía para garantizar la seguridad en Huelva durante la Magna
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Más de uno los ve patrullar en coche, aguardando a las puertas de los edificios públicos, caminando por la calle o vigilando en las esquinas. Sin embargo, pocos reparan en quienes se "meten" en lo más profundo de Huelva, en las entrañas de la ciudad, para controlar lo que ocurre a lo largo de la red de saneamiento y alcantarillado. Ese otro lado del casco urbano sobre el que pasamos a diario y que en fechas clave como la del 20 de septiembre, para la Magna Mariana, juega un papel destacado.
Desde hace dos semanas, la Unidad de Subsuelo de la Policía Nacional trabaja de manera incansable en la red subterránea de saneamiento, en túneles y colectores, examinando cualquier paquete, mochila, contenedor o mobiliario que suponga un peligro durante la Magna. Un grupo operativo que estos días se despliega en su totalidad con 11 efectivos bajo la coordinación de Daniel Muñoz Reina, jefe de la Unidad de Subsuelo de Andalucía Occidental, con sede en Sevilla, Huelva, Cádiz y Córdoba.
"La diferencia de la Unidad de Subsuelo con otras unidades de la Policía Nacional es que es la gran desconocida. Nosotros lo que hacemos es planificar mucho el servicio. Nos hemos puesto en contacto con Aguas de Huelva, hemos pedido la planimetría para ver si hay colectores transitables, intransitables y qué tipo de habitáculos hay para planificar el servicio", explicaba momentos antes de que uno de sus agentes se introdujera en el interior de un colector junto a la Casa Colón este miércoles, lugar donde culminará la carrera oficial.
"Todo lo que estamos llevando a cabo es una tarea preventiva, que va desde el principio de la carrera oficial, desde la Plaza de las Monjas, hasta el Punto. Lo que hacemos es levantar todas las tapas de las arquetas para prevenir que no se puedan utilizar los elementos del subsuelo para introducir cualquier artefacto".
Requisan los puntos de más interés por la afluencia de público durante la Magna, se aseguran de que no haya ningún tipo de artefacto explosivo escondido y si no hay, nada realizan el sellado. "Cerramos la tapa y le ponemos un sello especial nuestro, que podemos saber si han abierto o no durante las procesiones. Si vemos que ese sello ha sido manipulado haríamos otra requisa para comprobar qué ha ocurrido", aclara el jefe de la Unidad.
Y si encuentran algo anormal, actúan de manera coordinada. "Si aparece algo sospechoso, por ejemplo, un paquete enganchado en las típicas escaleritas para bajar al pozo, es requisado. Pero nosotros no tocaríamos eso. Lo que haríamos sería avisar a los compañeros del Tedax (Técnico Especialista en Desactivación de Artefactos Explosivo), y ellos serían los que lo desactivarían. Pero nosotros pondríamos todos los medios para facilitarles la entrada y que actuaran sobre ese artefacto".
Los posibles riesgos bajo el suelo
La Unidad de Subsuelo lo que hace es evitar el atentado, el sabotaje y la intrusión. "Lo que vamos a buscar en todos estos habitáculos es que no haya ningún tipo de explosivo escondido. Lo que sí nos ha pasado en algunos servicios es que haciendo estas requisas preventivas nos hemos encontrado un escape de gas. En ese caso, nos comunicamos con el servicio de emergencia de gas natural y ellos vienen y lo solucionan".
Como curiosidad, desde esta unidad confiesan que mientras realizaban el servicio se han encontrado en otras provincias "desde tortugas a todo lo que tira la gente en sus baños. Incluso una vez apareció un zorro vivo en un colector junto al aeropuerto sevillano".
Precaución extrema
Una tarea para la que se requieren medidas de precaución extremas. "Nosotros vamos a entrar en un espacio confinado con mucho riesgo: desde falta de oxígeno, explosividad y toxicidad. Ninguna otra unidad puede hacer esto más que la nuestra, porque tenemos la preparación y los APIs adecuadas para hacerlo. Un accidente en el subsuelo es totalmente distinto a otro ocurrido en la superficie. Cualquier persona que sufra un accidente en un espacio confinado tendría que ser socorrido abajo. Por ello, antes del operativo preparamos un montón de medios para que no ocurra ningún accidente. Y en el caso de que ocurra, tenemos todos los medios preparados para sacar al compañero rápidamente de abajo".
Por ello, siempre trabajan en equipos de cinco como mínimo: "Siempre se van a quedar dos compañeros abajo que irán uno detrás del otro a un metro y medio de distancia y siempre conectados con la parte de fuera. Arriba, siempre habrá una persona que hará de recurso preventivo y velará por que se cumpla toda la normativa de seguridad, además de otros dos compañeros que van a estar pendientes por si pasara algo ir al rescate de ellos".
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