La Redención

El recogimiento se abre paso

  • El templo abrió las puertas en su V Centenario El Cristo volvió a lucir solo y arropado por la Banda Nuestro Padre Jesús Nazareno de Lepe

RECOGIMIENTO de Redención en la jornada jubilosa del Domingo de Ramos. El ambiente en la calle Méndez Núñez se contuvo en la tarde de ayer, cuando el nazareno que portaba la cruz de guía, con cadenas en los pies, cruzó el dintel de la puerta de la Purísima Concepción, que se abrió por primera vez a la Semana Santa en la celebración de su quinto centenario.

La cuarta de las cofradías que se echó a la calle en el Domingo de Ramos convirtió en un hervidero de gente las puertas del templo inmaculista, que es su sede provisional tras haber realizado la estación de penitencia desde la parroquia del Carmen y la capilla del Rocío de Huelva.

La decimoprimera estación de penitencia de la Hermandad de Nuestra Señora de los Desamparados y Seráfica y Servita Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Redención, Santo Cristo de la Preciosa Sangre y María Santísima del Dulce Nombre en su Mayor Aflicción, con su cortejo de nazarenos con túnica de color sangre, escapulario negro y cíngulo y sandalias franciscanas, enfiló de forma muy ordenada Méndez Nuñez en dirección a Rafael López buscando Ciudad de Aracena. Al costado, los cirios de color miel.

Minutos después, en el interior del templo, el párroco, Diego Capado, saludaba al capataz, Manuel Gómez Carnicerito, que hizo doblete en la jornada de ayer, y le deseaba suerte: "Vámonos con el señor a la calle y vamos a darle un paseo como él se merece. Esto va por el párroco de la Concepción, don Diego Capado, nuestro párroco", señaló. Y fue Capado quien hizo la levantá, que fue la tercera y última realizada en el interior del templo.

Dando la vuelta, derecha adelante, los costaleros siguieron las órdenes de Gómez González. En el paso lucieron calas, cardos, corchos, hiedras, rosas, lirios, leucalendros y alelíes.

El Cristo de la Redención, vestido por José Manuel Valencia Cadenas, exhibió su imponente y piadosa figura. Tras salir el año pasado con una vistosa túnica brocada, este año estrenó la bordada que vistió en ocasiones anteriores tras ser pasada de su terciopelo verde original a otro de color morado.

Como ya sucedió en 2014, el Señor lució solo -tras la retirada de las imágenes secundarias de María Magdalena, San Juan Evangelista y la Virgen del Dulce Nombre en su mayor Aflicción- y estuvo arropado por los sones de la Banda de cornetas y tambores Nuestro Padre Jesús Nazareno de Lepe.

La iconografía actual de este paso de misterio es la original, y representa a Cristo en el lagar místico. Jesús porta una cruz al hombro avanzando por la calle de la amargura camino del Calvario. Mientras, un ángel recoge la sangre redentora que cae de su mano derecha.

Entre los estrenos destacó el juego de potencias en plata de ley sobredorada, obra del taller de orfebrería Marmolejo, así como el juego de cantoneras, con alusiones al canasto del paso procesional. También estrenó el titular de la hermandad un juego de pasadores en oro y plata de ley, la camisa y enaguas de hilo, así como dos paños bordados para la canastilla y el respiradero trasero bordado en oro del paso.

La talla de Elías Rodríguez Picón, precedida por el cortejo de nazarenos y arropada por sus fieles, concentró su recorrido en las calles del centro, realizando su estación de penitencia en unas cuatro horas.

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