Las puntadas que mantienen viva una artesanía centenaria en Huelva
El arte del bordado en oro ha conseguido mantener hasta la actualidad sus técnicas ancestrales
Los bordadores Rafael Infante y Daniel Prieto son dos de los referentes onubenses del bordado en hilos de metales preciosos
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El bordado en oro es una técnica artesanal que ha sido utilizada durante siglos para decorar prendas de vestir y textiles con hilos de materiales preciosos. En Andalucía, esta técnica es muy valorada y se ha convertido en una tradición arraigada en el ámbito de la Semana Santa. En la actualidad, son varios los artesanos onubenses que ayudan a mantener viva esta artesanía.
El bordado en oro, plata y sedas tiene sus orígenes en la antigua Persia, y a lo largo de los siglos se extendió por Asia y Europa. En Andalucía, el bordado en oro se convirtió en una forma de expresión artística muy valorada durante el Renacimiento y el Barroco, manteniéndose hasta la actualidad gracias a la creación de talleres especializados a finales del siglo XIX y comienzos del XX, destacando el del sevillano Juan Manuel Rodríguez Ojeda, quien dota a este arte de una nueva personalidad que se ha extendido hasta el día de hoy, revolucionando no solo los trabajos de bordado sino también en los diseños.
Los trabajos de bordado se realizan totalmente a mano, utilizando hilos de oro que se van entrelazando sobre el tejido para formar diferentes diseños y figuras con el uso de múltiples técnicas. Un trabajo artesanal que requiere un gran dominio de los procedimientos y que, por la naturaleza de los materiales y las horas que se dedican a cada una de las piezas, llevan aparejados un alto coste económico.
Uno de los principales exponentes la artesanía del bordado onubense es Rafael Infante. Le avalan sus más de 40 años dedicados al sector y las más de 300 obras salidas de sus manos. De entre todas ellas, destacan el manto de la Virgen de Gracia de la Hermandad de la Santa Cruz o la toca de la Virgen de la Victoria de Huelva. El onubense, que lleva desde 1978 dedicándose a este tipo de trabajos, afirma que siente "verdadera pasión por el bordado", algo que le lleva a buscar inspiración en todos sus viajes y visitas a museos, con la idea de aplicar estas ideas adquiridas a los diseños que salen de sus manos.
En la actualidad, Infante se encuentra trabajando en diversos proyectos, como la remodelación de los faldones del Cristo de la Victoria, realizados en su taller en 1980 o el conocido como "manto de los devotos" para la Virgen de la Esperanza, una obra de envergadura que supone una "ilusión para el taller". Otro proyecto ilusionante para el onubense es el recién proyectado manto de salida para la Virgen de Consolación de la Hermandad de la Buena Muerte de Huelva.
Infante reconoce que para él, el bordado es "su media profesión soñada", ya que no se dedica en exclusiva a a estas labores. "La artesanía en oro requiere tener mucha paciencia y saber qué es lo que tienes entre manos", afirma. Además de a dar puntadas sobre nuevas piezas, Rafael también es reconocido en el sector por las restauraciones y por sus diseños, que a lo largo de estos años han llegado a diferentes puntos del país.
Otro de los referentes del bordado en Huelva es el joven Daniel Prieto, natural de Lepe. Pese a su juventud, puede decir que lleva toda una vida dedicado a lo que él mismo denomina como "su pasión". A los 18 años comenzó a recibir formación en el taller del sevillano Grande de León, y más tarde se aventuraría a comenzar su carrera como artesano en solitario.
Desde la creación de su taller son muchos los trabajos que han salido de sus manos, destacando el manto para la Santísima Virgen de la Bella de Lepe o una imponente saya para la Virgen de la Paz de Utrera. También ha realizado trabajos de restauración, como la intervención realizada sobre el del traje de San Antonio Abad de Trigueros. Actualmente, se encuentra realizando otras obras de envergadura, entre las que destaca el nuevo palio de la Hermandad del Silencio de Almería.
La maestría que demuestra en su trabajo ha sido reconocida con la concesión del distintivo ‘Artesanía hecha en Andalucía', así como con el título que lo distingue como ‘Maestro Artesano’, otorgado a aquellas personas que concurran méritos extraordinarios relacionados con su experiencia profesional en este ámbito. Este hecho fue recibido con gran alegría por el joven bordador, quien destaca la "satisfacción" que supone "que un organismo avale la calidad de tu trabajo".
A pesar de la industrialización y la introducción de nuevas tecnologías en la inmensa mayoría de ámbitos de la sociedad, el bordado en oro ha resistido a la mecanización del trabajo, manteniendo en la actualidad las mismas técnicas de trabajo utilizadas desde hace siglos. Según afirma Daniel Prieto, "el trabajo sigue siendo completamente artesanal", quien destaca que los avances tecnológicos solo han llegado a la "digitalización del diseño". Por lo demás, las labores de bordado "siguen siendo como en la antigüedad".
Son varias las razones por las que esta técnica artesanal ha resistido el paso del tiempo y sigue siendo una parte importante de la cultura andaluza. A pesar de que han habido varios intentos de industrializar este tipo de trabajos, explica Infante que el trabajo de bordado "es muy difícil de imitar", ya que el bordado en oro es una técnica muy compleja que requiere habilidades y conocimientos específicos, una gran atención al detalle y un alto grado de precisión, lo que hace que cada pieza salida de las manos de estos artesanos sea única y especial.
Desde este sector también se han realizado incursiones en otros ámbitos como el de la moda. Rafael Infante, entre otros, ha realizado trabajos para diseñadores de primer nivel del panorama español, así como trabajos para la sastrería vaticana y trabajos de carácter civil.
Pero, sin duda, la principal razón por la que esta artesanía se mantiene 'viva', es gracias a la Semana Santa. Algo que afirma Prieto, quien ha destacado que "la Semana Santa es la que hace vivir al bordado". Los encargos de las Hermandades para aumentar su patrimonio y su trabajo por seguir manteniendo la estética neobarroca son claves en la supervivencia de este arte en un mundo marcado por la industrialización.
En definitiva, el bordado en oro en Huelva y en toda Andalucía sigue en ebullición gracias a la habilidad y a la maestría de los artesanos bordadores, su importancia en la cultura y la tradición de la Semana Santa y por su valor como forma de expresión artística, lo que le ha permitido resistir el paso del tiempo y seguir siendo una parte importante de la cultura y la identidad andaluzas.
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