Sagrada cena

La cofradía del Señor del Amor marca su personal sello

  • El sentido fraternal de La Cena se aunó con el dolor por la desaparición de José Vargas.

NO hay duda de que la salida de este año iba a ser especial para la Sagrada Cena. El reciente fallecimiento del hermano de honor José Vargas estuvo presente en todo el recorrido procesional y, sobre todo, en el momento de realizar la estación de penitencia.

La hermandad del Polvorín, sin embargo, dio una vez más que sobradas muestras de que sabe imprimir su personalidad durante el Domingo de Ramos. Ese sentido fraternal en el que tanto tuvo que ver Pepe Vargas se volvió a vivir incluso en el interior del Sagrado Corazón, momentos antes de la salida. La Cena envuelve el barrio de alegría cofrade en la primera jornada de la Semana Santa. Desde la Plaza de la Virgen del Rosario hasta el templo hay un permanente flujo de costaleros, músicos, penitentes... Es su manera particular y muy personal de manifestar su fe cofrade.

Como señal de duelo por el fallecimiento de quien fuera hermano mayor durante cerca de 30 años, los actos de las primeras levantás del sábado se habían suspendido. Sin embargo, ayer sí hubo un momento para dedicarle la primera levantá del paso de misterio, siendo la segunda para el actual hermano mayor, Juan José Chaves.

La salida del Señor del Amor fue emotiva como pocas. El impresionante paso -de los mayores de Huelva- vio la calle acompañado por su agrupación musical, que este año cumple su 35º aniversario y que dio nuevas muestras de su calidad y amor por su titular. Fue también el primer paso en disfrutar de la nueva configuración que urbanísticamente se le ha dado a Presbítero Pablo Rodríguez.

La salida de Nuestra Señora del Rosario se vio precedida por la realización de sendos homenajes. Sus destinatarios fueron Manuel Clavijo, quien lleva 30 años de costalero en la cuadrilla del palio, y Joaquín Carrasco, que tras 38 años ha dejado este año el costal. Otro homenaje se rindió a quien fuera capataz y costalero, Rafael Pereira, que realizó la primera levantá.

Alrededor de las 18:00, la comitiva llegó a la Plaza Niña, lugar donde el centro da la bienvenida a las hermandades que vienen de los barrios. Muy cerquita de las Hermanas de la Cruz, la cofradía volvió a acordarse de Pepe Vargas Tallón, ya que al pasar por la calle donde estaba su domicilio -Alonso Sánchez- tanto el misterio como el palio pasaron en silencio.

Es un privilegio estético contemplar el impresionante misterio adentrarse por las estrechas y sinuosas calles del centro hasta llegar a la Placeta. Los costaleros dieron nuevamente señales de su pericia a las órdenes de Jacinto Hitos, tanto en las arterias previas a la carrera oficial como en ese punto, dentro de ella, que supone un desafío para los pasos de mayor envergadura, como es la confluencia entre Concepción y Espronceda.

El sentido fraternal de La Cena se plasma, asimismo, en la recogida, cuando la cofradía llega a su barrio y pasa por delante de su casa de hermandad a la búsqueda del Sagrado Corazón y concluir su espléndido Domingo de Ramos.

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